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Pov. Sparta:

No quería gritarle y mucho menos armar un escándalo en un lugar como este. Pero no podía creer qué clase de persona era Raptor, ¿qué tan miserable podía ser? Como para aprovecharse de gente inocente que simplemente quería expresarle su amor.

—Por fin se fue, ahora...vamos a divertidos.

—¡Así es! Nadie quiere estar cerca de un híbrido como él. ¿Verdad, Sparta?

—Sí, si tienes razón...nadie quiere estar cerca de alguien como él.

Traté de ignorar lo sucedido y seguir con lo mío, aunque debo admitir que sí me dio tristeza que Raptor se haya ido sin decir nada más, sin dar explicaciones ni decir nada a modo de objeción.

¿A quién le importa él?, ¡absolutamente a nadie! Ni siquiera sé porque me preocupo, ahora lo que debería de hacer es beber y disfrutar de la fiesta.

Al beber alcohol, me siento eufórico y sin preocupaciones por un momento.
Sin embargo, a medida que bebo más y más, también empiezo a perder el control. Mi balance se vuelve cada vez más inestable y mi capacidad para pensar con claridad se ve limitada.

El pasar de las horas se vuelve mucho más rápido, empiezo a sentirme física y mentalmente deteriorado. Mis movimientos se vuelven lentos y tengo problemas para concentrarme en la conversación que están teniendo los chicos.

—¿Qué sucede, lindo? —pregunta una de las chicas, sentándose en mi regazo —Te veo algo deprimido, ¿no quieres ir al cuarto a relajarte un poco?

—¿Disculpa? —cuestioné, mas como un reclamo.

—Vamos, tú solo sígueme —indicó, jalando mi brazo —. Te sentirás mejor después.

—¡Anda Sparta! Regálate un poco —ánimo Michael.

—O-oh...está bien —accedí, algo nervioso.

—¡Muy bien, chico!

—¡Eso, así se habla Sparta!

—Que se diviertan. En especial tú, Sparta.

Mis pensamientos se vuelven confusos y ni siquiera puedo expresarme con claridad. Solo la seguí hacia el segundo piso.

¿Cometí un error?

De un momento a otro me encontraba en una cama con una chica, ambos desnudos y ella gimiendo como si fuera su primera vez, claro es que no lo era. Me estaba metiendo con la novia de alguien y lo sabía, ambos lo sabíamos pero no nos importó.

Creo que había pasado menos de una hora cuando alguien interrumpió en la habitación, algo que nos sorprendió y en seguida buscamos con que taparnos.

—Bien, queridos no-virgenes, ya pasó su hora de estadía —indicó, Michael —. Largo de aquí.

—¡Me prometiste dos horas! —reclamó la chica.

—Si, lo prometí, pero hay alguien que quiere esta habitación así que largo de aquí, puta.

—¡Ahg! Esta es la última vez que me verás en una de tus estúpidas fiestas. Michael, ¿me entiendes? —exclamó, mientras se cambiaba.

—Si, por supuesto —murmuró, haciendo señas para que la chica salga.

Estaba algo impresionado, mejor dicho impactado. Sentía que las cosas habían pasado muy rápido.
Cuando ella por fin salió, Michael cerró la puerta y puso seguro. Algo que en su momento no entendí, pues pensé que él iba a dejar que me cambiara en paz.

Un amor sincero [ Spartor ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora