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La casa estaba en completo silencio. Mamá y Changmi habían salido tras el almuerzo y le dije a Nana que estaríamos bien sin ella algunas horas, que podía ir al centro comercial por ese vestido que le había gustado.

Aunque, había una parte de la casa que había un ruido un poco más... agitado.


— Ah... Kook – gemí mientras él dejaba suaves marcas de sus labios por mi abdomen.


Su lengua era tan suave y cálida mientras humecta cada centímetro de mi cuerpo. Pese a mi reticencia se puso sobre mí y me desnudó suavemente tocando cada sección que iba siendo descubierta.


— Me encantan tus gemidos – susurró lamiendo la punta de mi polla.— Ese es el único motivo por el que el sexo silencioso me desagrada.


Su lengua pasó a ser su boca con su aliento cálido golpeando mi piel sensible mientras sentía mi presemen salir en abundancia, estaba muy caliente.


— Aunque callar tus gemidos con mis labios no es algo que me moleste – subió lentamente y con cuidado mientras tocaba mi cuerpo en el proceso. Una vez a la altura de mi rostro tomé sus mejillas y dejé un suave beso antes que él me consumiera en otro.


La verdad es que mi teoría era cierta y Jungkook era un excelente amante, era cuidadoso, amoroso y muy sexy mientras te tomaba a tu ritmo. Pero esta vez era mi turno de tomarlo.

En un movimiento lo puse de espaldas a la cama conmigo sobre él. Un jadeo salió de sus labios, no se si por el cambio de posición o la excitación de lo que viene. Sus manos apretaron mis caderas mientras levantaba mi cuerpo en horcajadas sobre él.

¿La vista? Era preciosa, Jungkook se veía como un gladiador con su cuerpo ligeramente sudado y algo despeinado, con esos músculos ligeramente marcadas y cuerpo duro.

Me sentía completamente poderoso sobre él, sus manos subieron por mi abdomen justo en el momento que pensé en que esta primera vez, debería ser grabada.


Me estiré hasta la mesa de noche para sacar la go-pro y el lubricante, y en silencio posicione el cintillo de la cámara entre su cabello. Debo admitir que saber que estamos grabando lo hace más excitante.


— Dijiste que querías nuestras primeras veces en video. – dije en su oído con mi voz ronca por el deseo.– Está será la primera vez que te monto.


Moví ligeramente mis caderas haciendo chocar nuestros sexos. Y su jadeo me hizo querer grabar a mi también.


— Déjame prepararte – gruñó moviendo una de sus manos a mi trasero y puse un poco de lubricante en sus dedos.


Le gustaba ser el responsable de esta tarea, aunque fuera algo torpe en ello, le gustaba prepararme y escucharme gemir en el proceso. Y me encantaba hacerlo feliz, por lo que mientras colaba sus dedos en mi trasero apoyé ambas manos en el colchón a los lados de su bello rostro.

Ver su gesto contraído, concentrado en mi placer me hizo querer devorarlo. Tomé sus labios con fuerza dejando un mordisco en su labio inferior antes de volver a atacar. Su mano se movió con más rapidez hasta que no pude soportar más.

Toqué su brazo y él paró mientras sacaba su dedo pero lo dejaba en la zona. Podía parecer raro pero acostumbraba dejar una de sus manos cerca de la zona, nunca le pregunté el motivo.

Amor por ContactoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora