Pov. Raptor:
Habían pasado casi cuatro semanas desde la última vez que vi a Sparta, semanas que he estado desperdiciando dinero comprando café en el lugar donde trabaja, café que no quería beber, pero todo fue en caso de que alguna vez me encontrara con Sparta por casualidad, algo que nunca pasó, hasta este punto consideré que estaba siendo evitado por él.
Aunque intentara contactarme con él varias veces, siempre terminaba ignorado. Intenté de todo, hasta hablé con su hermano y sus amigos de la cafetería, pero ellos ponían excusas o directamente ignoraban la pregunta. No entendía cuál era el misterio de todo este asunto ni el porqué estaba siendo ignorado.
Pero aquí me encontraba en la dichosa cafetería donde nos conocimos, sentando en el sitio donde frecuentaba estar casi todas las tardes con una taza de capuchino acompañado con galletas de chocolate. La misma orden de ese día, el día donde me mirabas de una manera extraña. No nos conocíamos y mucho menos querías tener una conversación conmigo, pues tu nerviosismo lo delataba, pero aún así fuiste capaz de aceptarme como tu amigo aunque fuera un híbrido.
Quizás estoy siendo dramático, tal vez debería aceptar que él no quiere hablar conmigo y simplemente respetar su espacio...pero no puedo.
No puedo, no quiero, tengo esta extraña necesidad de estar con él, de hablar con él, aunque sea sobre algún tema absurdo como "qué desayuno esa mañana o qué color le parecía más llamativo", el tema no importaba, sólo quería verlo, escuchar su voz o su ligera risa cuando algo le parecía una tontería. Por más absurdo que fuera, por más tonto que me tenía, quería verlo.—¡Raptor, hola! Hoy llegaste más temprano que yo, ¡felicidades! Pero bueno...¿Puedo sentarme aquí?
Esa voz. Aquella voz de esa persona que me ha estado acompañando de vez en cuando en mi espera por Sparta.
Cuando nos conocimos ni siquiera me había dado cuenta, pero ahora que hablamos casi más seguido puedo confirmarlo...su voz es parecida a la de él.—¡Pues claro! Sabes que eres bienvenido siempre, bueno más que nada, eres una buena compañía.
—Gracias, Raptor.
Claro, eres una buena compañía, pero a veces te quedas callado durante largos ratos, y siempre me hago la misma pregunta: "¿En qué tanto piensas?".
Nunca sueles hablar de ti, cuando hablamos siempre son temas relacionados conmigo, incluso si quisiera hablar de ti o algo relacionado con tus gustos siempre lo evitarías.—Entonces, ¿qué vas a pedir hoy? —pregunté, llamando su atención de inmediato.
—En realidad no sé, quizás un cheescake o algo por el estilo —indicó, sacando de la mochila su laptop —Ya comí en la uni, así que no tengo mucha hambre.
—Oh...ya veo —murmuré, levántandome del asiento —. Iré por mi pedido, no te muevas.
—No lo haré, lo juro.
Estas últimas cuatro semanas hemos estado con esa típica frase sólo por diversión y por una pequeña equivocación que tuvimos al confundir pedidos. Nuestra amistad ha mejorado en unas semanas y es impresionante. Empezamos a hablar más seguido por la frecuencia con la que iba a la cafetería, tal vez era por su ligero parecido con Sparta o tal vez porque esta relacionado, de alguna manera, con la familia de Sparta. Para ser específico, él era el novio del hermano de Sparta.
Pensar mucho en Sparta me esta haciendo daño, pero no puedo parar. No me gusta que mis amigos estén ignorándome y mucho menos que desaparezcan de la nada de mi vida.
Un grito demasiado fino fue lo que me sacó de mi trance, devolviéndome a la realidad, ¿qué había pasado?
Estaba esperando por mi pedido en la fila, pero unas chicas empezaron a quejarse, o mejor dicho, a chismosear detrás mío.
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Un amor sincero [ Spartor ]
Fiksi PenggemarSparta a través de una pequeña equivocación en su trabajo conoce a Raptor; quien sería su próximo amigo, pero ¿qué pasaría si su amistad cambia a un enamoramiento no deseado? Sparta siempre ha tenido problemas con su padre y, en una de esas discusi...