10

122 11 0
                                    

Jimin

Mi vida se había transformado en ser el protagonista odiado de la película. Mi humor era agrio el 85% del día, el otro 15% era una nube de tristeza, no salía más de lo estrictamente necesario, en la universidad me sentaba en la parte de atrás sin opinar, sin participar y sin poner ni una pizca de mi atención.

Usaba lentes de sol de modo permanente, lo que me hacía ver chistoso si consideramos el frío que está haciendo.

Llegaba a casa y me lanzaba en mi cama, y ahí pasaba mis horas. Ya no iba al grupo de apoyo, de eso ya habían pasado cerca de 4 semanas.

Pero tenía un nuevo hobbie.


— Deberías acercarte y hablarle, que estemos sentados acá no arregla las cosas – comenta Taehyung ofreciéndome el café.


Estábamos sentados en el parque donde Jungkook y Nochu pasean a diario, de 17.45 a 19.00, yo los superviso, aunque ellos no saben.


— ¿Me recuerdas porque viniste?


La verdad es que no lo veía desde hace tiempo, con las cosas de su universidad y sus trabajos se había perdido la última semana. Aunque habitualmente era así, y lo prefería a tener que hacer proyectos toda lo noche con él


— Lean quiere saber que mierda haces cada tarde a esta hora

— No hablo con mamá – susurré posando mi vaso en los labios, mierda me quemé.

— Pues deberías, no hablas conmigo, no hablas con tu madre, no hablas con Nam...

— No puedo hablar con la persona que quiero hablar. – respondí con simpleza

— ¡Jimin! – casi me gritó – te estas ahogando en esta mierda

— ¿Crees que no lo sé? – grité de regreso – yo la cague, estaba empezando a amarlo cuando decidí confesar mi estupidez y me duele mucho.


Taehyung se lanzó a abrazarme con mas fuerza de la que esperaba para recibirlo. Agradecí internamente que le gustará el café frío en invierno, por el poco se desparramo en mi chaqueta.


— Háblame, dime lo que quieras decirle. Si quieres te ayudo a pedirle perdón pero vuelve a ser mi mejor amigo.



Su lamento tocó las fibras de mi corazón.

Taehyung estaba mal por mi culpa.

Cuando menos lo esperábamos, empezamos a escuchar una pelea y los fuertes ladridos de un perro. Volteé mi vista por el extenso parque buscando a Jungkook donde lo vi por última vez, y ahí se encontraba.

Me levante y corrí hacia él, ni siquiera sabía si Tae me seguía, Jungkook me necesitaba. Él estaba tan alterado como la persona que lo hostigaba pero por la posición de Nochu, la conversación no estaba llendo muy bien.


— ... que vergüenza como quedó Jeon y pensar que esto era lo que prendía a todos

— Te lo dije una vez, sal antes que suelte a mi perro.


Domado por alguna parte de mí, puse mi mano por sobre su abrigo a la altura de la cintura para apretar fuertemente. Pude ver la nariz de Jungkook buscando mi aroma en el aire.

Amor por ContactoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora