~ Capítulo 30: Caí En Su Juego ~

17 1 0
                                    

La noticia me cayó como un balde de agua fría apenas despertar, ¿Había escuchado bien? ¿Él vendría? Si estuviera en otra situación, me alegraría poder volver a verlo y que se diera una vuelta por Seattle, pero en mi condición, eso era una misión s...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

La noticia me cayó como un balde de agua fría apenas despertar, ¿Había escuchado bien? ¿Él vendría? Si estuviera en otra situación, me alegraría poder volver a verlo y que se diera una vuelta por Seattle, pero en mi condición, eso era una misión suicida. James reventaría de coraje nada más enterarse, además de cómo le diría la novedad si él suponía que yo no hablaba con Leander. Como tantas veces en mi vida, otra vez estaba acorralada, no sabía para dónde correr o esconderme, lo único que podía hacer era tratar de que él desistiera de su idea de venir, aunque si era por negocios, lo veía casi imposible.

- ¿Está todo bien? - Preguntó.

- Sí, perdóname, es que la noticia me agarró por sorpresa. ¿Es necesario que vengas? No quisiera que te dieras el viaje hasta acá sólo por visitarme - Dije esperando buenas respuestas.

- De hecho, yo iría hasta el fin del mundo por ti, no me importaría. Pero en esta ocasión mi presencia allá es obligatoria, vamos a firmar acuerdos comerciales con Estados Unidos y es algo a lo que no puedo faltar, así que si aprovechando te puedo ver, estaría más que feliz - Respondió.

- ¡Ah, qué bueno! ¿Exactamente cuándo llegas? - Añadí frustrada.

- El lunes de la próxima semana, según los pronósticos aterrizaremos a las ocho de la mañana, porque la reunión es a las doce, si todo sale bien, estaré libre para más o menos las cuatro de la tarde y de allí, puedo regresar a Londres cuando lo desee porque no tengo pendientes cercanos - Explicó.

- ¿Entonces tu asunto no durará tanto? ¿Podrías regresarte el mismo día? - Pregunté esperanzada.

- Así es, son cosas muy rápidas de ida por vuelta, pero yo elegí quedarme un poco más para verte y pasear un poco por la ciudad contigo y con James, si así lo quiere - Dijo.

- Pero no es necesario, aunque tú pienses que no, de repente aparecen pendientes complicados que sólo tú podrías resolver, y qué mejor que estuvieras ya allá en tu empresa para atenderlos - Hablé desesperada.

- Linda, ¿Por algún motivo no quieres que te vea? - Preguntó.

No sabía qué responder a eso, quizá si le mentía diciéndole que me sentiría incómoda o que no quería que James también se incomodara, me podía creer, eso era creíble; pero por otro lado, podría levantar sospechas de que algo no está bien, qué debía hacer.

- No... para nada, sólo me preocupaba por tu tiempo porque eres un hombre muy ocupado, pero te estaremos esperando con gusto, ya le diré a mi esposo - Contesté.

- Me parece genial, quisiera poder conocer un poco más de cerca a ese suertudo - Rió.

Logré colgar con Leander poco después porque realmente no podía seguir hablando con el estrés que tenía. ¡Por qué debía ser tan obstinado! Pensé que respetaría mi decisión de que no viniera, pero también era verdad que no se lo dije directamente. En el fondo, sé que él lo hace con buena intención, aunque no sabe que me podría causar graves problemas. Esto era verdaderamente un cuento de terror, cómo lo tomaría James era lo que me angustiaba, cómo se lo iba a decir, me mataría.

Víctimas Del Odio ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora