It had to be you

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Sostiene mi mano mientras bailamos una canción romántica y nos sonreímos como si fuéramos los únicos en la pista de baile, jamás imagine que tenerlo en mi vida sería tan perfecto.

—No sabes cuánto te amo—susurra en mi oído.

—Te amo más—le susurro, con lágrimas en mis ojos.

Aún recuerdo aquel día que nos conocimos, sus ojos fueron los primeros que quedaron tatuados en mi memoria, vivimos tantas aventuras a diario. Aprendemos cosas nuevas, sonreímos y agradecemos por todo lo que hicimos.

Y aunque pocos sepan la verdadera persona que se esconde detrás de un uniforme de fútbol americano, al llegar a casa esa es la persona que más amo; tanto como fuera y dentro de la cancha. Él es el hombre que soñé un día, con el que deseo pasar el resto de mi vida, con el que quiero formar una familia y llegar hasta la vejez.

—Eres lo mejor que me paso en la vida, después del fútbol americano—me dice, haciendo que me ría.

Josh es aquel buen amigo, buen hijo, buen hermano, buen hombre que siempre está dispuesto a ayudar sin mirar a quién. Sinceramente, si ese día, esa hora y en ese lugar yo no hubiera estado; quizás sería otra persona la que estuviera a su lado en este momento.

A veces el destino obra de maneras misteriosas.

—Nunca te alejes de mi—me susurra en el oído.