22

99 8 1
                                    

Jungkook

No puedo recordar algo en el mundo que me tenga más nervioso que este momento, es imposible, ni siquiera la consulta médica de hace unas semanas me tenía tan ansioso como este día.

Gracias a que los cosmos se alinearon, o en realidad mis suegros hicieron el 80% del aporte porque invitaron a mis hyungs a visitar el terreno para la edificación de la nueva casa. El departamento estará completamente vacío por lo que Jimin se viene a quedar conmigo todo el fin de semana.

Lo que a su vez significa que daremos el último paso.

En una plática muy vergonzosa, Jin trajo  todo lo que le pedí para hacer de esta la noche perfecta. Aunque va a ser muy gracioso el proceso de hacer las frutillas con chocolate.

Como me quedaría con Jimin, le pedí amablemente a Changmi si podía cuidar de Nochu por unos días, ya que gracias a él habíamos perdido ciertos momentos calientes.

— Es eso lo que creo que es – dijo mientras caminaba por el apartamento y yo solo continúe por la guía hasta la cocina.

— Changmi, te recuerdo que soy ciego y no tengo idea que estas observando– comenté de buen humor y la escuche reír a carcajadas.

— Perdón, siempre lo olvido. Hablo de las fresas a Jimin le encantan

— Precisamente por eso lo intento– susurré volviendo a sumergir la fresa hasta que el inicio de mi dedo se empape de chocolate.

— Así que… Hoy es el gran día, después de 4 meses de novios…

— ¿Por qué te emociona tanto el sexo? – pregunté dejando la fresas lista en el platillo y tomando la siguiente.

— Porque Jimin tiene como única experiencia ese desgraciado y con esto puedo ver que tu le darás una hermosa primera vez juntos, cosa que pueda borrar a ese idiota de sus recuerdos.

— Hago mi mejor esfuerzo en que sea así Changmi, amo a tu hermano y quiero su felicidad.– susurré

— Noto tu esfuerzo, y lo valoro, veo a Jimin más feliz que nunca contigo, y en casa lo agradecemos, Jungkook. Te juro que lo hacemos.

Deje lo que estaba haciendo cuando la escuché caminar, y pronto sentí sus brazos suavemente apoyados en mí.

— ¿Necesitas ayuda con algo antes de que me vaya?

— En mi habitación, cambié las sábanas y creo que está todo ordenado pero quería hacer algo con las flores.

— ¿Le compraste flores?

— Tulipanes amarillos, dijo que le gustaban

— Las va a amar, déjame que yo te ayudo con eso y me llevo a tu oso.

Changmi se fue poco tiempo después y luego solo me quedó esperar a mi chico. Cerca de las 5 de la tarde me llegó su mensaje de que estaba subiendo por lo que fui hasta la cocina por la champaña y la dejé al lado del plato de fresas en la mesita de mi habitación.

No botarlas y arruinar todo fue un desafío, pero se pudo llevar a cabo.

Cuando sentí que abrían la puerta, mi corazón bombeaba más rápido de lo debido, tanto que sentía que se me saldría del pecho.

— Hola, mi amor – canturreo caminando rápido hacia mí y su bolso cayó en algún lugar del suelo mientras impactaba sus labios en los míos.

Amaba sus labios, lo dulces y suaves que eran cuando impactaban los míos, y que podía estar horas así con él, sintiendo su respiración cerca de mi nariz, sus profundas respiraciones tras separarnos ligeramente.

Amor por ContactoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora