La trampa
Peter iba a dirección a la roca calabera lo más rápido que podía. Ya había amanecido y no quería llegar ni un segundo tarde, ¿qué le harían a Wendy?
Él no era tonto, cabía la posibilidad de que Campanilla los salvara junto a los niños perdidos, por eso mismo, había dejado una nota a la vista de todos.
Al observar el barco de Garfio en la isla, apresuró el vuelo. Llegó lo más rápido que pudo, a consecuencia de esto estaba algo agotado, y se detuvo a descansar encima en un montículo de tierra.
---Peter Pan--- oyó que alguien lo nombraba a modo de saludo.
Sabía perfectamente de quién era la voz.
Sus sentidos despertaron, y se levantó de un salto, tomando su cuchillo y apuntando a quién segundos antes se encontraba tras él.
La sonrisa victoriosa de Garfio no podía ser más grande, Peter Pan había mordido el anzuelo por segunda vez, solamente que, esta vez, no dejaría cabos sueltos, esta vez sería él mismo quién mate a Peter Pan de un vez por todas.
---Garfio--- el nombre del pirata salió con asco y repulsión de los labios de Peter. Sus ojos mostraban furia contenida, y las ganas de pelear con él no faltaban, pero se contuvo, por Wendy ---, ¿dónde está ella?
---Tranquilo, tranquilo--- la malévola sonrisa del pirata se agrandó ---, ella está en el barco, si la libero ahorita, puedes escapar como la rata rastrera que eres--- escupió las últimas palabras con recelo.
---¿Y cómo sabré que no me estás mintiendo?
---James Garfio es un hombre de palabra, eso puedes preguntarselo hasta a tu amiga Campanilla--- dijo el nombre del hada con burla, orgulloso de haber podido engañarla.
Peter suspiró pesadamente y asintió con la cabeza, dejando caer el cuchillo en el mar. Garfio río victorioso, y le dió indicaciones a sus compañeros de que ataran al niño volador, el cual no opuso resistencia.
Así lo llevaron al barco, y apenas estuvieron todos en la cubierta el barco sarpo.
Llevaron a Peter a las celdas, el logró ver una larga cabellera pelirroja suelta, en conjunto con una bata azul pastel. La figura estaba acostada, mirando en dirección contraria a los barrotes, no se movía, no articulaba sonido.
---¡¿Quién es?! ¡¿Qué le hicieron?!--- comenzó a exclamar Peter, pensado lo peor.
Comenzó a luchar contra los piratas, tratando de escapar de su agarre e ir corriendo a aquella silueta femenina que yacía tirada en el suelo. Mientras él forsejeaba, la chica iba despertando poco a poco, sentía que le habían gritado muy fuerte en el oído, y sentía un leve pitido revolotear en ellos.
Estaba desorientada, hambrienta y sedienta, y eso que solo había pasado un día sin comer y beber, puro dormir. Observó con detenimiento el lugar, buscando orientarse, entonces vió una silueta verde que forsejeaba contra los piratas.
---¡Peter!--- exclamó ella, su voz sonó un poco débil, pero fue lo suficientemente fuerte como para que él la escuchara.
Al fin, el chico logró librarse de los piratas, a quién dejó adoloridos luego de una patada en la entrepierna. Fue corriendo a la pelirroja que yacía tras los barrotes, mirándolo con desesperación.
---Wendy--- si nombre escapó como un suspiro de alivio de las labios de Peter. Ella estaba viva, sin ningún rasguño.
Wendy acunó la cara de Peter en sus manos, como si quisiera comprobar que él no era un espejismo, que era el real. Lágrimas se asomaron en su rostro, ¿por qué él estaba ahí?
---Peter, te tienes que ir, vete, es una trampa--- dijo ella con desesperación, no podía permitir que él muriera de esa forma.
---Ya sé lo que pasará, Wendy. Estoy bien con eso--- repuso el pelirrojo, con dulzura y tranquilidad en su voz. No quería que la débil Wendy gastara más energías tratando de que se fuera.
---Peter--- su voz sonó triste y trataba de decirle "lo lamento", pero las palabras no salían de su boca.
Más lágrimas salieron del rostro de la pelirroja, mientras lo abrazaba a través de los barrotes. Peter apretó los labios, tratando de demostrar que esto no le afectaba, que todo iba a estar bien.
Pero, la verdad para los dos, es que nada estaba bien. Peter no estaba conciente de lo que haría Garfio a continuación, Wendy no sabía la tortura que iba a tener que ver luego de ese día.
Llegaron más piratas, los cuales dejaron inconsciente al pelirrojo que le sonreía para calmarla. Lo metieron en la celda de un tirón y ahí lo dejaron.
Ella rápidamente corrió a su rescate, desatandole las manos y acunandolo en sus piernas, tratando de darle un poco de abrigo a ese chico que estaba dispuesto a sufrir cualquier cosa, con tal de verla a salvo.
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𝐸𝑛 𝑁𝑢𝑛𝑐𝑎 𝐽𝑎𝑚𝑎𝑠
Fanfiction---Segunda estrella a la derecha, todo recto hacía el amanecer--- Palabras que Wendy Darling nunca olvidaría, palabras que siempre estarían en su memoria.