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Un par de horas tras la cena, mi teléfono comenzo a vibrar. Ya me había puesto al día con Taehyung y aun me hablaba de lo desesperante que era Min Yoongi, por lo que intuí que no era él quien me llamaba.


Me acerqué nuevamente a mi teléfono y al ver el número de Jungkook algo pasó por mi cabeza. — ¿Quieres que comencemos con sexo telefónico? – mencioné coqueto hasta escuchar el primer sollozo – Kook, que tienes. ¿Pasó algo?

— Park– susurró – Park ¿puedo quedarme en tu casa esta noche?

— Por supuesto lindo, ¿quieres que vaya por tí? No quiero que estés solo bajo la nieve.

— Por favor – susurró con voz rota

— 20 minutos y estoy ahí.


Volví a ubicar mi prótesis con rapidez y busqué la chaqueta más abrigada que tuviera para poner sobre mi pijama. Sólo con eso comencé a correr al piso de abajo para alcanzar mis llaves y el auto.


— ¿A dónde crees que vas? – escuché a mamá y volteé con algo de susto, se suponía que ella se había ido a dormir temprano con papá.

— Voy por Jungkook, él tiene una situación... y le dije que puede quedarse en la habitación de invitados.


Mamá se levantó del sofá y tomó mi mano para caminar juntos al garage, aunque de camino ambos pasamos por la habitación de Nana para pedirle que preparara la habitación de Kook disculpándonos por la hora.

Casi daban las 11 cuando estacionamos fuera del edificio de Jungkook, con Nochu en su mano izquierda, lo que era poco habitual y la otra recogida sobre su pecho mientras esperaba.


— Iré por él Mamá– mencioné antes de bajar y correr a abrazarlo.

— ¿Estás bien? – susurré mientras él intentaba devolverme el abrazo.}


Su cabeza se movió en un gesto negativo, y solo pude plantar un beso en su sien antes de tomar la correa de Nochu y la mano de donde provenía.


— Te llevo al auto, Mamá me acompañó porque dijo que ninguno de sus niños debía estar solo de noche.


Jungkook asintió con un puchero mientras caminábamos, se veía frágil y herido. No sé que pasó en la últimas horas pero este no es el hombre que dejé hace un rato en las afueras de su edificio.

Subí en la parte de la maleta a Nochu mientras ambos nos subíamos en la parte posterior de la camioneta. Una vez dentro Mamá encendió la luz para vernos y ahí pude ver lo que ocultaba su mano derecha.


— ¡Dios, Jungkook! ¿Qué te pasó en la mano?

— Me quemé con la comida, creo que aun soy torpe Lean – susurró con voz triste acurrucado en mi hombro.

Su mano derecha completamente enrojecida e inflamada apareció de repente, estaba empezando a salir agua de su piel y por su gesto era algo doloroso.

— Te llevaré al hospital – escuché a mamá murmurar mientras arrancaba el auto.

— Me gustaría ir directo a casa, si no te molesta – mencionó acomodándose en mi hombro.


Su mano izquierda entrelazo los dedos con mi derecha y soltó un fuerte suspiro mientras ponía con delicadeza su mano herida.

Amor por ContactoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora