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TW: Lenguaje inapropiado (insultos).

• 2 semanas después •

Pov. Sparta:

Siendo sincero creo que en la mañana todo se repite, en mi vida es un ciclo que parece no tener fin. Lo único "nuevo" fue que conocí a Raptor y nos hicimos amigos, por así decir, pero no hemos hablado desde aquel día y él no ha vuelvo a la cafetería así que no hemos conversado presencialmente.

Le di mi número pero no obtuve su número de vuelta, por lo que tuve que esperar a que volviera a la cafetería o buscar su usuario de Instagram u otra red social. Pero por la poca información que tenía sobre él no podía hacer nada para encontrar algún rastro de su presencia.
Nos hicimos amigos demasiado rápido, cosa que aún me resulta algo extraño pues según mis padres no debería ser amigo de un hibrido como él y menos ensamblar alguna conversación.

—¡Sparta! —Gritó Trollino.

—¿Mhm, qué pasa? —Pregunté desconcertado alzando la mirada.

—¿Por qué no estás trabajando? —Preguntó, cruzándose de brazos.

—Mhm...no lo sé, estoy aburrido.

—¿Qué?

—Estoy aburrido y algo estresado por el colegio y esas cosas.

—Tus "problemas" del colegio no deben influir en tu trabajo, así que levántate de ese asiento y ponte a trabajar.

—¡Ahg! ¡Ya voy!, ¿vale? Tanto quieres que haga lo que dices, ya voy hacer lo que ordenas. —Protesté, levantándome del asiento.

—Mhm...Sparta.

—¿Ahora qué? —Dije, caminando hacia él.

—Tu padre está afuera.

—¿Por qué?, ¿qué hace aquí? —Pregunté, retrocediendo mis pasos.

—Ya sabes que el jefe viene cuando se le dé la gana, así que ve a tu puesto y actúa normal.

—Mjm, vale.

Salimos de la cocina para dirigirnos al mostrador, donde estaría el jefe inspeccionando lo que hacemos en el trabajo.

—Lamento hacerlo esperar. El señor Andrés estaba ocupado en la cocina, pero ya terminó. —Dijo Trollino con sus típica sonrisa falsa.

—Ya veo. —Respondió mi padre, cruzando sus brazos.

—Buenos días, jefe. ¿Lo podemos ayudar en algo? —Dije, intentando sonar cortés.

—Mhm...Trollino.

—¿Si, dígame?

—Dime como le fue este mes a Andrés en el trabajo. —Dijo con una mirada de superioridad.

—La primera semana tuvo tres errores, la segunda semana no hubo problemas, la tercera semana fue un poco perezoso y la cuarta semana está medio estresado, sin ganas de hacer nada. —Indica Trollino algo serio.

—Mhm, entendido.

Odio cuando hace eso, o sea, entiendo que Trollino tiene órdenes de vigilarme y eso, pero aún sigue siendo algo traicionero que me exponga de tal forma frente al jefe, que lamentablemente es mi padre.

—Andrés, tu desempeño laboral está empeorando. No veo el día en que seas más considerado y responsable, no como ahora que solo vives por mi dinero. —Reclamó con seriedad mi padre.

—Aún estoy estudiando, padre, está semana voy a entrar a exámenes quimestrales, por lo que, estaré más ocupado. —Expliqué.

—¿Acaso no puedes balancear tus estudios con un trabajo de medio tiempo? —Preguntó sarcásticamente.

No sé de dónde viene ese odio que tanto mi padre me tiene, desde que nací parece haberme odiado. Hasta mi familia paterna me odia, pero irónicamente a mi hermano mayor no lo odian, lo tienen muy idealizado cuando en realidad es otra persona distinta a la que conocen.

—Solo te estoy pidiendo dos semanas para estudiar y terminar con los exámenes, ¡¿es mucho pedir?! —Reclame agobiado.

—Andrés, háblame con respeto, que no soy tu amigo ni tu hermano para que me hables de ese modo.

—¡¿Es en serio?!

—Soy tu padre, tienes que respetarme al hablar o al reclamar algo.

—¡Cómo padre eres una mierda! Nunca respetaré a alguien como tú aunque me pagaran.

—¿Nunca?

—Nunca, ¡jamás!

No soy de hacer un escándalo pero ya me había cansado, o sea, no es que sea el mejor en el curso pero al menos quiero pasar el año y que mi padre no quiera darme un descanso es ilógico.

—Como quieras. Puedes irte de aquí para que puedas estudiar.

—Por fin me haces caso.

—Pero tu sueldo será reducido, si lo quieres de vuelta tendrás que trabajar como lo hace Javier, es decir, trabajar de 7 de la mañana hasta las 8 de la noche. —Decía mientras veía su celular.

—¿¡Quieres decir que si dejo de trabajar por máximo dos semanas me quitarás el poco sueldo que me das al trabajar aquí!?, ¿estás loco o algo así? —Pregunté incrédulo.

—No estoy loco, Andrés. Vas a trabajar un máximo de una hora, ¿no? Entonces lo lógico es que no te paguen la hora que trabajas, y peor aún cuando no sabes ni trabajar. —Dijo frunciendo el seño.

—Pero...soy tu hijo.

—No puedes ser llamado mi hijo si no sabes preparar un maldito café.

Los adultos saben decir cosas hirientes de vez en cuando, pero...esto ya es pasarse de la raya. Mi padre fue el que decidió enviarme a trabajar, yo nunca quise ni aprobé esa idea.

—Ya queda a tu elección lo que quieras hacer, Andrés. —Decía mientras caminaba hacia la puerta.— Y eso quiere decir que no me decepciones más. —Dijo antes de salir.

Cuando mi padre salió de la cafetería, el lugar quedó en silencio, los pocos clientes que estaban sólo ignoraron la escena que vieron y siguieron con lo suyo, mientras que Trollino me miraba con algo de lástima.

—Lo siento...

—Descuida, ya sabes como es el jefe de todos modos.

—Lo sé, pero pude ayudarte...no sé, diciéndole alguna mentira y así no hubieran tenido esa discusión. —Dijo, abrazándome.

—Trolli, sé que no te gusta mentir, así que no tienes porque estar sintiendo lástima. —Dije, correspondiéndole el abrazo.

—En serio discúlpame.

—No te preocupes.

—Bien...tenemos trabajo por hacer así que dejemos lo cursi por un momento. —Dijo, apartándose.

—Como digas.

Un amor sincero [ Spartor ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora