Walkers

Cap11: La cruda realidad

Capitulo11: La cruda realidad.

''...-A veces tengo miedo que algo le suceda a papá y que yo quede solo en el mundo. Ahí sentiría lo que es el verdadero terror... Temo a que eso ocurra.

-Chandler... Eso no pasará. Ahora estoy contigo... Y a menos que me lo pidas, yo no me iré...''

Sus últimas palabras revotaban en mi mente, dolorosamente. Sus expresiones, sus sonrisas, sus hermosos ojos, cada mirada, cada tacto, cada recuerdo, cada detalle suyo, golpeaban mi alma. Habíamos pasado por tanto, luchamos contra todo... Ahora que por fin parecíamos felices. 

Y tanto, para nada.

''Cuando te encontramos... Tú estabas sola''

Esa simple frase me había destruido por completo. Ni siquiera podía decir bien que sentía. Tanto el dolor físico como el emocional me estaban ganando. Aquella maldita bala solo tendría que haberme golpeado a mí... ¡Solo a mí! ¡Por qué también lo hizo con él! ¡Yo tendría que haber muerto! ¡Yo, no él! 

Solo pensaba y anhelaba en desaparecer. Nada más.

Chandler era lo único bueno que me quedaba. Y ahora ya no tengo nada.

-¡Eso es imposible! ¡No pude estar sola! ¡Él estaba ahí, a mi lado! 

Una de las mujeres, de pelo algo corto y ojos claros, se arrodilló a mi lado y me acariciaba la espalda, tratando de lograr consolarme, cosa que veía imposible.

-Yo... Lo lamento mucho... Tú estabas muy herida, podría decirte que semi muerta... Y justo te encontramos ahí, pero no había nadie más contigo – Dijo.

-Debe haber un error... Quizá no lo vieron... Él estaba a mi lado, yo estaba a su lado... Tiene que haber algo suyo...

-... ¿Quién era? ¿Quiénes eran esas personas? – Pregunto.

-... Eran mi familia – Respondí.

-... Sé lo que es perder a los que amas... Sé que no tiene reparo... Está de más que te diga cuanto lo siento – Dijo.

La miré – Tú no entiendes. Ellos no eran gente cualquiera... Ellos eran especiales. Eran fuertes. Ellos... Me salvaron la vida. Me acogieron como una más de su familia... Y ese no pudo ser su final... No tendría que haber sido así... Yo tendría que haber muerto. No ellos.

La chica me apoyó aún más fuerte contra su pecho, rodeándome con sus brazos, provocando que llorara aún peor. Incomparable, así me abrazaba él. Me apegaba contra su pecho, y todos mis miedos los hacía desaparecer. Él era algo único... Algo que con nadie volvería a sentir lo mismo.

-Sasha... Tráeme un vaso de agua, está algo ahogada – Pidió la chica que me abrazaba.

-Está bien... Bob, ¿Ya terminó de hervir el agua? – Preguntó la otra mujer.