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Pov. Raptor:

Eran más de las tres de la mañana cuando finalmente llegué a casa, ¿por qué tardé tanto en llegar? Fácil de responder; me perdí, y estando medio borracho no podía recordar los nombres de las calles alrededor de mi casa lo suficiente como para pedir un taxi, así que tuve que caminar inconscientemente esperando llegar a mi objetivo. Lo cual logré con éxito después de tres horas.
Aunque me sorprende mucho que no me hayan secuestrado ni asaltado cuando estaba en la calle a esas horas de la noche.

Como era de esperar, mis padres no estaban en casa, solo había algunos sirvientes organizando, limpiando y preparando las cosas para la mañana.

—¡Oh, dios mío! Joven Raptor, ¿puedo saber por qué llega tan tarde a la casa? —preguntó angustiada una de las sirvientas, dándome una cobija.

—Estoy bien, no te preocupes —murmuré, devolviendo la cobija —. ¿Y mis padres?

—¡Pero Joven Raptor! Usted apesta alcohol, y ya sabe las reglas que sus padres tienen: no beber ni fumar sin su permiso —regañó, envolviendome con la cobija.

—Yo...yo les dije que iba a una fiesta, es normal que haya alcohol ahí —indiqué, caminando hacia la cocina—. Pero de todos modos, ¿qué importa? Ellos no están aquí.

—¿Y qué pasa si no están? Tú tienes como obligación respetar sus reglas —interrumpió otra de las sirvientas.

—¡Señora Carmen!, ¿¡cuáles son esas formas de hablarle al joven Raptor!?

—Déjala, Rosa, ella siempre ha sido así de "directa" —indiqué, haciendo énfasis en la última palabra.

—¡Tsk! Que arrogante suenas, mocoso. ¿Qué te hicieron en esa fiestita? —preguntó, señalándome con un cuchillo.

—¡Señora Carmen, no haga eso!

—Tú cálmate y vete de aquí. Quiero hablar con ese mocoso a solas —ordenó la mayor, ahora señalando la puerta.

—Yo...¡no haré eso! —protestó, poniéndose adelante mío.

—Tranquilízate, ella no me hará nada, ¿ok?

—¡Pero, Joven Raptor, ella trae un cuchillo!

—¿Y qué? Ella no sería capaz de hacerme daño. Así que puedes irte —indiqué, mientras la guiaba a la salida.

Intenté echarla de la manera más gentil posible pero ella se resistía, hasta que finalmente logré cerrar la puerta, y así tener más privacidad para hablar con la persona a quien consideraba mi nana.

—Hasta que por fin se fue —habló, dejando el cuchillo en su lugar—. Ahora, ¿quieres desayunar galletas o cereales? —ofreció, mientras buscaba en la alacena.

—Mhm...galletas estaría bien.

—Perfecto, mientras te preparo tu comida cuéntame lo que te pasó.

—Pues...¿cómo explicarlo? Ni siquiera sé que pasó exactamente, solo me enojé con un chico a quien creía que era mi amigo.

—Tú no te enojas así por que sí, debió haber algo o quizás alguien que te hizo enojar.

—Mhm, quizás fue por él...mi ex pareja estaba ahí —mencioné, tapándome la cara con las manos.

—¿En serio? Pensé que ya la habías superado hace años.

—¡Carmen! No me refiera a ella, sino a él...a Michael, ¿lo recuerdas?

—¡Pensé que él era tu mejor amigo! —indicó, sorprendida.

—Lo era, como también era mi pareja, pero ahora es un enemigo —indiqué, sentándome en el mesón.

—Bueno, ahora todo tiene sentido. ¿Pero qué hizo él como para hacerte enojar?

—Al parecer le dijo a mi amigo cosas malas de mí para que él me odie... —respondí algo enojado al recordar ese momento.

Ni siquiera podía creer lo bajo que cayó Sparta, ¿por qué le cree a él? Tenía que esperar mi versión de esta estúpida historia como para juzgar y decidir a que lado irse.

Pero él no lo hizo, claro que no, fue manipulado por sus propios amigos para hacerle creer que yo era el malo, al fin y al cabo llevan en la sangre manipular y traicionar a los demás como les plazca. No somos iguales; ellos son humanos y yo soy un híbrido, pero ¿y qué?
En casi todos los sentidos soy mejor que ellos, tengo una personalidad más "humana" que ellos, su crueldad supera lo que puede ser un "monstruo" a lo que ellos nombraron como un híbrido.

Según ellos somos los malos, una clase de fenómeno que no tiene corazón, un ser que pueden manipular y utilizar a su antojo. Pero ellos son lo que están más corrompidos.
Aunque no les basta dañar las cosas, ellos quieren mandar y seguir haciendo daño a los demás. Acaso no les bastó con dañar a la naturaleza, sino que también tienen la necesidad de arruinar todo lo demás. Como si fuera un requisito para vivir.

—¿Estás bien, Raptor? —preguntó, mirándome preocupada.

—Eeh, si, solo pienso en lo que pasó en la fiesta —mencioné, bajando del mesón.

—Creo que deberías hablar con tu amigo y aclararle las cosas. Ya sabes, por si acaso.

—No lo sé...lo pensaré.

—Mhm, como digas. Aquí están tus galletas, procura no ensuciar tanto tu cuarto con las migajas —indicó, dándome un tazón lleno de galletas —. Que lo disfrutes, niño.

—¡Gracias, nana!

—Si, si, como sea, ándate de aquí antes que alguna empleada te vea y nos delate porque te di comida extra.

—¡Oh! Tienes razón, me había olvidado las reglas de mis padres...

—Exacto, ahora vete antes que me arrepienta.

Creo que de todas las personas que he conocido es la que más me agrada, tanto que incluso la considero mi nana porque no me defrauda ni me critica, sino que está ahí para mí y me apoya en casi todas mis decisiones. Solo por ella tengo un poco de fe en la humanidad.
Pero después hay personas como Michael que me quitan esa poca fe con solo su presencia.

Pero ¿qué pasa con Sparta? ¿Cómo puedo considerar a Sparta? Lo consideraría alguien bueno o quizás alguien malo. Para eso debes juzgar por la apariencia y la personalidad, pero ¿cómo es él?

Es una de las personas cuya personalidad, acciones o forma de pensar aún no he descifrado, es alguien difícil de entender que me genera el deseo de seguir conociéndolo y descubriendo sus gustos, pasiones o sus motivaciones para seguir viviendo afrontando la vida...simplemente alguien maravilloso que aún no acepta lo que es.

Yo sé que él duda, que está atrapado en ese circulo de miedo. Donde personas superiores, amigos o familia son lo que dominan, personas que no importan, tan solo por el hecho que te hacen daño ya deberías saber que son malos, personas repugnantes que no tienen la suficiente autoestima que buscan dañar a los demás como un intento de sentirse mejor, intentando proyectarse en ti, intentando convertirte en ellos e intentar conseguir algo.

Solo son insoportables, no valen y no importan.
Desearía ayudarlo, desearía que él me hiciera caso, pero si llegara a manipularlo sería casi o igual de malo que ellos.

No sé que hacer, en situaciones como esta la única opción es hablar, pero ¿qué le digo para que ninguno salga herido u ofendido?

Un amor sincero [ Spartor ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora