It had to be you

3

Tras el pequeño incidente con aquella mujer, logramos ingresar a los terrenos de los Allen.

—Te encantará—dice Jason, relatándome lo que había en la granja y cuanto había crecido, desde la última vez que Josh fue.

La forma en que lo narra mientras conduce, hace que mi imaginación vuele y quiera llegar rápido—cielo, por aquí casi una vaca te deja sin prometido—dice Josh, señalando un lugar—y todo por culpa de Josh.

—No es mi culpa que esa vaca estuviera loca, sin contar que le pareciste guapo—comencé a reír, pero al mismo tiempo todo me estaba dando vueltas.

—¿Todo bien?—Me pregunta Jason.

—Sí, me sentí un poco mareada, creo que tengo hambre.

—¿Más? Cielo, te comiste todo lo que había en el avión.

—No es mi culpa que den esas porciones tan pequeñas.

—Claro.

Ruedo los ojos y niego con mi cabeza—te odio.

La risa de Jason nos interrumpe—tú le tienes de todo a mi hermano, menos odio—se burla.

Ambos hermanos chocan los puños—se suponen que están enojados, sigan enojados—me cruzo de brazos.

—Y llegamos.

Al mirar al frente, veo una hermosa casa blanca, con ventanas azules y la bandera ondeando—¡Me encanta!

Muchas veces Josh me describió el lugar en el que había crecido y no se comparaba con mirarla en vivo. Siempre me gustaron los animales; incluso mamá, pensó que quería tener un zoológico en casa, porque animal que me encontraba en la calle, lo quería llevar conmigo.

Nos bajamos del auto y la puerta se abre, dejando ver a cuatro personas. Todos se acercan a nosotros y nos regalan un fuerte abrazo de bienvenida—Me alegra que hayan llegado—dice la madre de Josh, con una sonrisa en sus labios.

—Vamos, deben estar muriendo de hambre—dice la abuela de Josh.

Caminamos hacía el pórtico, donde subimos las escaleras y al ingresar al a casa, muchas personas gritaron Bienvenidos—Mamá—susurra Josh.

—Lo siento cariño, pero todos querían venir a darte la bienvenida y conocer a tu chica.

Las personas se iban acercando para saludarnos, haciéndome sentir cómoda, como si me conocieran de toda la vida—a ver y para cuando la boda—pregunta la mujer con una copa de vino en su mano—porque tu madre nos dijo que estaban viviendo juntos.

Josh mira a su madre y luego a la mujer casi de la edad de Lavonne—creí que era un tema personal—murmura—pero ya que estamos aquí...

Miro a Josh, antes de que siga hablando. Mi corazón se comienza acelerar rogando una y otra vez que no mencione nada de Las Vegas—¿Josh?

—Mi dulce chica y yo queríamos vivir nuestra aventura de vivir juntos, de aprender a conocernos más y de cierto modo nos ha funcionado. Porque, ¿Qué pasa si nos casamos y vemos que todo no era un cuento de hadas? Entonces, fue una decisión y créame la volvería a tomar una y mil veces—me dice, mirándome fijamente.—Y sobre la boda, aun no tenemos fecha.

—Es mejor que tengan fecha, no queremos un pequeño Allen corriendo por ahí antes.

—Pues, no tendríamos que preocuparnos, ya somos adultos, ¿no cree señora Brown? ¿Cómo está Abbie? Escuche que tiene una pequeña niña y ahora vive en el condado de Cameron.

La mujer bebió un sorbo de vino y no habló más—Oye, eso fue un poco grosero—le susurre.

—Es nuestra vida cielo y no dejaré que nadie de inmiscuya. —Me susurra.