~ Capítulo 37: Él Fue El Autor Intelectual ~

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~ Una Semana Después ~

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~ Una Semana Después ~

Si hace un mes me hubieran dicho que mi infierno estaba a punto de terminar, creo que un ataque de risa y tristeza hubiera sido mi respuesta porque no habría dado crédito a esas palabras. Sin embargo, hoy entendía que así era la vida, podía cambiar de repente para bien o para mal, y después de haberse transformado en un valle de lágrimas para mí, hoy por fin me sonreía al darme lo que tanto le había pedido encerrada entre cuatro paredes: Mi libertad y la de las personas que amaba. Y es que todo parecía que estaba tomando de nuevo su forma original, ya los que hicieron mal lo estaban pagando, y los que vivíamos con miedo por su causa podíamos ser felices sin más ataduras. Todo iba bien después de todo.

Tal como me había dicho mi hermana, después de luchar contra la tristeza la felicidad me alcanzaría, y sí que ésta me dio mucho más de lo que imaginaba. Agradecía poder tener a mi lado al hombre que amaba y poder decírselo sin temor a las consecuencias, poder abrazarlo en la calle sin miedo a que nos vean y besarlo sin reprimir los sentimientos, eso era muy mágico porque la lección más grande que me dejó toda esta situación había sido esa: Nunca esconder ni dejar de confesarle a alguien cuánto lo quieres, nunca sabes cuándo las cosas podrán cambiar y quizá nunca más tengas esa oportunidad.

En estos últimos días, Leander y yo habíamos estado explorando más Seattle ya que realmente fue algo que nunca pude hacer. Nos habíamos encontrado con paisajes maravillosos y piezas arquitectónicas muy modernas que me hubiera encantado visitar antes, mas nunca era tarde y unas buenas fotos para inmortalizar el momento eternamente no podían faltar. Y es que siempre pasar unos días de descanso recorriendo un lugar era una perfecta idea, y mucho más si era con amigos como Khadir y Kristine. Fue algo que nunca imaginé, pero los cuatro terminamos llevándonos muy bien y elegimos compartir juntos hasta que cada uno regrese a su país: Ellos a Irlanda y nosotros a Londres.

Particularmente hoy, habíamos decidido almorzar en un restaurante francés que le habían recomendado a Leander cuando recién llegó. Y sí que era una buena opción porque la comida y la atención estuvieron excelentes. En mi vida no solía probar mucho gastronomía de otro país, pero ésta me encantó, así que esperaba ir más seguido por platillos franceses en Londres. Apenas íbamos saliendo del lugar, sin previo aviso un ataque de flashes y micrófonos nos acorralaron. Eran reporteros de diferentes medios de comunicación pidiendo información acerca del caso de James. No sabía cómo había llegado la noticia hasta sus oídos, pero lo que menos quería era revivirlo todo, aunque pensándolo bien era una gran oportunidad para motivar a las mujeres que viven situaciones similares a la mía a que denuncien y hablen, porque eso será lo mejor que podrán hacer para tener una vida más tranquila y libre.

- Señorita Hamilton, ¿El señor Bailey la golpeaba por celos? - Preguntó una mujer.

- La violencia fue por diversos motivos, no sólo por celos, y fue de muchos tipos, hubo violencia física, verbal y hasta psicológica - Respondí.

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