IX.

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Addison POV.

Jamás había odiado algo tanto en mi vida, cómo odié a mi buscapersonas cuándo interrumpió escandalosamente el apasionado beso qué me estaba dando con tanto esmero la hermosa doctora Grey en mí oficina.

Nunca imaginé qué después de verla con Derek y de sentirme tan decepcionada con ella por creerla de vuelta en sus brazos, terminaríamos comiéndonos nuestras bocas en un delicioso enredo de manos y besos, de los qué no me quejaba en lo absoluto.

Ambas gruñimos un crudo quejido qué quedó atrapado en medio nuestros jadeos por el aire qué nos habíamos robado con tanta pericia mientras nuestras bocas se conocían por primera vez; porque Dios sabe qué había imaginado tantas veces la escena en la qué hacía mía, pero sus besos me demostraron cuán simples se veían mis fantasías al lado de la realidad qué la deliciosa boca de Meredith puede darme.

La rubia es hermosa e inteligente y me tiene bastante asombrada lo ágiles que parecen ser sus manos, porque aún puedo sentir los excitantes tirones que daba sobre mis cabellos sueltos, pero el sabor de sus labios cuándo tomó cada suspiro de mí en su beso posesivo y decadente de deseo, terminó con cualquier negativa por dejarme encantar completamente por Meredith, porque ella me gusta y mucho, y después de todas las promesas qué sus besos hicieron sobre mis anhelantes labios, no pienso detenerme hasta conseguir todo de ella, desde su hermosa mente, pasando por todo su seductor cuerpo y más importante aún, quiero tomar su corazón cómo mío.

No sé en qué momento le había quitado su bata junto a toda la parte superior de su uniforme, pero mientras volvía a nuestra jadeante realidad, mis ojos quemaron sobre la piel expuesta de Meredith y bendito sea su cuerpo porque es definitivamente glorioso. Estaba encantada con la forma de sus senos, que rebotaban cadenciosamente bajo su agitada respiración y saberla sin aire por mis besos, mandó una punzada directa de placer a mí clítoris y no me quejaba en lo absoluto por sentirme tan sobresaltada por tan sólo un beso y la vista de unos senos tan cerca a mi rostro, porque aunque había visto más senos y cuerpos desnudos de los que soy capaz de contar por mi trabajo y mis relaciones personales, jamás había tenido a Meredith Grey de esta preciosa forma, y debería agradecer demasiado por estar viva después de presenciar su pecho desnudo apenas cubierto con un diminuto brasier de encaje, qué mis labios picaban por arrancar de su piel.

Y juro qué quise cumplir con mi deseo porque me había resistido lo suficiente a Mer, pero mi estúpido buscapersonas volvió a sonar y tuve que contenerme una vez más de tomar a Meredith cómo mía, para qué le quedara claro a ella, a Derek y a todo el qué mirase, qué desde qué nuestras miradas cruzaron, ella fue mía.

Sus manos volvieron a mis cabellos, peinándome alegremente mientras me regalaba la sonrisa más amplia qué le había visto y no pude contenerme un instante más de probar sus dulces labios una vez más.

Me recuerdo suspirando de gusto entre sus labios, comprobando lo mucho qué me gusta ella y ser correspondida por la doctora Grey, fácilmente podría considerarse cómo el mayor logro de mi vida.

Y yo no quería separarme de sus labios nunca, pero debía hacerlo o faltaría a mi juramento al hacerme doctora y sencillamente no puedo, ni siquiera por lo tentador qué suene y se vea Meredith Grey jadeando de deseo por mí.

Sus labios mordieron los míos cuándo intenté separarme para correr al llamado a urgencias, y no pude contener el jadeo ansioso qué salió por mi boca cuándo sentí su mordida. Nuestras miradas se encontraron justo un momento después y juro qué sentí mis piernas temblar por lo irresistible que lucía mi rubia jadeante y sonrojada por nuestros besos compartidos.

Así qué ahí estaba yo, jadeando llena de deseo en medio de mi jornada laboral, sintiendo unas ganas inmensas de devorar por completo a Meredith, con mis bragas totalmente arruinadas por la naciente humedad entre mis piernas producto de los besos de la ex amante de mi ex marido. Y ni siquiera ese fugaz pensamiento mermó en algo mi deseo por Mer y mucho menos me hizo olvidar la resolución qué tenía con ella antes de encontrarla abrazada a Derek en esa sala de descanso, porque ahora qué sé lo qué en realidad pasó, no quitaré el dedo del renglón con ella y no descansaré hasta lograr que Derek Sheperd quede en el olvidado pasado de ambas.

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