Setenta Y Seis Días Antes

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Me desperté temprano así que decidí responderle a Stjepan. Le escribí un poco acerca de los Bomel y de como era la vida aquí.

Ya era hora de la práctica, así que salí del dormitorio, dejando a Sombra atrás.

- ¡Ey! - me gritó, no hice caso y continúe con mi recorrido.

- Ya sabes que no puedes andar sola - dijo cuando me alcanzó.

- Lo sé, pero debería defenderme sola.

- Son muy poderosos, ya lo sabes.

- Sí, sí, sí, como digas.

Empezamos con la práctica para controlar la tierra. La maestra nos iba explicando mientras nosotros la escuchábamos con atención.

- Bien, ahora pueden empezar a entrenar, quiero que apliquen lo aprendido - dijo al finalizar la explicación.

Para entrenar, lo hacíamos con otro compañero, así que yo me hice con una chica que estaba cerca. Nos colocamos en frente y comenzó a manipular la tierra que había a su alrededor, provocando un gran remolino de polvo y tierra.

Traté de concentrarme para que mi energía se centrara en ella y así poder controlarla; y sin embargo no sentí nada, no sentía mi energía y no era capaz de dominar a la tierra.

- Vamos, haz algo - me dijo.

- No puedo.

- ¿Qué? ¿por qué?

- No puedo sentir mi energía.

- ¿Cómo? ¿estás bien? - dejó a un lado sus manos y la tierra dejó de moverse.

Vi que la maestra se acercaba hacia nosotros.

- ¿Qué esperan? Quiero verlas practicar.

- Es que Arlett no siente su energía.

- ¿Cómo que no? Ello nunca había sucedido, ¿o acaso me están haciendo una broma?

- No, es en serio - dije.

- Si es así, entonces no eres Bomel, eres humana.

- No, yo he logrado controlar los demás elementos.

- Entonces haz una demostración -. Intenté de nuevo concentrarme, pero no logré nada.

- Bueno - dijo con tono pensativo -. Es cierto, eres humana y es muy peligroso que estés aquí.

- No, yo no soy humana - me miré las manos y no poseían nada extraño.

- Se ha demostrado lo contrario, ve adonde la directora y dile lo que sucede.

- No lo entiendo...

- ¡He dicho que te vayas! - todos se giraron hacia mí, incluso Sombra.

Empecé a caminar lentamente y algunas lágrimas cayeron; no sirvo para nada, aunque regresaré con mis padres, eso me alegraba.

Crucé al lado de Sombra, ni siquiera lo miré y continúe caminando; sentí una extraña sensación y una gran cantidad de energía, no hice caso, pues así no se sentía la energía para controlar los elementos. Cuando estaba más lejos Sombra me gritó:

- ¡No puedes irte!

- ¡Sombra! - le dijo la maestra. Haciendo caso omiso, Sombra corrió hacia mí y me detuvo agarrándome de un brazo que me obligó a girar.

- Mírame - continúe observando el suelo -. Arlett, no puedes irte, tú perteneces a este lugar, eres un Bomel, y lo sabes..

- ¡Sombra, regresa ahora mismo!

- ¿No viste lo que acabó de suceder? Ya no poseo poderes, ¿y qué haría yo aquí? Sombra, me debo ir - dije con tristeza.

- ¿Y qué harás? ¿adónde irás? No sabes como regresar; además, sabes que te están siguiendo y te quieren asesinar, no puedes estar sola.

- No importa, al fin y al cabo no soy buena en nada - sentí que la angustia y la ira aumentaron.

- ¿Cómo puedes decir eso? Tú no tienes la culpa, es causa de los Hechiceros, de lo que te hicieron.

- ¿Y entonces? No puedo hacer algo. Déjame, no intentes ayudarme - me solté de él y seguí mi rumbo.

- Espera, obtendrás de nuevo tus poderes, sólo debes esperar - me giré hacia él.

- ¿Y después qué? ¿cómo lo sabes?

- Me lo dijeron, sabía cuales eran las consecuencias, aunque no creí que te sucediera.

- Es mejor que me vaya.

- No puedes. Mira, busca algo con que distraerte y te olvidarás de todo, descansa un poco más.

- ¿Más? Soy muy débil, no merezco estar aquí.

- ¿Débil? Cualquiera hubiera muerto con lo que te hicieron, eres alguien muy resistente.

- Bueno, tal vez tengas razón - decidí darme otra oportunidad, siempre me rendía así de fácil.

- Yo te acompaño.

Nos dirigimos a nuestro dormitorio, en el camino no hablamos.

- ¿Y cuánto dura el hechizo? - pregunté cuando me encontraba en el dormitorio.

- Eso depende de la persona.

- Comprendo.

- Ahora descansa -. Me acosté mirando al techo, creo que hice lo correcto, empezaría a confiar en mí.

En Busca De Lo Que SoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora