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TW: Lenguaje inapropiado (insultos).

Pov. Sparta:

Habíamos llegado a la casa. Gritos y gritos eran lo que más se escuchaba. Pensar que era una tarde agradable que ahora fue arruinada por miembros de mi familia y por su forma de pensar tan tonta.

—¡¿Qué carajo tienes en mente, Víctor?! ¿Acaso tú prima te contagió esa enfermedad o qué? —Reclamó mi padre.

—¡No puede ser que TÚ seas igual que esa deshonra! —Reprochó una tía.

—Creí que te habían criado bien...—Sollozo la abuela.

—Deberían enviarte al psicólogo para que te ayuden con esa mentalidad tan repugnante que tienes. —Indicó un tío.

—¡Asqueroso! —Reclamó una prima.

Cada quejas o gritos de nuestra familia se estaban volviendo estresantes, pero mi pregunta aquí era: ¿Cómo habían descubierto que Víctor era gay? Él siempre había sido cuidadoso para que nadie lo descubra, pero al parecer alguien lo había delatado.

—Soy gay, ¿y qué? A ustedes no les afecta en nada eso, así que paren con sus quejas absurdas. —Habló con firmeza.

—Víctor, ¿por qué cometes tal pecado? ¿acaso no te eduque bien? —Preguntó mi padre.

—¿Amar a alguien es pecado?

—No, pero sí es del mismo género pues si lo es. —Respondió una tía.

Víctor se quedó mirando fijamente a nuestro padre, no respondió nada y corrió al segundo piso.

—Es bueno saber que tú no te pareces a tu hermano o tu prima. —Comentó una tía.

—Gracias, ¿supongo? —Contesté, algo incómodo.

—Andrés, cariño, quiero hablar contigo un momento. —Ordenó mi madre.

—Esta bien, mamá.

Nos levantamos de nuestros puestos y fuimos rumbo a la parte de arriba; para poder hablar sin ser interrumpidos o que alguien esté de metiche escuchando.

—Tú lo sabías, ¿verdad? —Preguntó, tomando mi mano.

—¿Qué cosa, mamá?

—Sobre lo de Víctor...

—Ah, eso. Si lo sabía, pero él me dijo que no les diga nada.

—Ooh...ya veo. —Balbuceo.

Soltó mi mano y me miró fijamente, su mirada se volvió triste, casi como si quisiera llorar.

—¿Todo bien? —Pregunté, sosteniendo sus hombros.

Ella no respondió, su piel se estaba volviendo helada y su rostro palideció. Con su mirada fija en mí, pude ver como las lágrimas caían de sus ojos cansados.
La abracé, tratando de calmarla, pero seguía derramando lágrimas sobre mi hombro.

—¿Mamá? Me está preocupando.

—Iré a mi habitación. —Murmuró, alejándose.

Su estado actual si me estaba preocupando, pero aún no entiendo porqué esta así. Que su hijo tenga diferentes gustos no es para tanto.

—Hey, Sparta. —Dijo Andrea, acercándose.

—¿Qué pasó? —Pregunté.

—Escuché lo de Víctor, por cierto, me alegro por él.

—Esta bien, solo eso o ¿cuál es tu punto aquí?

—Es sobre Karen...mira, ella fue la que dijo eso a su familia. ¡Pensé que iba de broma!, pero al final si era real. Lo siento. —Explicó con nerviosismo.

Un amor sincero [ Spartor ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora