El plan de Wendy Darling
---Y, supongo, ya tienes un plan--- dedujo Alicia, colocando sus manos en la cintura de manera juguetona.
---Supones bien--- confirmó la pelirroja, guiñándole un ojo.
El ambiente cambió drásticamente, la angustia y desesperación había desaparecido por completo de las dos niñas, ahora solo había coraje y determinación en ellas. Eran como dos fieresillas, iban a esperar tranquilas y pacientes, hasta el mejor momento para atacar.
El plan de Wendy consistía en esperar hasta la noche, la hora en la que casi todos van a estar dormiendo. Gracias a Peter, sabía que solo habían como cuatro piratas vigilando en la madrugada cuando se encontraban en mar abierto, lo cual era el caso. Entonces, tomarían las palas, escobas y palos y trataría de llegar a las llaves, saldrían de las celdas con algo para defenderse y tomarían uno de los botes. Una cosa era segura, todos los caminos llegaban a la isla, así que no sería mucho problema el echo de que estén perdidas, el problema sería ¿en qué parte de la isla quedarían?, habían lugares peligrosos, y no hablar de lo molestas que eran las sirenas, tenían que esperar cualquier cosa.
Y así lo hicieron, esperaron pacientemente hasta la madrugada. Como Alicia era la más alta, y por ende tenía los brazos un poco más largos, fue quién alcanzó un enorme palo y una escoba. Desataron la cinta que mantenía unidas las cerdas al palo de la escoba, y la utilizaron para atar ambos palos.
Así trataron de alcanzar el juego de llaves, con sumo silencio. Wendy sostenía los brazos de su prima para darle más resistencia, después de todo, no eran dos palos de papel, ¡eran de madera! y claramente pensarían un poco.
Cuando consigueron las llaves, Wendy las tomó apresuradamente, mientras Alicia debaja el palo a un lado. La pelirroja probó con todas las llaves que habían; una, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho, nueve, díez, once, doce, trece, hasta llegar a la última, siendo la última esperanza de la rubia y pelirroja.
La ansiedad era evidente en ambas, no tenían más cosas para forzar la cerradura, esa llave era su última esperanza. Wendy la introdujo, y comenzó a moverla con fuerza y desespero, fallando en el intento.
Alicia, al darse cuenta que no funcionaría, comenzó a sentir tristeza y pesadez, mientras que malos pensamientos inundaban su mente, en especial al ver a su prima. Wendy, completamente en estado de negación, comenzó a ver todas las llaves, desesperada por encontrar una que no había probado, pero no había ningúna sobrante.
La chica tiró el juego de llaves, quién cayó al suelo con un estruendoso ruido. Wendy comenzó a caminar por toda la celda, negando con la cabeza, buscando una solución, ¡Pero no había! y fue ahí cuando se sentó en posición fetal en el suelo, encogiendose en una esquina.
Abrazó sus piernas y agachó su cabeza, tapando su cara. Sus sollozos no tardaron en aparecer, ¡su único plan había fallado!.
"Peter, ven, te necesito. Salvanos, como aquella vez hace dos años" pensó la niña, esperando a que por arte de magia el niño volador apareciese.
Se sintió tonta, indefensa. Nadie sabía que ellas estaban ahí, era imposible que vinieran a rescatarlas.
Alicia, tratando de consolar a su prima, se sentó a su lado y le dió un fuerte abrazo, brindándole su apoyo. Si bien a ella le dolía no poder escapar, no se imaginaba el dolor y culpa que podría estar sintiendo Wendy en ese momento, fue ella quién ideó el plan.
---Lo lamento--- la voz de la pelirroja sonaba ahogada y temblorosa ---, es todo mi culpa. Yo quería venir, yo me quería quedar, yo hice el plan--- levantó la mirada ---. Soy tan despreciable y egoísta--- expresó, con tristeza y molestia hacía su persona.
---Wendy, no-...--- la rubia suspiró, buscando las mejores palabras para decirle a su prima ---. No sabías que esto pasaría, y el plan era bueno, nada de esto es tu culpa.
---¿Se supone que esto me tiene que hacer sentir bien?--- preguntó, sabiendo la respuesta.
---Se supone, ¿funciona?
---Sigue practicando--- y una leve sonrisa apareció en el rostro de Wendy Darling.
ESTÁS LEYENDO
𝐸𝑛 𝑁𝑢𝑛𝑐𝑎 𝐽𝑎𝑚𝑎𝑠
Fanfiction---Segunda estrella a la derecha, todo recto hacía el amanecer--- Palabras que Wendy Darling nunca olvidaría, palabras que siempre estarían en su memoria.