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26 días para la boda.

Bajo las escaleras luego de un largo baño, para relajar mis músculos.

—Buenos días—saludo.

—Hoy sí que será un buen día—Dice la abuela, muy feliz.

—¿Por qué?—Pregunto, curiosa.

—Porque linda, ¿No te viste esa sonrisa?—Dice a la abuela, elevando una ceja—¿ya comenzaron a fabricar bebés?

Josh comienza a toser; pues en ese momento, estaba bebiendo jugo—Abuela, por favor.

—Ay, como si no fuéramos adultos y como si esté—señala al hermano menor de Josh—fuese virgen.

—Gracias abuela, por divulgar mi vida sexual en el desayuno.

—Ay por favor—rueda los ojos—aquí los presentes no son unas lindas palomas blancas.

—Mamá—reprocha el padre de Jhos.

—Ay por favor, con sus amigos hablan todo el tiempo de eso—dice la abuela.—Y que escándalo que la abuela diga sexo.

—Wow, wow, eso es asqueroso viniendo de ti—dice Jason.—Por eso, no traigo a ninguna chica a casa—para luego reírse.

—¿Acaso te gustan las mujeres?—Le pregunta la abuela, haciendo que Jason deje de reír y la risa de Josh se escuche—digo, no me importa que te gusten hombres, al menos tendrías compañía—está vez, Josh se ríe.

—Abuela—dijo Jason, avergonzado.

—Ay, ya estamos grandes para hablar como se debe.

—Salud por eso querida—le dice el abuelo a su esposa.

Cubro mi rostro con mi mano—Bien, esto es vergonzoso—dijo Josh.

Me siento junto a Josh—Por cierto, linda, ¿Cómo van los mareos y las náuseas?

—Bien, debió ser algo que comí durante el vuelo.

—¿Si sabes que mucho antes te sentías así?—Responde Josh.

Elevo los hombros—lo sé.

—Oh, linda. Es mejor llevarte al médico—dice Lavonne

—Suerte con eso—bebe un poco de jugo—le insistí mucho antes de venir y se negó unas, cientos de veces.

—Voy a golpearte, cielo—le susurro, con una sonrisa.

—Decidido, iremos al doctor, hablaré con Charles para que nos dé una cita—iba a hablar, pero me señala con su dedo índice—y no acepto un no como respuesta porque te llevaré de la oreja si es necesario.

—Y lo hará, créeme—dice Josh.

Después de aquel desayuno vergonzoso, la madre y abuela de Josh junto conmigo, nos levantamos y nos fuimos a mirar un álbum de fotos de Josh de cuando era un niño, esto, para que Jason hiciera una presentación en vídeo para nuestra boda.

Al observar las fotos, me iban contando la historia de cada una de ellas—Este día, no dejaba de llorar—dijo señalando una foto de cuando era un bebé—fue todo un reto. Pero al ver que una luz salía desde la cámara, se quedó observándola sin llorar.

—Así supe, que sería toda una estrella—dice la abuela, orgullosa. Haciendo que sonría.

—¿Y qué paso después?

—Se reía como loco, era como si supiera lo que estaba haciendo, es mi pequeña estrella y no se lo digas a Jason o las chicas, que luego vienen a decir que tengo favoritos—dice la abuela.

It had to be youDonde viven las historias. Descúbrelo ahora