~ Capítulo 8: Operación Infiltrados ~

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Habían pasado dos días desde aquella cena con Leander y ya tenía todo el plan armado para poder entrar a mi antigua casa, no iba a ser complicado, ya que me enteré que no había mucho resguardo policial al lugar, dos oficiales se turnaban para vigi...

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Habían pasado dos días desde aquella cena con Leander y ya tenía todo el plan armado para poder entrar a mi antigua casa, no iba a ser complicado, ya que me enteré que no había mucho resguardo policial al lugar, dos oficiales se turnaban para vigilarla: uno en el día y el otro por las noches, así que entrar sería fácil. Coordiné el día con Leander y, aunque estaba un poco dubitativo, logré convencerlo de que el mejor día sería el viernes por la noche. Y así fue, Leander me pasó recogiendo por mi casa y después fuimos a un parque cercano hasta que llegara la hora indicada, cuando llegó, partimos a la escena.

- ¿Estás segura de esto? Podríamos meternos en problemas, no será mejor pedir un permiso y... - Lo interrumpí.

- Los permisos con esta policía ineficiente se tardan años y es un montón de papeleo, hasta eso el asesino ya escapa, si es que ya no lo hizo, necesito saber lo más rápido si es que Morgan guardaba algo importante - Dije.

- ¿Y era necesario venir a las cuatro de la mañana? - Preguntó.

- ¿Querías venir a las tres? - Pregunté esta vez yo.

- No, para nada, a las cuatro está bien - Respondió.

Llegamos sigilosamente al antiguo vecindario y un montón de flashbacks llegaron a mi cabeza de todas las veces felices que pasamos en estas calles, Leander también parecía haber recordado cosas porque sus ojos se iluminaron mientras se convertían en un auténtico océano como su color. Notamos que el policía vigilante se había quedado dormido, y eso iba a facilitarlo todo, no sería necesario utilizar el sedante, nos bajamos del vehículo y aún con mis antiguas llaves logré abrir la cerradura que todavía no habían cambiado. Una vez dentro, caminamos directamente a la habitación de Morgan.

- ¿Qué fue ese ruido? - Preguntó Leander un poco asustado a lo que yo reí.

- Creo que fue el viento o los murciélagos - Respondí.

- ¿Y ese otro? - Volvió a preguntar asustado.

- No sé, quizá sean los fantasmas que vienen por nosotros al infringir la ley - Dije haciéndolo reír un poco.

- No digas eso, yo estoy aquí por ser una buena persona contigo y por el inmenso am... cariño que te tengo - Dijo.

- Ya llegamos, aquí es... bueno era su habitación - Dije abriendo la puerta.

- ¿Podemos encender la luz? No podremos buscar nada con estas linternitas - Dijo.

- Claro - Hice lo que sugirió - Yo buscaré en el clóset y por favor tú busca en esos cajones de las mesas de noche - Dije.

- ¿Por qué hay una gran mancha en la alfombra del centro? - Preguntó.

- Porque ahí murió Morgan y toda la sangre estaba derramada - Contesté cerrando los ojos tratando de borrar esa imagen de mi mente.

- ¡Ay no me digas eso! Entonces aquí fue - Respondió espantado.

Busqué por cada uno de los cajones y armarios del clóset, pero no había nada más que su ropa y cosas que usaba. Hasta que levanté la mirada y vi que encima de una estantería tenía una caja bastante grande, con cuidado la agarré y la bajé. Cuando la abrí vi que estaba llena de papeles, sobres y fotos viradas, la saqué del lugar y la dejé encima de la cama para seguir buscando. Leander me llamó diciendo que había encontrado una especie de libro que tenía apuntes hechos a mano, me enseñó y yo confirmé que era la letra de mi hermana así que lo guardó dentro de la caja. Asegurándome de que ya no había nada más que pudiera ser útil, salí del clóset y fui hasta el tocador de maquillaje, donde seguí revisando todo.

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