It had to be you

17

17 días para la boda.

Somos dos extraños durmiendo en la misma cama y sin decirnos una palabra, es abrumador porque nunca en todo el tiempo que tenemos juntos jamás nos había pasado algo así, solo espero que con la llegada de Makenna las cosas cambien mucho y la tensión que existe se quede atrás.

—Ya tengo todo—dice el joyero que nos está ayudando con las alianzas para nuestra boda.

—Nos veremos en unos días—dice Josh.

—Sí señor Allen.

Nos despedimos y salimos de la joyería—¿qué te pasa?

—No me siento bien—miento.

—Por supuesto—dice sarcástico—se que estás molesta conmigo, pero al menos finge que te importa nuestra boda.

—Claro que me importa nuestra boda—digo molesta.

—No pareciera, es como si el único interesado fuera yo.

—Te equivocas, nuestra boda no tiene nada que ver con lo que está pasando.

¿O si?—pensé.

—Creo que hubiera preferido no haberte dicho nada.

Después de ahí, todas las mujeres de la familia Allen y mi mamá; por videollamada, me ayudaron a elegir el peinado y el maquillaje para la boda.

—Ya falta poco para verlas—dice mi madre feliz—no saben lo ansiosa que estoy.

Sonrió—te esperamos por aquí.

—Miren la hora—dice la abuela, observando un reloj en la pared—llegarás tarde a tu ensayo.

—Lo había olvidado por completo.

—¿Sucede algo?—Pregunta Nica.

—No, ¿por qué?

—Porque estás algo callada y no eres así, Josh y tú, es como si algo estuviera pasando.

—No está pasando nada—miento—estamos un poco nerviosos por la boda, es todo.

—Debes relajarte, la boda será perfecta—dice mi madre.

—Para mi, lo perfecto fue ver a Joel esperándome—dice Lavonne, feliz.

Sonrió—eso sería perfecto, digo, no lo de Joel esperándome—todas se ríen.

—Lo entendemos cariño, Mak, lleva a Kerstin.

Poco después habíamos llegado al salón de baile donde Josh y yo practicaremos para nuestra boda, al ingresar al establecimiento, me encuentro a Josh con una mujer que debe ser la profesora.

—Hola Kerstin, soy Amelia—dice sonriendo, una vez que me acerco a ellos.

—Mucho gusto—le sonrió.

—Josh me comentó los planes que tienen para su baile.

—Sí, no creo que sea buena idea.

—¿Por qué? Es su día y deben lucirse, deben brillar como nunca.

—Es que no quiero que se caiga o se lesione.

—Entiendo, no se preocupe, seremos muy cuidadosos—sonríe—confíe en su compañero de vida.

—Si no sale a la primera, lo olvidaremos.

—Trato.

La profesora nos fue indicando lo que debíamos ir haciendo, se alejo un poco para reproducir la música.

—Vaya, si estarás así peinada, me darán ganas de deshacerlo en nuestra noche de bodas—dice sonriendo.

Mi risa se escucha—no molestes.

Al terminar nuestro ensayo, ambos salimos y me detengo, haciendo que Josh hiciera lo mismo—¿qué sucede?

—Me comporte como una tonta que se dejó llevar por sus celos y lo siento.

Josh suspira y me sonríe—nunca te había visto así y puede que haya sido un poco divertido.

—No es gracioso, por un momento pensé que estabas enamorado de Samantha.

—Nunca—me dice rápidamente—ella no significa nada para mi, tú y solo tú eres la mujer de mi vida, eso nunca cambiara.

Sonrió más tranquila, olvidando todos los pensamientos y sentimientos negativos que invadieron mi cabeza—¿seguro?

Se acerca a mí y coloca su mano sobre mi espalda baja—eres lo mejor que me pasó en la vida y no te dejaré ir tan fácilmente.

—Te amo, ¿sabes?

—Sí—dejo un pequeño beso en mis labios—perdón por lo que pasó esta mañana.

—No importa, puede que hayas tenido razón, los celos me invadieron...no hay explicación, solo lo siento.

—Mientras quieras seguir conmigo, no importa nada.

—Siempre Josh—no quería arruinar nuestro momento preguntándole si había llevado a Samantha o no a su lugar secreto.

Aquella duda iba a permanecer conmigo hasta cuando todo esto hubiera pasado, no quiero más drama poco antes de nuestra boda.