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-"ACHU"-
Nunca fuiste la persona más destacada entre tu familia siempre has sido la sombra de todos tus hermanos.
Tus padres casi nunca te tomaron en cuenta pero es algo que has aceptado o tal vez a lo que te has acostumbrado.
Este día no es lo contrario levantándote dandole los buenos días tratando de dar tu mejor cara por mas cansado que estes.
Tu madre te había pedido que fueras al bosque a recoger algunos frutos supones que sólo buscaba una excusa para deshacerse de ti, aceptaste sabiendo que estarías fuera del plano de tu familia para poder darte un respiro.
Rápido tomaste una canasta saliendo de tu hogar querías tomar aire fresco por un largo rato.
No sabias desde hace cuanto habías estado caminado pero llegaste a una zona llena de nieve era muy linda.
No te preocupaste de tus padres seguramente no les importaría la hora que volvieras.
Estabas paseando por las casas tratando de no hundirte en la nieve hasta que sin querer chocaste con alguien.
Después del pequeño impacto contra el piso abriste tu ojos para ver a un chico de pelos burdeos y aretes de hanafuda.
— ¡Lo lamentó! ¿se encuentra bien? — habló el chico dándote la mano ayudando a levantarte.
Limpiaste la nieve de tus ropas para contestarle al chico.
— No te preocupes fue mi culpa no ponía atención en el camino. —dijiste avergonzado.
— Mmh ¿no eres de aquí verdad? Nunca te he visto. — pregunto curioso el chico de cabellos.
— Oh, no, no, estaba pasando por aquí solamente. — le dijiste manteniendo una sonrisa.
Pasaron los minutos tú y el chico llamado Tanjiro habían entablado una charla amistosa mientras lo acompañabas a la casa de este.
Llegaron hasta la montaña en donde vivía Tanjiro eso era cosa de este la subirá.
— Gracias por acompañarme hasta aquí. — te hablo feliz
— No hay problema Tanji- achu... - un estornudo había interrumpido tu hablar tal vez pasaste demasiado por alto que no llevabas la ropa indicada para este frío y más si estaba nevando.
Las puntas de tus dedos tenían un pequeño color rosa y suponías que tu nariz igual.
— Ten te protegerá del frío hasta que llegues a tu casa. — te dijo Tanjiro para colocar al rededor de tu cuello la bufanda azul que antes traía puesta.
— Pero es tu bufanda Tanjiro... — le hablaste tomándola suavemente.
— Te servirá más a ti yo estoy acostumbrado al frío. — te respondió dándote una cálida sonrisa.
Tu estabas mirando confundido su acción nadie que conocías te trataría así ni suplicándolo.
Viste como aquel chico de hermosa sonrisa se despedía con su mano subiendo por la montaña.
No sabias como reaccionar tus mejillas ardían tratando de cubrirlas con aquella bufanda azul esta aun cálida.
