El primer día de vuelta a clases le pedí a mi amiga sentarnos lado a lado, sabía lo ocurrido con Mateo días atrás y no se opuso, convenciendo a Leo que acepto feliz porque podía decirle cosas al oído durante las clases sin que lo regañaran los profesores.
Mientras que el aludido desde su entrada al salón no había sido capaz de dirigirme ni la palabra, pero podía sentir su mirada fría clavada en mi nuca. La verdad yo tampoco tenía muchas ganas de hablarle. Se tenía que disculpar.
Las clases terminaron y Mateo había estado más callado y evasivo de lo normal. Entre clases era el primero en salir del salón al siguiente y el último en entrar a clase. A Leonardo no parecía preocuparle mucho la actitud de su amigo porque cuando le preguntamos al respecto sólo nos dedico una de sus grandes sonrisas de siempre.
—Ya se le pasará, sólo se levanto del lado izquierdo del sarcófago.
Fue todo lo que dijo sobre el tema y continuamos con el día. Tamara, Irene y yo nos quedamos a los ensayos, en tres semanas sería el festival de otoño y tendríamos presentación de danza árabe, teníamos que ensayar la rutina.
—¿Y no has intentado mandarle un mensaje?— Preguntó Irene mientras recogíamos nuestras mochilas al terminar el ensayo.
—¿Qué le diría? Ni siquiera me quiere ver, lleva todo el día evitándome. —sentí una punzada en el pecho— No debería importarme, le prometí a Xavier esperarlo.
—Pero si sientes algo por Mateo, no es justo que ilusiones a Xavier son eso de esperarlo. — Respondió Tamara
—A este punto no sé ni qué siento. —Confesé
—Creo que sería buena idea que te plantearas la posibilidad de que tal vez Mateo se iba a confesar pero le dio pena— Dijo Irene
—Pero si me dijo que era una chica de otra clase. Tú y yo sabemos que es un hombre que no se anda con rodeos, si fuera yo, me lo hubiera soltado sin más. Y se molesto cuando le pregunté que si le gustaba Tania, lo más seguro es que esa fuera su respuesta, creo es su ex, ¿no?
—Según Leo sólo salieron una vez y Mateo quedo desilusionado de ella.—Tamara me miraba con tristeza
—Tal vez le volvió a gustar y se enojo que lo descubriera.— Respondí Irene
—No lo sé, me parece muy raro. Leo es bueno en eso de hacer parejitas, ya vez que a casi todos en el equipo de futbol los ha emparejado con alguna chica del colegio.— Tamara intento animarme
—No siempre tiene que acertar.— Respondí con resignación, ya no había nada que hacer.
—No lo sé Sofí, todo esto no me termina de cuadrar. —Irene me veía con duda, ella siempre terminaba abogando por Mateo
—Mejor vamos a casa, ya es tarde, hoy me toca cocinar a mí.— Corté la charla
Cuando íbamos rumbo a los vestidores después del ensayo nos encontramos con el equipo de futbol y de lucha, que no perdieron oportunidad en lanzar piropos a las chicas de mi grupo.
—Cada vez estas más buena Sofí. — Me dijo Néstor cuando nos topamos de frente.
—Cállate idiota—Respondí molesta.
—Me gusta que seas fiera mi amor. — Me guiño.
—No sean vulgares o el siguiente entrenamiento será de 3 horas. —Grito molesto Mateo a su equipo. Los chicos ofrecieron sus disculpas y se metieron al vestidor.
—Bien dicho, nadie debe de faltarles el respeto a las chicas. Hay que darles cubetadas de agua fría para que aprendan. —respondió Leo que iba detrás de él — Por cierto chicas ¿Quieren ir al comer algo?
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Cinco cosas que odio de ti
RomanceOdio su mirada fría; odio que siempre me dice molesta o fastidio; odio ese carraspeo de garganta que hace en vez de responder como una persona normal, odio que me lo encuentro hasta en la sopa, y lo que más odio es que me estoy enamorando de él. La...