Hoy es lunes, me levanto y hago mi rutina de siempre y me siento en el sofá esperando que sea la hora de irme al instituto, entonces agarro mis auriculares y los guardo junto al móvil en el bolsillo lateral de mi mochila, agarro mis llaves y me voy cerrando la puerta.
Cuando llego, voy a entrar al recinto del instituto, pero alguien me agarra del brazo y me acorrala en la pared, cierro los ojos al hacerme un poco de daño y al abrirlos veo a Leo de nuevo.
—Oye __, estaba pensando... — dice mientras sonríe.
—Pues no pienses — cruzo los brazos.
—Ay cállate y déjame hablar — se pone muy serio de golpe.
—Aghh, ¿que quieres? — digo rodando los ojos.
—Ya que tu noviecito y su familia se fue del país y ya no sois novios... ¿y si volvemos? — me dice con voz de creerse algo especial.
—¿Volver? ¿Contigo? Si claro, ni aunque me paguen millones vuelvo contigo.
—Oh, venga, se nota que quieres volver conmigo, no te hagas — se ríe con tono algo burlón.
—Cállate Leo, ya te dije que yo no te quiero, yo quiero a Alex y punto.
—Mira, si no vuelves conmigo te vas a enterar — dice enfadado.
—¿Que me vas a hacer? ¿Volver a golpearme?
—No, le diré a todos que ese emo y tú sois parejas.
—Ni se te ocurra decirlo — digo entre dientes mientras le miro con enfado.
—Soy capaz de hacerlo, es tu decisión.Me quedo pensativa, no quiero que nadie se entere de nuestra relación, igual que Alex, él tampoco quiere que nadie se entere. Si todos se enteran puede que él ya no quiera estar conmigo. Suspiro algo preocupada y miro a Leo seriamente.
—Está bien Leo, pero no le digas a nadie, por favor.
—Está bien, no le diré a nadie, ahora dame un beso — se acerca.
—¡Eh eh! ¡Espacio! Nada de besos, solo volvemos y ya.
—Si no quieres que diga a nadie de tu relación con ese emo, dame un beso ¡YA!
—¡Aagh! ¿No te vale con que hayamos vuelto? — digo enfadada.
—No, o me das un beso o le digo a todos sobre ya tú sabes — se acerca más a mí.Se acerca a mí apunto de besarme cuando justo suena el timbre, Leo se enfada y se va para dentro, al igual que yo camino y me voy a mi clase. Me siento, desvío la mirada a los asientos de Daniel, Chapi y Alex, me pongo triste y me salen algunas lágrimas, les echo mucho de menos, aunque no se hayan ido para siempre los extraño, sin ellos me siento súper sola.
Entra la profesora de tecnología, le miro, ella me mira a mí, se acerca y se apoya en mi mesa.
—Oye __, ¿que te pasa? ¿Por qué lloras?
—No es nada, solo es que Daniel, Chapi y Alex se fueron del país y les echo de menos — me seco las lágrimas.
—Aah vale, bueno no te preocupes — mira mi cuerpo — te noto más delgada.
—Si es que no he comido nada, ni ayer...
—Debes de comer — me mira con cara seria y de preocupación a la vez.
—Es que no tengo hambre...La maestra suspira, me tumbo en mi mesa con los brazos cruzados mientras lloró un poco y la maestra pone sus manos en mis brazos.
—Escúchame __, quiero que te vayas a tu casa — levanto la cabeza y le miro — y hasta que no estés mejor, no vuelvas ¿vale? Le explicaré a todos tus profesores y al director igual.
—Bueno, vale...Me levanto, me coloco mi mochila a la espalda y me acompaña la profesora para que me abran la puerta, voy a la puerta, me abren y me voy a mi casa.
Al llegar a mi casa, dejo la mochila en mi cuarto, me tumbo en mi cama y me pongo la música con mis auriculares y me quedo dormida.
Cuando me despierto, miro el móvil y veo que son las 15:02, me quedé mucho rato dormida, normal si no duermes por la noche, y durante algunos días... Me levanto, me voy al salón y justo tocan el timbre, me asomo por la mirilla y veo a Leo. Tengo que abrirle, si no me vuelve a amenazar con lo mismo, suspiro y le abro.
—¿Que quieres? — digo con voz temblorosa de haber estado llorando.
—Estuviste llorando, ¿verdad?
—Si, ¿algún problema? — cruzo los brazos.
—No no, solo vine para ver qué tal, ¿puedo entrar?
—Haz lo que quieras.Le permito pasar, entra y cierro la puerta, Leo va al salón y me mira.
—¿Por qué me miras?
—Anda deja de llorar por esos extranjeros — dice con tono burlón.
—¡No son extranjeros! ¡Son mis amigos!— le grito bien enfadada saliendo lágrimas.Del enfado, Leo me golpea me da una cachetada y caigo al suelo, me salen más lágrimas.
—¡No me grites! ¿Sabes que? Quiero que le digas al estúpido de tu noviecito que ya no quieres nada con él.
—¿Por qué debería de hacerlo? — me levanto.
—¿Quieres que le diga a todos lo de-
—¡Ya cállate! — le interrumpo — ¡deja de amenazarme así! — grito ya harta.
—O se lo dices, o se lo digo a todos. Y te haré la vida imposible, no creas que no puedo.
—No lo haré, ya déjame y lárgate.Leo se acerca y me agarra del brazo muy fuerte haciéndome daño.
—¡Como no se lo digas te vas a enterar!
—¡SUÉLTAME! — grito por el daño.
—¡DÍSELO! — grita enfadado.
—¡VALE, PERO SUÉLTAME!Me suelta, miro mi brazo y me ha dejado la marca de su mano, voy a por mi móvil y delante suya le envío el mensaje.
—Oye Alex, ya que no quiero nada contigo, he vuelto con Leo.
Miro a Leo con enfado y con los ojos llorosos.
—¿Contento ahora?
—No, dile que no te vuelva a hablar en tu vida, que no se acerque, que soy mejor que él.Suspiro algo harta, miro mi móvil y le escribo lo que Leo me ha dicho.
—Y no te acerques más a mí, ni me hables, Leo es mucho mejor que tú.
Apago el móvil y miro a Leo, él sonríe con alivio y suspira mientras me mira.
—¿Ahora ya estás contento?
—Si, ahora sí, bueno ya me voy — mira mi cuerpo y pone cara de asco — y come, estás muy delgada, eres un esqueleto andante.Leo se marcha dando un portazo, lágrimas salen sin control, de repente, noto que quiero vomitar, rápidamente voy al baño y cierro la puerta.
-Continuará-

ESTÁS LEYENDO
Una amistad complicada
SonstigesAntes que nada, quiero avisar que aquí cambiaré un poco la personalidad de Alex.