CAPÍTULO 48

89 12 547
                                    

EZRA

No sé qué pasa conmigo. ¿Será por la energía que desborda sin ningún pudor? ¿Por la idea que tuvo de traer a Naomi a este lugar y verla alegre después de tanto tiempo? Mi corazón se acelera al saber que él está arriba en la litera. Cuando entramos y vimos las dos camas no fue necesario decir nada. Dakota se quedó con la cama individual, y Fox se apropió de la cama de arriba. Suspiré, dejando mi bolso sobre la que quedaba disponible y consciente de que en la noche me sentiría algo incómodo. 

No me equivocaba.

He dado mil vueltas en busca de conciliar el sueño. El saber que él se encuentra sobre mí altera mis sentidos. Quizá tener su cercanía nuevamente ha hecho resurgir aquel sentimiento que he querido dejar a un lado por mi hermana. 

Los ronquidos de Dakota inundan el cuarto, y estoy seguro de que si mañana le digo algo respecto a ello lo negaría rotundamente. Me giro una vez más, cuando esa voz se hace presente. 

—¿Tanto te altera mi presencia? Se me ocurre una manera de calmar esos nervios —murmura Fox, su voz es baja, pero penetra todos mis sentidos.

—No puedo dormir por los ronquidos de Dakota... —Me oculto con la almohada, a pesar de que es imposible que vea el rubor de mis mejillas. 

—¿Cuándo admitirás que aún no me sacas de tu cabeza? ¿por qué seguir sufriendo? Sufres en vano ¿lo sabes, no? 

—Fox... esta conversación ya la tuvimos y es dolorosa. Necesito paz en mi vida... necesito...

—Haré que estos días sean inolvidables. Te haré cambiar de opinión —dice con toda la seguridad del mundo. No me sorprende, seguridad es algo que le sobra a Fox Grimes. 

Subo la ropa de cama, tapándome por completo el rostro. 

—Buenas noches, Fox —murmuro, ahogándose mi voz por las sábanas y frazadas. 

—Buenas noches, Ezra



La arena fina y blanca me ensucia ligeramente los pies. El agua de la playa es cristalina, y varios turistas disfrutan de bañarse en esta. Otros se sacan fotografías con aquel fondo paradisíaco. Eso fue lo primero que nosotros hicimos, le pedimos a un grupo de muchachos si podían sacarnos una fotografía. Por algún motivo terminé posando junto a Fox, pero eso ya es otro asunto. Salimos bien, aunque podía advertir el nerviosismo en mi expresión. 

Me distraigo al escuchar murmullos entre Fox y las chicas. 

—Necesito la aprobación de ambas —le dice Fox a Naomi y Dakota luego de abrazarlas— no quiero hacerlas sentir incómodas, chicas. 

—Por mí no hay problema, Fox —Naomi sonríe como si se tratara de una travesura.

—A veces admiro tu personalidad —suelta Dakota. 

—Quien como yo —les guiña un ojo, quitándose las gafas.

—¿Qué... ocurre? —JJ está a un lado mío igual de intrigado. 

—Ya verás —contesta Dakota— aunque mejor no veas tanto. 

Arrugo el entrecejo, y solo entiendo cuando Fox comienza a bajarse el traje de baño.

—Oye no es una playa nudista —lo regaño inmediatamente. 

—Como si necesitara estar en una —responde, quitándose la remera. Se aprecia su musculatura, y aunque no quiera me detengo en su abdomen tonificado.

EL SILENCIO ENTRE LOS DOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora