39. Papá Tete.

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Dormir entrampado por ocho extremidades alienígenas, es decir enredado por aprensivos adis, abrazos de koala y piernas que, al parecer, no sentían tenerlo lo suficientemente amordazado, debía ser difícil. Sin saber si ya estaba muerto o simplemente secuestrado en tiempo y espacio; imposible. ¿Cómo iba JK a conciliar el sueño en tales condiciones?

Ah, para eso su chico era un buen Adia; su cálida energía hizo al humano dormir como un bebé, incluso antes que él mismo.

Hora tres y treinta minutos. Con casi seis horas de sueño, JK abrió los ojos y trató de moverse, despertando a su secuestrador. Medio dormido, Vy se aceleró a atraparlo, largandose a reír al caer en cuenta de lo que él mismo hacía.

—Lo siento —el Adia liberó a su presa, mas JK no se levantó, sólo giró en la cama para verlo de frente— Es que... Me gusta abrazar cuando duermo.

«Sigo aquí», el astrónomo sonrió feliz, creyó que al caer dormido moriría definitivamente o regresaría al pasado. Que aquel futuro fuera su nuevo presente le encantaba, y mientras más durara, mejor.

—¿Y a quién abrazas si no es a mí? —cuestionó celoso, arqueando una ceja.

—Las almohadas —Vy puchereó frustrado—, aunque a veces me meto a la cama de mi papá, o él a la mía.

—Eso es raro —admitió desconcertado, sin poder imaginar a un hombre adulto buscando afecto de esa forma «¿Qué mierda? Aunque...», pronto ató cabos sueltos— Ah... si pienso en los genes, tiene sentido. Mi papá Tete y sus clones hermanos dormían así. Supongo que... ay, no, hoy millones deben tener la misma manía.

—Sí~ —sonrió orgulloso— No por ser clones tenemos la misma personalidad, pero los genes cargan ciertas costumbres. Los de Línea Verde somos empalagosos para dormir y... mi papá también se siente solito a veces —meditó sentándose veloz. Su mirada se perdió en la nada, revisando mentalmente los mensajes que Gigi le había escrito— Ay... Sobre eso; levántate. Ven, vamos a desayunar, tienes que conocer a mi papá.

—¿Qué? ¡No! —cobardemente se ocultó bajo la manta— Soy un idiota conociendo gente nueva y tratando de "agradar" ¡No me puedes lanzar a tu familia tan rápido!

—Mi papá te va a adorar —«si supieras», rodó los ojos sin poder creer cuán infantil se estaba comportando su humanito. Tiró de las mantas, mordiéndose la lengua para no soltar la sorpresa que le esperaba— ¡Le he hablado mucho de ti! De tus dones, problemas e idioteces también.

—Eso es diabólico —se sentó de golpe para señalarlo ofendido, sus manos inquietas y ojos redondos aguardaban incrédulos en expectación— ¡Bien! Si me lanzan al espacio por algún comentario desubicado no será mi culpa, yo sólo soy un "humanito salvaje" ¡recién adoptado!

—Todos te tratarán bien —rió pellizcándole las mejillas.

—Sólo promete que tu papá no es un Adia de tres metros y diez ojos que me golpeará con su sola mirada o me ahorcará con sus adis. Ser secuestrado por extraterrestres de verdad asusta.

—¡El único Adia de la nave soy yo! Ya lo sabes. Tranquilo, mi papá es el más dulce del universo y las chicas estarán encantadas de conocerte. Gigi es aprensivo —admitió algo complicado—, pero no es malo, sólo querrá cuidarte... de mí, de hecho. Y Agust, ah, no tomes en cuenta las bromas de Agust; no es muy diferente a tu cuñado "el graciosito vulgar".

—OK. Ya tengo más miedo —rezongó ofuscado, cubriéndose el rostro «¿Por qué tengo que ser socialmente un retrasado? ¿Quién me impide aceptar esta magnífica nueva vida? ¡Sólo yo!»— ¿Puedo darme una ducha antes? —asqueado se vio a sí mismo vistiendo los mismos calzoncillos que el día anterior— Qué raro —murmuró desconcertado, «no huelo... Oh, mierda, es cierto; los fantasmas no tienen olor», se congeló boquiabierto— Ah... Vy ¿No sientes a qué huelo? —preguntarlo era raro, como todo en él, la verdad, así que el alien no se sorprendió— Yo sólo siento tu perfume.

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