𝐌𝐈𝐀 ―𝐏𝐄𝐃𝐑𝐈 𝐆𝐎𝐍𝐙𝐀𝐋𝐄𝐙, 𝐅𝐑𝐄𝐍𝐊𝐈𝐄 𝐃𝐄 𝐉𝐎𝐍𝐆

004; El beso.

004; El beso.

Mía Valencia.

Estaba justo al frente del supermercado, mamá me había enviado a hacer las compras mientras ellos trabajaban. No tenía tan claro lo que debía comprar pero había escrito en el chat de Samuel lo que suponía sería bueno comprar.

"Nosotros no desayunamos cereal"

Había sido su respuesta, había olvidado por completo que aquí todos eran adultos, estaba acostumbrada a convivir con mis primos que era difícil adaptarse al estilo de vida de un completo adulto.

Cambie el cereal por huevos y carne, al momento de pagar por instinto mire hasta el pasillo donde se encontraban los cereales.

Empuje el carrito hasta el automóvil de mamá, dejé todo en la parte trasera y me monte dispuesta a irme de ahí, pero un mensaje hizo que tomara mi celular enseguida curiosa de saber de quién se trataba.

"¿Cuando regresas?"

Me asusté al ver que Pedri me había escrito, no me despedí o siquiera dije que me iría, no tenía caso que me enviara mensajes hasta hoy cuando ya paso más de un mes desde que nos vimos la última vez.

No respondí y arranque el automóvil alejándome del supermercado, estaba molesta conmigo misma sin tener razones.

---Me estoy volviendo loca ---dije para mí misma al estacionarme fuera de casa, pude ver como mis vecinos estaban sentados en el césped y me miraban curiosos---¡Ey!

---¿Necesitas ayuda? ---se levantaron a la vez caminando hasta mi.

Me ayudaron a meter la despensa a adentro y los invite a que se quedarán un rato, estuvimos un rato platicando hasta que Ronald acabo por quedarse dormido en el sofá.

---¿Que hacemos? ---pregunte confundida mirando a Frenkie, el se encogió de hombros y saco su móvil tomándole una foto.

Sonreí por su acción y hice lo mismo, en estas últimas semanas habíamos estado conociéndonos mejor y incluso diría que empezaba a tenerles cariño.

Después de llenar nuestra galería de fotos del uruguayo ambos guardamos el móvil y nos miramos.

---Es mejor que se despierte rápido antes que oscurezca ---quito su mirada de la mía rápido, se había puesto nervioso y eso me saco una sonrisa.

Tratamos de hacer que despertara y después de un rato lo conseguimos, Ronald tenía el sueño pesado.

---Es momento de irnos ---murmuró Frenkie tratando de hacer que se levanté.

---Déjalo que duerma un rato más ---me encogí de hombros recostandome en mi lugar, el rubio asintió y me imitó.

---Es una roca ---dijo mirándome, le di la razón aguantandome la ganas de soltar una carcajada por su cara.

Frenkie se quedó en silencio sin apartar su vista de mis ojos por un largo rato, hasta que poco a poco bajo a mis labios.

Supe que el no sería capaz de dar el primer paso por lo que fui yo quien lo tomó por sorpresa besándolo.

Fue un beso lento, supe que lo estaba disfrutando tanto como yo al sentir como ponía ambas manos alrededor de mi cintura atrayendome a el.

Llevé mis manos hasta su cuello y mis dedos recorrieron su suave y claro cabello, ¿Deseaba besarlo o solo lo hacía por sacarme de la cabeza a Pedri? Nunca lo sabría con claridad.

Al separnos me miró fijamente, estaba rojo de la vergüenza y con una sonrisa me sacó la mirada de encima y la dejo sobre Ronald.

---No era mi intención incomodarte... ---trato de disculparse pero no lo deje terminar y negué.

---La que te bese fui yo ---eleve una ceja confundida, después de escuchar mis palabras el bajo la mirada
---¿Te molestó?

Frenkie negó de inmediato, sin embargo note su incomodidad.

---Es solo que... Creí que te molestaría ---me miró otra vez pero yo sonreí para aligerar el ambiente.

---No te preocupes ---le di un suave golpe en el hombro poniéndome de pie y caminando hasta la cocina.

Ese beso no significó nada para mí, supuse que para el tampoco.

Por más que tratará de olvidar a Pedri no lo conseguía, cada cosa que realizará o avance que de en mi vida me hacía recordarlo.

Me servi un vaso con agua y me recosté en el umbral, pronto debería regresa a España debido a que mis vacaciones en la universidad finalizaban está misma semana.

Samuel y mis padres habían insistido en que me quedara aquí y escogiera alguna universidad, pero echaba de menos a mis amigos y a mis primos.

---¡Ronald se despertó! ---escuche a Frenkie cantar victoria.

Ellos dos también regresarían a España dentro de tres días, sin ellos aquí no tenía más motivos dado que ni siquiera había hecho algún amigo.

Camine con una sonrisa hasta la sala donde ellos estaban parados, Ronald era sostenido por su amigo quién parecía contento de verlo despierto.

Nos despedimos y luego se fueron, me quedé pensando en lo que acababa de suceder. Sabía que estuvo mal pero me fue imposible controlarme y no besarlo.

No quería confundirme a mi misma porque en este momento tenía bastante claro lo que quería, y no quería nada.

Me lancé al sofá otra vez con intenciones de recapacitar, pero no lo conseguiría hasta acabar de sanar por completo.

Pedri había marcado una época muy importante de mi vida y no sabía si lo seguiría haciendo, no lo quería pero pasar tantos años deseándolo en silencio no se desechan en cuestión de minutos.

Necesitaba tiempo para aclarar mis sentimientos, en este momento estaban desboronados y sabía que estar en una relación lo único que me traería serían desgracias y malos ratos. No estaba lista para lastimar a alguien solo por no saber lo que quiero, no lo quería hacer y no tenía pensado hacerlo.

Elizabeth y Pedri me habían acabado en segundos, desde entonces he entendido muchas cosas y la más importante es el que no todo lo que quieres lo consigues.

Aunque me negaba a morir sin saber que se siente ser amado, no pensaba abandonar este planeta sin haber sentido dicho sentimiento.

Existen varias etapas de superación, como el cerrarte al mundo entero y pensar que todos son iguales, también esta el pensar que tú fuiste el culpable y tratar de arreglar algo que no arruinaste. Y entre ellas muchísimas más, aunque claro está el que no todas son efectivas o acaban bien.

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| Que cruel la manera de pensar de Mía, me recuerda mucho a Chiari.