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Mis nervios aumentaron cuando fui llevada a urgencias y trasladada a una habitación, tras sangrar; al principio pensé que sería por mi período, el cual se había retrasado en aparecer, luego, el sangrado no paraba y un dolor abdominal hicieron que me llevaran al hospital más cercano. Mi doctor me comenzó a hacer los estudios correspondientes y aun estaba esperando a que me trajeran los resultados.

Mi celular comienza a sonar y al mirar la pantalla vi que es mi mamá—hola mamá.

—¿Cómo sigues mi vida?—Me dice preocupada.

—Estoy bien, estoy esperando los resultados—digo al borde de las lágrimas—tengo miedo mami.

—Ya estamos llegando mi amor, debes estar tranquila, hazlo por mi.

Tomo aire—Si ves a Josh, no le digas nada, por favor.

—Kerstin, sabes que no estoy de acuerdo con eso; Josh es...

—Por favor, mamá.

Toma aire—bien, bien.

—¿Y papá?

—Está buscando un auto, pronto estaremos contigo mi vida.

—Bueno—susurro.

Ambas terminamos la llamada y dejo mi celular junto a mi, quisiera llamar a alguien de los Allen para preguntar por la abuela, pero sabía que todo el problema que se había armado por culpa de Samantha, había abierto una brecha en la relación con toda la familia de Josh. Nuevamente mi celular comienza a sonar y al mirar la pantalla sale el nombre de Jason.

—¿Jason?—digo al responder.

—Que bueno que respondes—dice aliviado.

—¿Cómo sigue la abuela?

—Ella está bien, solo una falsa alarma—respiro aliviada—la llevaremos a casa, hay que hablar.

—No estoy en la casa—digo, al borde de las lágrimas.

—¿Dónde estás?

—Estoy en el hospital.

—¿En cual?—Me pregunta alarmado.

—Fresno Heart and Surgical Hospital.

—Estoy cerca, voy para allá.

—No le digas nada a Josh, por favor.

—¿Está todo bien?

—No le digas.

—Está bien—al colgar, deje mi celular junto a mi, nuevamente.

Los minutos seguían pasando haciendo que todo sea una tortura. Al menos la abuela estaba bien y lo único que faltaba es que el doctor me diga que solo fue mi período que llegó más fuerte por el retraso que tuve.

Tocan la puerta—adelante—al ingresar, veo que es Jason.

—Hola—cierra la puerta y se acerca a mi.—¿Estás bien?

—Sí, mi dolor disminuyó, sigo esperando al doctor con los resultados.

—¿Qué pasó?

—Iba en el taxi rumbo al aeropuerto cuando comencé a sangrar, luego un dolor fuerte en el abdomen hizo que el taxista me trajera.

—¿Sangraste?

Iba a responder, cuando tocan la puerta—adelante—esta vez sí era el doctor quien entraba con una enfermera.

—Doctor—susurro.

—Buenas tardes, ya tenemos sus resultados, ¿quiere que le digamos frente a su esposo?

It had to be youDonde viven las historias. Descúbrelo ahora