17

36 3 0
                                    

Tobillo torcido







A eso del anochecer, Alicia y Harry llegaron a la costa. Efectivamente, el barco estaba ahí, ahora solo quedaba esperar a que todos estuvieran durmiendo.

Ambos se acomodaron detrás de los árboles y arbustos frondosos que dividían la playa de la selva.

Harry se alejó durante unas horas para cazar algo, puesto que aún tenían hambre. Alicia también se alejó un poco de la costa en busca de un río sercano, donde podrían hacer la fogata y comer rápido ahí, para así luego volver al lugar de antes.

Así lo hicieron, Alicia hizo una fogata y Harry regresó con ella gracias al humo y luz que el fuego emanaba.

El prirata cocinaba mientras que Alicia bebía un poco de agua en el río, estaba sedienta y bebía como si no hubiese un mañana.

---Calmada, te ahogaras--- bromeó el chico una vez hubiera acabado de hacer lo suyo, dejando que las aves se cocinaran.

---¿Tú no quieres?

En respuesta a eso, el chico solo hundió las manos en el río y comenzó a beber. La corriente era muy leve, muy difícilmente podría llevarse a un niño, ni se diga un adulto.

Así, Alicia con una risita empujó a el azabache al río. Él cayó de cabeza, pero pudo erguirse, tosiendo, antes de que algo grave pasara. Vió que ella se encontraba riendo, tendida en el suelo mientras se tomaba el estómago.

Su risa fue contagiosa y el pirata comenzó a reír también, ahogandose un poco por la poca agua que había en sus propios pulmones.

Eso preocupó un poco a Alicia, que paró de reír para verlo, él también lo hizo y la miró con diversión. Se acercó a ella y la cargó como si fuera un costal de papas, la tomó entre sus brazos y la dejó caer en el agua. Sus pies resbalaron al pisar las rocas lisas y mojadas, haciendo que torciera el pie y callera sentada. Sintió un pequeño pinchazo en la posaderas y el tobillo, pero por la adrenalina fue reemplazado rápidamente por risas y juegos.

Así se la pasaron unos minutos más, antes de que Harry dijera que la comida ya debía de estar lista. Así que salieron del río y fueron a la fogata, también para calentarse un poco.

Comieron, y buscando calor acercaron sus manos al fuego, frotandolas un poco entre sí. Mientras comían, Alicia hablaba sobre el pueblito en donde ella vivía, su visita a Londres y cómo terminó en Nunca Jamás. Harry le hacía preguntas, muy curiosos, sobre cómo era su vida, la historia de su país y demás cosas, ella contestó todas sus dudas con una risueña sonrisa.

---Pero basta de hablar de mí, ¿qué hay de tí?--- preguntó la chica luego de un rato, ya estaba todo oscuro.

La sonrisa del pirata se borró rápidamente, dejando una sombría expresión.

---Si no quieres contarme nada, estás en tú derecho--- aclaró la rubia ---, yo también me he guardado algunas cosas--- confesó con una pequeña sonrisa reconfortante, no quería que su nuevo amigo se viera forzado a algo.

---Está bien, es solo que es difícil hablar sobre eso--- confesó con un suspiro ---. Yo era un niño feliz, aprendí todo lo que sé de navegación gracias a mi padre, y todo lo que sé del país (historia, idiomas, etc.) gracias a mi madre--- dijo nostálgico, mirando a la nada ---. Me amaban mucho--- aseguró ---, pero ocurrió algo que me llevó a hacer esto.

El azabache tenía la mirada perdida y en el fuego, como si recordase cosas que no le gustaría recordar. Alicia se sintió mal, así que se arrimó para estar más cerca de él, y lo abrazó. Trató de darle apoyo y cariño a través de ese abrazo, y que viera que no estaba solo ahora, que ella estaba con él y no lo iba a dejar hasta el final de la historia.

---Ahora yo estoy aquí, Harry, y no me iré--- aseguró ella.

El pirata la miró con ternura, mientras sentía que su pecho se comprimía por lo que ella acababa de decir: "¿Cómo puede ser tan pura y tierna en un mundo de impuros?" Se preguntó para él mismo, devolviéndole el abrazo. Amiga, ella era su amiga, y no dejaría que nada le pasase, puesto que le mostró más confianza que cualquier otro ser humano que haya habido, desde ella.

------------

A las horas, ya habían apagado la fogata, y se habían acercado cautelosamente a los arbustos que estaban frente al barco. Alicia había sentido unas punzadas en el tobillo mientras iban para allá, pero no le tomó mayor importancia, supuso que se había golpeado ahí con una roca y por eso le dolía, pero que no era nada grave.

Se acomodaron ahí y observaron el transporte. Las luces del barco seguían encendidas, más bien parecía que tenían una especie de fiesta pirata. Harry dijo que probablemente ya habían capturado a Peter y por ello celebraban.

Pasaron aún más horas, por el reloj de bolsillo que el pirata siempre llevaba, vieron que era poco más de las tres de la mañana. Alicia se encontraba cansada y estaba que se dormía, además, el dolor de su tobillo iba en aumento, ya sentía que no podía mover el pie.

Minutos después, las luces del barco se fueron apagado y esperaron unos minutos después de que todas las luces estuvieran apagadas, para encaminarse al barco.

Se levantaron y caminaron al transporte. Alicia lo hizo con mucha dificultad y trataba de reprimir los pequeños gemidos de dolor que soltaba de vez en cuando. Harry se percató de esto y le preguntó que si estaba bien, a lo que ella dijo que sí, pero necesitaba ayuda para andar.

El azabache trató de convencer a la rubia de que se quedara ahí, pero ella, como gran terca que es, no dió su brazo a torcer, y terminó entrando al barco abrazando a Harry por los hombros para poder caminar un poco mejor.

---Eres imposible--- susurró el pirata, regañando a su compañera.

Ella solo le sonrió con superioridad.

Subieron el barco con algo de dificultad, y ya a cubierta tomaron algunos objetos que pudieran servir para defenderse a caso de un ataque (aunque no fueran los mejores del mundo) y caminaron a donde estaban las celdas.

Como Alicia se encontraba algo herida, ella sería la vijia mientras Harry liberaba a los dos pelirrojos. Así que ella se sentó al lado de la puerta y vió como el chico desaparecía en la oscuridad.

Suspiró pesadamente y se quitó la zapatilla para ver si tobillo, estaba rojo e inflamado. Esto asustó y preocupó a la muchacha, tal vez se había roto o torcido el tobillo cuando se resbaló en el río.

Dolía a mares, y trató de pensar en otras cosas para no centrarse en su tobillo. Decidió por tararear una canción que le cantaba su madre cuando era más pequeña, mientras masajeaba al rededor de la zona inflamada. Sentir sus dedos al rededor y ya no llevar la zapatilla le aliviaba un poco, y podía distraerse un poquito del dolor.

Fue entonces que oyó un ruido de uno de los camarotes. Achinó los ojos para ver mejor qué pasaba, y vió que unos dos piratas salían de su camarote. Alicia se levantó de golpe y trató de ir a las celdas para avisarle a Harry, pero el impacto repentino contra su pie malo le hizo soltar un sonoro gemido de dolor, mientras así caía al suelo, cubriéndose la zona afectada.

Lloriqueo mientras los piratas se acercaban a ella con una sonrisa maquiavélica, y otros iban saliendo del mismo camarote.

---Revisa ahí abajo, de seguro está el otro--- escuchó que decía uno de los piratas.

Así, Alicia tomó todo el aire que podía y gritó con todas sus fuerzas.

---¡NOS DESCUBRIERON!

𝐸𝑛 𝑁𝑢𝑛𝑐𝑎 𝐽𝑎𝑚𝑎𝑠Donde viven las historias. Descúbrelo ahora