21

102 14 0
                                    

Los días habían pasado, incluso nuestra fecha programada para la boda había quedado atrás; algo que de verdad me había dolido y deprimido por completo, pero luego pensé en mi bebé y todo se fue, sin embargo, seguía teniendo aquella sensación de vació. Josh, se había convertido en mi mejor amigo y en todo para mi.

—¿Está todo bien?—miro a mi izquierda y veo a mi mamá.

—Sí, estaba mirando el amanecer.

—Puedes resfriarte—coloca una manta sobre mis hombros—así está mejor—se sienta junto a mi.

—Gracias.

—Cariño...

—No mamá, no quiero hablar de Josh.

—¿Por qué lo hicieron? ¿Por qué se casaron a nuestras espaldas? Ninguno de nosotros se opuso a que fueran novios.

Tomo aire—fue porque Maia no los pidió—mis ojos se comienzan a llenar de lágrimas—ella había planeado todo, hasta pidió trasladarse de hospital solo para que la siguiéramos en su locura—sonrió, al recordar ese día—muchas veces me negué porque era peligroso que saliera del hospital, entonces, de tanto insistir accedí y nos fuimos a Las Vegas, ahí, no dejaba de sonreír o de reír, ella decía que era el mejor día de su vida—tomo aire de nuevo—luego, después de la boda, nos llevó a una playa—seco mi mejilla, porque las lágrimas comenzaron a correr por mis mejillas—era una nudista, ninguno sabía nada hasta que una pareja pasó frente a nosotras.

Mi mamá sonríe—¿es ahí donde ella se va?

Las lágrimas siguen corriendo por mis mejillas—ese día perdí a mi mejor amiga, ninguno volvió hablar de lo que sucedió en Las Vegas, no porque nos daba pena, sino porque me dolía pensar en lo que había pasado. Maia solo se quedó dormida en mi hombro y no volvió—el cáncer se llevó a la persona que por años consideré una hermana.

Mi madre me abraza y seca mis mejillas—nunca fue tu culpa y lo sabes.

Me tranquilizo porque no le haría bien a mi bebé—lo siento.

—No mi amor, no sientas nada—sonríe—estoy orgullosa de ti y lo que construiste con Josh.

—Pero ya no quiere verme.

—¿Lo dices por Samantha?

Tomo aire—esa mujer dijo cosas que no eran ciertas, Jason y yo nunca tuvimos nada; él es como mi hermano—elevo los hombros—me duele que no me haya escuchado y mucho menos creído.

—Todo se resolverá, ya lo verás.

—No lo creo, solo quiero estar con mi bebé, tranquila.

Mi mamá besa mi mejilla—aquí todos estamos para apoyarte.

—Gracias.

—Debes descansar, recuerda lo que te dijo la doctora.

—Sí mamá, estaré bien.

—¿Y los malestares?

—Horrible—ambas nos reímos por mi comentario.

—Debes llamar a Lavonne y explicarle todo lo que pasa.

Tomo aire—lo sé, pero no ahora.

—Bien, es tu decisión.

—Gracias—le sonrió.

—Todos vendrán a mirar el partido de los Bills, se que sigues triste por lo de Josh, pero...

—No, no creo que sea bueno mirar el partido.

—Entiendo, bueno, iré por tu desayuno.

Había olvidado por completo el inicio de la temporada y que todos mis familiares se reunían para mirar el fútbol americano, la verdad no quería lidiar con mi prima Caroline; la insoportable que nunca le gusto que anduviera con Josh, se que lo primero que haría sería burlarse de mí lanzando comentarios mordaces.

Y por otro lado está, Lidia; su madre, que aunque lleve casada años con mi tío Phillip, soy su centro de atención solo para preguntar cuando me casaría o que los hijos debían llegar pronto, porque sino, terminaría en una casa de retiro para adultos mayores y todas esas cosas.

—No, definitivamente no quiero lidiar con ninguna de las dos—susurré, cuando mi mamá se había marchado de la habitación.

La tarde había caído y me estaba muriendo de hambre, así que salí de mi habitación; caminó hasta donde estaban todos reunidos frente al televisor y antes de pasar a la cocina, veo algo que me deja sin respirar. Josh cayendo al suelo y su cabeza se había golpeado muy fuerte contra el piso, los segundos se hacen eternos y aun no se levanta, mi corazón se acelera y mis ojos se comienzan a llenar de lágrimas.

No podía seguir viendo aquella situación—no—susurro.

—Cariño—dice mi mamá.

Soy llevada de nuevo a mi habitación—escucha, debes estar tranquila, recuerda lo que dijo el especialista—dice mi padre.

—Necesito ver a Josh, quiero saber que está bien.

—Voy a llamar a los Allen, a ver si alguno de ellos sabe algo—informa mi padre.

Mi mamá llega con un vaso con agua—toma esto, te hará sentir bien.

Pero, nada me iba a pasar, solo quiero vomitar y llorar—no mamá, gracias.

—Por favor—me insiste.

Tomó el vaso y me bebo el contenido muy rápido, aquello hizo que deseara expulsar todo—no debes hacer eso, cariño.

—Lo siento.

—Josh estará bien, es un hombre muy fuerte.

—Tengo miedo a que algo malo le haya pasado.

—Estará bien, conocemos a Josh—me regala una sonrisa.

—Gracias—escucho decir a mi padre y al finalizar la llamada nos mira—acabo de hablar con Lavonne, dice que está bien, está siendo atendido por los doctores.

—Quiero ver a Josh—digo.

—Pero mi amor...

—Por favor—insisto.

—Cariño, no puedes viajar, ¿Lo olvidas?

—Solo quiero verlo.

Mi padre iba a hablar, pero la puerta se abre, dejando ver a mi hermano mayor—Josh, volvió al terreno de juego.

—¿Qué?—me preocupo aún más—eso no es posible, él, él....

—¡Debes calmarte!—Mi padre me tomó por los hombros, haciendo que lo mirase—¿Mejor?

—Quiero ver a Josh.

—No puedes subir a un avión, es peligroso, no puedes pensar solo en ti ahora—me dice mi Kenneth.

It had to be youDonde viven las historias. Descúbrelo ahora