• 04 •

505 46 3
                                    

Pov. Raptor:

Estaba esperando afuera de la casa de Mike, aburrido, porque no apareció y ya era demasiado tarde. Tanto era mi espera que ya estaba bebiendo el Mocha de Mike, no todo, pero casi termino el vaso.

Aun así, seguí esperándolo, sentado en la vereda y mirando el celular. Entra una duda a mi cabeza...¿y si le escribo a Sparta? Por algo le pedí su número, y ya es algo raro que no le haya escrito después de dos semanas.

Sparta

Hola
Soy Raptor :>
6:20 p. m.

Hola
Qué tal?
6:21 p. m.

:D Bieeen, y usted? JSJS
6:21 p. m.

Bien pero con sueño
6:21 p. m.

Cómo así?
6:21 p. m.

Oyee
6:21 p. m.

Por cierto, fui a la cafetería y no estabas .-.
6:21 p. m.

Me cambiaron de turno
6:22 p. m.

Que mal, pensaba ir mañana pero creo que de noche ya no puedo
6:22 p. m.

Bueno, ni tan de noche, ocupo el turno de las 4 hasta las 9 de la noche
6:23 p. m.

Tal vez si voy con un amigo
6:23 p. m.

Claro, aquí los esperamos
6:23 p. m.

Gracias :)
6:23 p. m.

Apagué mi celular porque escuché a un auto estacionarse. Miré hacia arriba y vi a Mike junto con Acenix acercándose a la puerta de la casa.
Mike cargaba a Acenix en sus brazos; aparentemente dormido. La apariencia de Mike solo me decía que estaba cansado y con mucho sueño.

—¿Estás bien? —Pregunté, levantándome.

—Algo así. —Respondió mientras buscaba las llaves de la casa.

—Déjame ayudarte. —Dije, cargando a Acenix.

—Gracias.

Segundos después Mike encontró la llave de la casa, para después abrir la puerta y entrar.
Al entrar me dijo que dejara a Acenix en su habitación. Cuando regresé a la sala lo vi acostado en unos de los sofás y con el brazo tapándose los ojos.

—¿Qué sucedió con Acenix?

—Lo expulsaron de su escuela porque, supuestamente, le pegó a uno de sus compañeros. —Dijo mientras se sentaba.

—¿Quieres que te prepare algo de comer?

—No, gracias.

—¿Seguro? No me molesta, además...te ves algo estresado.

—Buenooo, pero no tardes tanto ¿si?

—Como digas.

Entre a la cocina y busqué en la refrigeradora los ingredientes, pero había un pequeño problema...no había absolutamente nada ahí dentro. No había ni un tomate, limón o una cebolla, ¡absolutamente nada!
Miré en las repisas para ver si tenía galletas o algún chocolate, pero tampoco había nada.

—¡Mike!, ¡no hay nada aquí! ¿¡Cómo quieres que te alimente!? —Reclamé, intentado ser escuchado desde la otra habitación.

Espere alguna respuesta pero solo se escuchó unos murmuros, y después pasos acercándose a la cocina.

Un amor sincero [ Spartor ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora