~ Capítulo 5: Escena de Celos ~

22 1 0
                                    

Mi corazón latía a mil por minuto, no podía creer que frente a mí tenía al hombre que esperé por tantos años, no podía creer que el destino lo haya cruzado de nuevo conmigo para poder terminar lo que no hice cuando lo conocí

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Mi corazón latía a mil por minuto, no podía creer que frente a mí tenía al hombre que esperé por tantos años, no podía creer que el destino lo haya cruzado de nuevo conmigo para poder terminar lo que no hice cuando lo conocí. Debo admitir que jamás me imaginé que aquel chico se convertiría en un famoso magnate de las empresas, pero me alegraba mucho por él de que le haya ido muy bien en la vida.

- ¡Claro, claro! Ahora te recuerdo, eres aquel chico que me prestó su abrigo y nunca se lo devolví - Reí.

- ¡Hmmm! Bueno sí, pero eso no tiene importancia, lo importante es que te volví a ver - Respondió.

- No, claro que sí. Todos estos años estuve esperando este reencuentro para poder devolverte tu abrigo, no creas que lo he olvidado o me he deshecho de él, fue una imprudencia de mi parte no devolver algo prestado - Expliqué riendo.

- Bueno en ese caso, muchas gracias al abrigo que me llevó de nuevo a ti - Dijo haciendo que me sonrojara.

Nos quedamos unos pocos segundos en un intercambio de miradas que parecía eterno, no sé por qué lo hice, quizá por el asombro de haberlo vuelto a ver. Su secretaria estaba confundida, no entendía nada, pero sólo se limitó a explicarle ahora sí mi presencia allí. Así fue que él me invitó a pasar a su oficina. Debo recalcar que ésta no parecía una oficina, parecía todo un departamento, la palabra gigante le quedaba corta para describir la pequeña sala de reuniones, sala de estar, el minibar, el escritorio; pero lo mejor de todo, fue que la pared que daba frente a la puerta estaba completamente hecha en ventanales grandes que permitían una espléndida vista de toda la ciudad, era todo un espectáculo.

Mi mirada viajó por todo el lugar en microsegundos, y él lo notó, esbozó una pequeña sonrisa y luego abrió una de las sillas de su escritorio para que yo me sentara, él me imitó segundos después. Otra vez el intercambio de miradas infinito rodeado de un cómodo silencio se hizo presente, pero esta vez fui yo quien lo rompió y comenzó a hablar:

- Bueno supongo que la señorita de afuera te dijo exactamente el motivo de que yo esté aquí. Trabajo para la constructora del Sr. Bailey, y me enviaron en su representación para entregar estos planos diseñados para ti - Expliqué entregándole el material.

- Muchas gracias, ¿Eres arquitecta? - Preguntó recibiéndolos.

- Sí - Contesté alegre.

- Es bueno saberlo, así ya tengo a quien encargarle todos mis trabajos con más confianza - Dijo.

- Yo... no creo que sea buena idea por estos momentos, quizá después de algún tiempo estaría bien - Dije recordando todo lo que estaba pasando, pero tratando de disimular mi tristeza.

- Como tú digas, lo importante es que te encontré. Te parece si te invito un café y conversamos mejor, ¿Qué dices? - Añadió.

- Estaría bien, pero estoy trabajando, mis jefes se molestarán y no me conviene que me despidan justo ahora - Dije.

Víctimas Del Odio ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora