007; Mi lugar favorito.
Mía Valencia.
Supongo que sí me pagarán por cada cosa idiota que haga en mi vida sería millonaria, por cada mala decisión o por mi simple existencia.
Ronald llevaba un largo rato riendo de las cosas sin sentido que yo soltaba, estaba practicando mi discurso para la feria de ciencias de mi universidad.
Frenkie me apoyaba diciéndome que todo estaba perfecto y que seguro los dejaría asombrados, agradecía por eso debido a que necesitaba al menos unas palabras de aliento para no darme por vencida en este proyecto.
---Hoy te ves muy bonita ---susurró acercándose a mi, le regalé una sonrisa agradecida y me recosté en su hombro.
Dejo un beso en mi mejilla tomándome desprevenida, eso me había sorprendido por lo que no supe cómo actuar al respecto y me limité a ocultar mi rostro colorado.
---¿Podrías mañana después de la feria salir a comer conmigo? ---preguntó elevando mi rostro y dejándolo a su altura.
---Por supuesto, seguro terminaré muerta de hambre ---sonreí asintiendo.
---Pasaré por ti a las 5:00 p.m ---dijo separándose un poco y tomando mi discurso en sus manos---Eres inteligente.
---No mucho, solo me esfuerzo ---dije mirando también mi discurso.
---A mi me parece que eres muy inteligente, bonita y inteligente ---aclaro.
No estaba de acuerdo con ninguna de las dos, era tonta. Estaba haciéndome daño a mi misma y ahora también le estaba haciendo daño a el, sin ser capaz de ponerme un alto.
---Me tengo que ir, ¿Nos vemos mañana? ---me puse de pie nerviosa, el asintió con una sonrisa y me ofreció un chocolate que había sacado de su chamarra.
---Gracias... ---lo tome sacándole el envoltorio, lo necesitaba.
---Te enviaré un mensaje cuando acabe el entrenamiento ---dijo dándole una mirada hasta donde Ronald se había ido minutos antes al baño.
---De acuerdo, esperare ese mensaje ansiosa ---salí de la sala con mis libros en mano, recién salía de clases y me había venido a platicar con ellos.
Al día siguiente.
Tenía muchos motivos para no venir a la universidad, el principal era quedarme con mis primos y ver películas de navidad envueltos en matas calentitas mientras comíamos las galletas que la abuela nos preparaba.
Mario era el único que tenía clases hoy así que se había quedado un rato más para aplaudirle a mi proyecto según el, al llegar a su lado me abrazó contento.
---Estuviste genial, te he grabado porque Ana me pidió que lo hiciera ---dijo una vez nos separamos.
Ana estaba de vacaciones con sus padres, su profesora había enfermado y tenía libre quince días que ella quizo aprovechar pasándolos en Holanda.
---Te han estado llamando ---dijo pasándome mi celular, lo tomé enseguida y pude darme cuenta que se trataba de Frenkie.
---Tengo una salida, ¿Trajiste el automóvil? ---pregunte mirándolo.
---Si, por supuesto que lo he traído ---asintio confundido.
---Es que pasarán por mi dentro de tres minutos ---añadi dudosa por su reacción, el que se quedó en silencio un largo rato.
---¿Quién pasará por ti? ---preguntó confundido, Mario era bastante distraído.
---Un amigo, vamos a salir a cenar ---dije recostandome en la mesa de mi proyecto, el pelinegro me quito de inmediato de la mesa de un tiro.
---Se caerá y tu caerás con ella ---dijo burlón al ver como la mesa tenía un par de llantas---De acuerdo, diviértete.
Se despidió de mi y se fue por su lado, corrí escalones abajo para poder salir de las instalaciones, el automóvil de Frenkie se hayaba bastante cerca y al verlo sonreí.
---¿Que tal te fue? ---preguntó bajando el vidrio, me encogí de hombros subiendo a su lado.
---Diría que mejor de lo que me imaginé, por un momento creí que lo olvidaría pero no fue así ---sonreí mirándolo, el arrancó el auto sin ocultar su risita burlona.
---Sabía que te saldría bien, siempre confíe en ti ---dijo esta vez dándome una ligera mirada.
Pude sentir como mi corazón se oprimió, el confía plenamente en mi mientras yo lo único que le hacía era hacerlo pensar cosas que no eran y posiblemente nunca serían.
Me sentía destrozada conmigo misma, porque sabía que estaba mal y no quería que esto siguiera pero no era capaz de hacer algo al respecto.
---Siempre vengo a este lugar, el único que lo sabes es Ronald y ahora tu también ---se detuvo en medio del camino.
Se bajó del auto y me abrió la puerta para que también bajara, estaba confundida debido a que no había nada más que árboles a nuestra izquierda y un grueso arbustos a nuestra lado derecho, ni siquiera habían más autos.
---Ven conmigo ---me ofreció su mano, dudosa la tomé mirando hacia todos lados por si tenía que salir corriendo.
Entramos al arbustos por una pequeña entrada que había, entonces todo tuvo sentido. Habían muchas mesitas y una pequeña caballa con algunas personas alrededor, todos comían y platicaba entre ellos, ninguno se admiro de vernos entrar por el arbusto.
---¡Frenkie ha venido! ---un hombre se acercó a nosotros dándole un fuerte abrazo, después fijo su mira en mi mirando de reojo a Frenkie con una sonrisa---Has traído a una chica...
---Es mi amiga ---lo cortó de inmediato, asentí y le ofrecí mi mano con una sonrisa.
---Soy Mía ---me presente, el tomo mi mano y la estrechó.
---Nau ---dijo con voz gruesa, quité mi mano de la suya y rodeé el torso del rubio acercándome.
Caminamos hasta el otro lado de la cabaña, ahí habían muchísimas más personas que al frente. Al parecer era un restaurante, me sorprendió el que estuviera lleno dado que no habían casas a nuestro alrededor.
---¿Por qué está lleno? ---pregunte mirando a los dos, Nau fue el que respondió a mi pregunta.
---Esta repleto de valientes, son los únicos que admitimos aquí ---explico señalando una mesa vacía para que nos sentemos ahí---No cualquiera tiene el valor de adentrarse tan adentro del bosque, la mayoría son turistas o senderistas.
---¿Como es que tú conoces el lugar? ---esta vez me dirigí a Frenkie.
---Cuando el tenía 12 años se perdió, entonces encontró el lugar y desde entonces viene cada vez que puede ---volvió a responder Nau.
---Es vergonzoso, olvidemos eso por favor ---el rubio agachó la mirada.
Tenía muchas más preguntas acerca del lugar, pero supe que no era el lugar indicado para hacerlas por lo que me limité a comer. Esta era la comida más deliciosa que había comido en toda mi vida, necesitaba está receta.
---Ahora sabes cuál es mi lugar favorito ---susurró cerca de mi oreja.
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𝐌𝐈𝐀 ―𝐏𝐄𝐃𝐑𝐈 𝐆𝐎𝐍𝐙𝐀𝐋𝐄𝐙, 𝐅𝐑𝐄𝐍𝐊𝐈𝐄 𝐃𝐄 𝐉𝐎𝐍𝐆
Fanfiction𝐌𝐈𝐀; Dónde Mía le cuenta a sus primas sobre su mayor amor, el famoso futbolista canario Pedri González. Sin saber que su prima Elizabeth Valencia, empezaría a salir con el poco tiempo después. 𝐌𝐈𝐀; Dónde Frenkie conoce a la castaña de una mane...