Capítulo 3

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Una vez que llegaron a casa de Hernán su chofer les abrio la puerta del auto, y antes de entrar por la puerta miró a sus guardaespaldas.

Hernán: Pueden tomarse la noche.

Nick: ¿Esta seguro?

Hernán: Sí. Vayan a casa.

Entonces Merry y él entraron.

Hernán: ¿Vas a querer bebér algo?

Merry: No, gracias. Estoy bien.

Hernán: De acuerdo.

Entonces la guió en silencio hasta su dormitório, ni siquiera le dio tiémpo de contemplar la nueva decoración, cuando se hecho encima de élla para besarla. El saco de Hernán, al igual que su camisa, fueron tirados al suelo.

Merry: Ah...Hernán...

Hernán: Shhh, tranquila, deja que haga todo el trabajo.

Sus manos hicieron contácto con su piel y un escalofrío la recorrió por completo.

Merry: Pero...yo...

Hernán: ¿No quieres?

Lo preguntó con preocupación, pero ámbos sabian que ya no podia negarse.

Merry: S-sí, si quiero.

Hernán: Fantástico.

Entonces volvió a besarla, la guió lentamente hacia la cama y la hizo sentarse. La imágen de Hernán arrodillado entre sus piernas la hizo reaccionar y darse cuénta de que ya no había vuelta atrás.

Con sumo cuidado Hernán le quitó los zapatos, los dejo bien posicionados a los pies de la cama junto a los suyos. Una vez que sus pies estuvieron desnudos los besó con calma, primero el izquierdo y después el derecho. Fueron besos de mariposa, lamidas sensuales por todo el empeine. Jamás hubiera sospechado que sus pies eran tan eróticos o que pudieran provocarle esa sensación de excitación o necesidad a álguien.

Cuando pensaba que disfrutaba ir despacio notó sus manos ascendiendo por sus piernas, apretando sus muslos, subiendo por su torso hasta sus hombros. La besó dulcemente, mientras le quitaba el vestido, acariciando sus brazos y lo tiró muy lejos de ellos, al igual que su sujetador. Bajó las manos hasta su cintura, la acarició en circulos y lamió su pecho.

Merry se aferraba a las sábanas, queria que Hernán se encargara de todo, como lo prometío. Entonces la boca de Hernán abandonó sus pezones y penetró su hombligo con su lengua, haciendola enredar sus dedos en el cabello de Hernán.

Hernán queria fundirse con élla y no dejarla escapar nunca. Era tal la fuerza de sus sentimientos en ese momento que, por primera vez en mucho tiémpo, queria llorar de emoción y felicidád. Cada caricia, cada roce, cada beso de Merry, nunca habia sentido tanta veneración por alguien. La quería tanto...la necesitaba tanto.

Hernán: ...Te quiero.

Lo murmuró contra su oido, provocando que élla abriera los ojos bruscamente.

Hernán aprovechó ese momento para acunar su rostro entre sus manos y besarla con toda la pasión que sentía en ese momento. Rodeó fuertemente su cintura, apresandola entre sus brazos y la recostó lentamente sobre la cama. Y sin rompér su beso desabrochó el cinturón de su pantalón.

~ ~ ~

Cuatro horas después.

Ámbos se separaron para recuperar el aliénto, era la mejor de todas sus noches y ahora queria relajarse y dormir, pero no podía. Solo pensaba en que queria besarla de nuevo y transmitirle, con algo que no fueran palabras, lo mucho que habia disfrutado esa noche. Y eso hizo.

Ni bien terminaron el beso, Hernán acarició su mejilla y la miró a los ojos.

Hernán: Tus besos son brillántes, al igual que tus ojos.

Élla solo le sonrió levemente al no comprender su significado.

Merry: Mmm...me lo tomaré como un cumplido. (Bostezó) Bueno...creo que deberiamos dormir.

El aliento de Merry le provocó cosquillas, volviendolo a excitar, pero al notar su cansancio decidió solo abrazarla y asi dormir tranquilamente.

Hernán: Descansa, amor.

"Una família diferénte a las demás."Donde viven las historias. Descúbrelo ahora