27 días para la boda.
La noche de ayer fue estupenda, el poder pasar tiempo con la familia y llevarme bien con ellos, demostraba que estaba haciendo las cosas bien.
—¿En qué tanto piensas?—Me pregunta Lavonne, al mismo tiempo que conduce.
—No, en nada. Es solo, que este lugar es muy hermoso—le digo, emocionada.
—Deben venir más seguido linda—Dice la abuela, feliz.
—Mamá le dijiste a Makenna que nos espere en la tienda.
—Por supuesto.—Responde Lavonne.
—No puedo esperar a ver a Makenna—dice la abuela.—Sin contar, que me debe una apuesta.
—¿Ahora que apostaron?
—Algo sencillo, sin contar que paso hace un par de semanas.
Y en poco tiempo Lavonne, detiene el auto. Nos bajamos y una castaña corre abrazarnos.
—¡Que emoción! Ahora seremos familia—dijo muy emocionada.
Nos saludamos, de cierto modo, Makenna se las había arreglado para escapar de sus amigas, pues tenían planeado un viaje y no regresarían hasta unos días antes de la boda.
—¿Ya tu madre sabe?—Me pregunta, ingresando a la tienda donde se pueden ver los vestidos de novias.
—Sí, al principio quería tomar el primer vuelo que la trajera hasta acá, pero le dije que disfrutara de su tiempo con papá y al principio no estuvo muy convencida, pero termino aceptando; solo un poco.
—Ya me la imagino—ambas nos reímos.
—Buenos días, sean bienvenidas—pero al vernos, se detiene—¡oh, por Dios!
—¿Qué sucede Camille?—Pregunta otra mujer; supongo que trabaja aquí.
—Sean bienvenidas a mi tienda de novias. Espero que les guste lo que tenemos—sonríe.
—Más te vale, soy una anciana muy exigente—le responde la abuela.
Los minutos se fueron convirtiendo en horas y los vestidos, ya no eran ni uno, ni dos, habíamos pasado por seis vestidos y ninguno nos gustó. No sentía esas mariposas o ese brillo que dicen tener las novias al usar un vestido y ya me estaba comenzando asustar.
—Muchas gracias por todo, pero ninguno me gusto—dice la abuela.
—Mamá—le habla Lavonne.
—Un momento, antes de que se vayan, tenemos uno que acaba de llegar.
—Perfecto, quiero verlo—dice la abuela.
Me voy hasta el vestidor y en poco tiempo, me llevan el vestido.
Me cambio el que tenía, por ese que me habían llevado y debo admitir, me gustaba más que los otros, su escote es en v, con mangas de estampado, una cola, y lentejuelas que forman un cinturón el cual está en la cintura.
Me miro al espejo y lo veo, este es mi vestido.—Me gusta—digo feliz.
Tocan la puerta, y al abrir. Es la dueña de la tienda, con un velo y pendientes.
Me ayuda con el velo, mientras me coloco los pendientes.
—Se ve hermosa—me dice sonriendo.
Ella sonríe y salimos del vestidor.
Millones de mariposas revolotean en mi estómago, estoy nerviosa. Quiero que nuestra boda sea perfecta y que todo salga de maravilla. Al llegar a donde estaban todas, me miran.

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It had to be you
FanfictionNunca imaginas cuando las cosas están bien o cuando están mal, solo vez los resultados al final.