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Pov. Sparta:

Ellos al fin se habían ido, en serio, estaba nervioso por aquella escena de mi padre discutiendo con Mayo y Víctor.
Agradezco rotundamente que se hayan ido, pero ahora estaba en otra situación incómoda con Raptor y Flex.

¿Será posible que las situaciones incómodas me quieran tanto que siempre están presentes en mi vida? No es posible, pero si parece.

No sé porque ellos están aquí, es decir, la respuesta es obvia pero no necesariamente tienen que venir aquí, o sea, hay muchas cafeterías en esta ciudad como para que solo tengan que venir a la misma.

—Así que ustedes son novios y ayer casi, casi se besan al frente mío —mencionó Flex.

—Basta, Flex, eso no fue lo que pasó ayer.

—¿Qué dices? Tú estabas borracho, yo sé lo que vi y pues eso fue: un casi beso entre ustedes.

—¡Tú eras el que estaba borracho no yo!

—No le creas, Sparta, lo que pasó ayer él ni se ha de recordar.

—¡Porque lo que dices nunca sucedió!

—Estabas borracho, Raptor, que vas a saber de lo que hiciste —indicó Flex, encogiéndose de hombros.

Estaba totalmente desconcertado, ¿ayer me besó un chico? ¡Es imposible! Que va a pensar mi padre de esto...definitivamente no le va agradar para nada.

No sé que hacer, no quiero ser grosero con él pero me está provocando un sentimiento de ¿nerviosismo o quizás es asco? Lo más problameme sea asco, no me puede gustar un chico, para nada, imposible.

—Escúchame, Sparta, ayer no pasó nada, ¿bien? Flex anda delirando o no sé que le pasa —habló Raptor.

—¿Seguro? Dime la verdad.

—Te lo juro, créeme ¿si?

—Mhm, no lo sé —murmuré.

—Bueno, como sea, si era mentira lo que dije. Solo quería molestar a Raptor —mencionó Flex.

—¡Hasta que por fin lo dices! —reclamó Raptor.

—Oh, bueno, tengo que irme —dije, alejándome de ellos.

—Sparta... —murmuró.

Quería borrar de mi cabeza lo que escuché, nunca en mi vida he sido besado por un chico y mucho menos he besado a uno. Pero no entiendo lo que me pasa, por un momento lo que dijo Flex llegó a desanimarme. Parecía que por un minuto había querido que me besara, pero al mismo tiempo yo…no sé, estoy demasiado confundido como para saber que estaba sintiendo en ese momento.

—¿Qué te pasó? Por la cara que traes no pareces estar del todo bien —preguntó Trollino.

—Estoy bien, solo que algo confundido...nada del otro mundo, así que no te preocupes.

—Bueno, pero que conste que te pregunté.

—Lo sé, pero ya te dije que no es nada importante.

—Como digas. En fin, entrega este pedido a la mesa 6 —Indicó, dándome la bandeja con el pedido.

—¿Por qué no lo haces tú? Igual no estás haciendo nada.

—Sparta, eres mejor atendiendo a los clientes que registrando un pedido en la caja. No reclames y ve hacer tu trabajo.

No respondí nada y solo me fui, pelear con él sería una pérdida de tiempo porque siempre tiene la razón y eso me estresa.
¿Por qué todo lo que ese ser amargado dice es cierto?, ¿por qué siempre tiene razón? Nunca lo sabré, pero algún día debe equivocarse...o eso espero. Está mal de mi parte desear que le sucedan cosas malas a mi amigo, pero realmente quiero ver cuando cometa un error.

Un amor sincero [ Spartor ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora