Las 5 cosas que odio de ti

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El viernes llegó y me levante temprano para maquillarme y peinarme para la presentación de danza. Me puse el uniforme deportivo de la escuela y tomé del armario la funda con los dos cambios de ropa que usaría, el de la función de danza y un vestido rojo que ocuparía para el baile de mascaras.

Pedí un auto por aplicación, mis padres no podrían llevarme como lo teníamos planeado, porque habían tenido que ir a ver a mi tía quien estaba en el hospital por una recaída, aún no sabían la gravedad de la situación, pero me habían dicho que me preparará para estar todo el fin de semana sola.

El auto anuncio su llegada con el claxon. Tomé mis cosas que el chofer me ayudo a colocar en la cajuela y me dirigí al colegió.

Cuando llegué el ambiente estaba muy activo. Se veían a las comitivas ir de un lado a otro con decoraciones, o armando los puestos de comida para la verbena. Me encaminé al auditorio dónde serían las presentaciones.

Me dirigí a los camerinos, detrás del escenario y me apresuré a vestirme con el atuendo para el acto de danza árabe un top morado estilo brasier, una falda transparente del mismo color con dos aberturas que llegaba hasta la cintura, debajo llevaba un short. Salí del vestidor cuando me encontré con Tamara ya con el atuendo, ella se veía muy hermosa, ya que tenía una figura más voluptuosa que yo.

—Hola Sofí, te ves muy linda. Vas a levantar más de un suspiro. Y seguro que alguien se va a poner celoso por eso — Me guiñó, sabía a quién se refería, pero prefería no pensar en ello.

—Tú también te ves muy linda, Leonardo no va a querer soltarte. — cambie de tema— Sólo espero por lo menos se fijen más en como bailo que en lo que enseño. —Bromeé al ver como se sonrojaba como tomate.

—Toda vía falta un poco para que sean las presentaciones, ¿te parece si nos vamos a dar una vuelta?

—Claro — Le dije mientras me colocaba la sudadera.

La escuela estaba llena de color. En la explanada había puestos de comida y de juegos de azar. Los alumnos llevaban varios disfraces estilo medieval y colonial, ya que ese era el tema del baile de mascaras. Las chicas usaban vestidos largos como de princesas y los chicos se vestían de príncipes; la forma en que estaban vestidos contrataba con la música ya que era la de moda, electrónica, algo de pop y electronica y reggeton.

Caminábamos por la verbena con un helado en mano, cuando se apareció un chico disfrazado del zorro: pantalón negro, camisa blanca, chaleco negro, antifaz, con un gorro de ala chica y una capa; quien me dio una flor amarilla y una nota para después echar a correr y dejarme anonada.

—Aún no bailamos y ya empezaron a llegarte los galanes amiga — me dijo burlona la ojigris— ¿Qué dice la nota? Me parece muy romántico. — Su emoción en la voz era notoria.

—Ya no quiero saber nada de amor. Fue un lindo detalle, pero no lo voy a aceptar. — Le dije mientras tiraba a la basura la flor y la nota sin abrir.

—Sofía al menos abre la carta. No nos quedemos con la duda. Fue un detalle muy romántico.

—Está bien. —Bufé resignada ante la mirada de cachorro de mi amiga, sabía que sino lo hacía yo, ella tomaría la nota y la leería quisiera o no.

Saque el sobre rojo de la basura y lo abrí. Contenía una nota en papel que simulaba ser mármol, estaba escrita con una perfecta letra manuscrita que me pareció familiar. No puede ser.

"Trato de escribir en la oscuridad tu nombre. Trató de escribir que te amo. Trato de decir todo esto. No quiero que nadie se entere, que nadie me mire a las tres de la mañana paseando de un lado a otro de la estancia, loco, lleno de ti, enamorado. Digo tú nombre, lo grita mi corazón amordazado, vuelvo a decirlo, lo digo incansablemente y estoy seguro que habrá de amanecer."

Cinco cosas que odio de tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora