𝐹𝑂𝑅𝐺𝐸𝑇 𝑀𝐸 𝑁𝑂𝑇

³⁵

— ¿Kento? — preguntó Sunghoon separándose de Tn.

Mi cuerpo se paralizó al ver a Kento a tan solo centímetros de Sunghoon.

Ambos se miraban esperando la respuesta del otro mientras que Sunghoon mantenía su brazo en mi estómago tratando de alejarme.

— Llamaré a la policía Kento.

— No te preocupes, seré rápido.

— Cuida a Tn Sunghoon.

— Lo estoy haciendo bien asique vete de una vez. — contestó Sunghoon.

— Entre con facilidad a tu casa está mañana.

— keiser basta de ladrar. — Murmuró Sunghoon tenso.

— Y dejé una nota, incluso Tn la leyó porque yo estaba ahí, vamos Tn, dile a Sunghoon lo que decía la nota.

Noté como Sunghoon se giraba a verme esperando que lo dijera pero ni siquiera tenía el valor de abrir mi boca y decir al menos un No.

Eso es lo triste, nunca tuve valor.

— ah cierto, ahora es muda. — contestó Kento rodando los ojos — siempre lo estoy vigilando, siempre estoy a un paso detrás de ustedes dos.

— Pudrete Kento. — contestó Sunghoon empujando a Kento con fuerza.

— Yo no soy el que se va a pudrir en un ataúd.

Sunghoon escupió saliva en el rostro de Kento y se alejó tomando mi mano con fuerza.

Caminé a pasos torpes y me metí al auto con rapidez.

Estoy asustada.

3 DÍAS DESPUÉS

Sunghoon ganó nuevamente en el súper bowl asique pasó a las fases con equipos más complicados, algunos, según el serían faciles ya que siempre ha mirado los partidos en casa tratando de observar los movimientos de sus oponentes.

Hablando de Kento, no ha pasado nada aún y prefiero que se mantenga así.

Sunghoon no se tomó bien que no le haya dicho lo de la carta pero lo entiendo, después de todo, Sunghoon está consciente únicamente de la carta, no sabe nada más al respecto..

— Ya vuelvo.

— Tn.

— será rápido...

— ah... Bien.

Me alejé de Sunghoon y subí al auto de Azumi.

Allí condujo hasta un restaurante donde nos pusimos en la mesa con mejor vista a la mesa donde estaría stacey con su cita.

— Mírala, no sé la ve nerviosa.

— Mejor, tiene que poner seguridad ante todo. — respondí con una sonrisa.

— ¿Será lindo? — preguntó Azumi.

— ¿Que decía el perfil?

— Mide 1,78, estudia abogacía pero adora el deporte del fútbol, le gusta la pizza, ama principalmente a los perros y no tiene fotos.

— ¿No tiene fotos? ¿Y como piensas si le gustará a Stacey? — pregunté.

— No lo sé, según el mismo chico, se considera feo. — contestó Azumi.

— ¿Nombre? — pregunté.

— Sam.

— Edad.

— 19.

— ¿¡19 AÑOS!? — Grité.

— Ajá.

— Dios mío, la meterán presa por salir con un-

— No es menor Tn, ya es adulto ese chico y para el amor no hay edad. — contestó Azumi.

En cierta parte tiene razón pero..

— Ahí llegó creo.

Me gire viendo a la entrada y observé con atención a aquel chico.

Miré cada movimiento que hacía para luego observar su rostro cubierto con una mascarilla, de hecho, ninguno de los dos se había visto por el momento.

— Se va a sacar la mascarilla! A ver qué tan feo e-

— no te la puedo creer. — Susurré.

— ¿Que? — preguntó Azumi — Ay dios.

Tapé mi boca mientras miraba los rostros de ambos.

— Tú.

— Tu que haces aqui. — contestó Stacey.

— Vine por una cita, ¿Porque otra cosa estaría aquí?

— No eres Sam... Eres... Eres ¡El idiota de Senyun!

— ¡No me insultes! Tú te llamabas Rebeca!

— Mentiste!

— Mi nombre en estados Unidos es Sam, idiota!

— Es un niño... — Susurró stacey.

— y tú? Una vieja.

— ¿Cómo te atreves? — contestó Stacey parándose de la silla. — denunciaré tu perfil como mentiroso.

— ¡Te haré spam! — contestó Senyun agarrando su teléfono.

— Ay dios mío. No puedo creer lo que mis ojos están viendo...

Observé a Senyun y a Stacey agarrar sus teléfonos y bloquearse entre si de todas las redes sociales.

— Olvida que esto paso. — contestó Stacey.

— Claro que lo olvidaré.

Miré cómo Senyun se iba del restaurante y corrí hacia Stacey.

— ¿¡Que fue eso!?

— una cita arruinada por mentiras, uh.

— Ni siquiera era tan lindo, ni tan alto, tampoco bien físico o sincero... — Murmuró Stacey soltando un suspiro.

Azumi golpeó la cabeza de Stacey y negó con la cabeza.

— no, eh.

— Ah es que... Es un idiota pero... ¿Que tal si esas peleas son amor de verdad?

— Cállate Stacey. — contesté.

Me quedé en silencio viendo a Stacey formar un puchero con sus labios por lo que salimos del restaurante.

— me había dicho que su comida favorita era la pizza, a mi también me gusta la pizza. — susurro Stacey — Incluso dijo que le gusta jugar con los niños en las donaciones a las que va.

— Stacey, tu odias los niños.

— puedo hacer una excepción.

NOTA -800 PALABRAS