Ciento Veintisiete Días Antes

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No sé a qué hora me quedé dormida, tampoco sé cuánto tiempo dormí, espero que no haya sido mucho.

Tenía el libro en las manos; debo aceptar que no leí en lo absoluto, al menos como diez páginas.

- Al fin te dignas a despertar - escuché decir. Me acomodé y miré a mi alrededor; vi a un chico alto, con cabello color castaño oscuro y algo desarreglado, se veía algo absurdo; ojos totalmente negros y tes blanca que hacía juego con sus ojos. Me miraba detenidamente, o eso creía.

- ¿Quién eres? - pregunté.

- Soy tu compañero de dormitorio.

- Ah - vacilé - ¿Cómo te llamas? 

- Sólo dime Sombra.

- ¿Sombra?

- Sí, me gusta.

- Bueno.

- Hoy empezamos las prácticas - dijo mientras salía del cuarto. Es muy extraño, aunque no puedo hacer nada, pero me gustaría tener el cuarto para mí sola.

Me puse de pie y me arreglé rápidamente; no podía llegar tarde en mi primer día, sin embargo no sé adónde debo ir.

Cuando iba saliendo me encontré con la pelirroja, debería preguntarle su nombre.

- Hola - saludé

- Hola, venía a buscarte - me dijo.

- ¿En serio?

- Sí, debo enseñarte en donde comenzarás con tu entrenamiento.

- Ya veo, ¿cómo te llamas?

- Soy Sidney - no entendía porqué nadie preguntaba mi nombre.

Sidney me dirigió en donde empezaré las prácticas. Recorrimos muchos pasillos, atravesamos cuartos y salones e incluso pasamos por un espacio lleno de árboles, era como un bosque. Esto está muy lejos de mi dormitorio, pensé.

- Aquí es - dijo señalando un salón enorme, el cual estaba alejado de la planta principal y de todo lo demás, era algo como un salón especial para los principiantes.

- Te deseo suerte - me dijo y se alejó. Entré al salón y divise a muchos jóvenes, todos parecían tener mi misma edad; también estaba "Sombra", me parecía estúpido, pero creo que debo acostumbrarme a llamarlo así. Me acerqué a él, ni siquiera me miró.

Esperamos un instante hasta que llegó "la directora", así se hizo llamar; la cual tenía cabello negro, largo y lacio, su piel era un poco morena.

Nos explicó porque debíamos pelear contra las Damon, era la raza enemiga de los Bomel, de por vida. Los Damon querían dominar el mundo y nosotros debemos impedirlo.

- Hoy no empezarán las prácticas, primero debo informarles por qué están aquí y cuál es nuestro deber, así que pueden regresar a sus dormitorios.

En el camino trate de cruzar palabra con "Sombra", pero él me ignoró por completo. Pues si sería mi compañero debería simpatizar con él.

- ¿Cuál es tu problema? - dije cuando llegamos a la habitación.

- Ninguno, ¿por qué lo dices? - dijo con una expresión de incredulidad y con una sonrisa de malicia.

- Porque me ignoraste todo el tiempo - él se reía, ¡ay, que idiota! -. ¿Qué te causa tanta gracia?

- Te ves muy patética - se puso serio - Quiero que no te acerques a mí.

- ¡Oye! No soy patética - él soltó una carcajada - ¡eres irritante!

- Eres patética si continúas reclamando sobre algo que no he cometido.

- No me vuelvas a decir así - dije y me acosté, deseo no volver a hablarle.

En Busca De Lo Que SoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora