XIII.

397 65 19
                                    


Meredith POV.

La cálida luz del día, se cuela entre mis ojos aún tan cerrados por el reparador sueño del qué apenas logro recobrar mi conciencia. Pero ni siquiera mi sueño interrumpido, puede borrar la enorme sonrisa qué tienen mis labios.

Mi sonrisa se expande aún más en mi boca, confirmando qué no puede haber otra perfecta forma de despertar, luego del maravilloso día qué tuve ayer, junto con todo lo qué me trajo hasta aquí.

El sudor ya se ha secado en todo mi cuerpo a esta hora de la mañana, pero aún puedo ser consciente del delicado fantasma de las fervientes caricias qué Addie me regaló con tanta abundancia una y otra vez a lo largo de la noche y aún más entrada la madrugada.

- Mi novia.- gimo entre mis labios en apenas un suspiro, lleno de anhelo por esa pelirroja qué me tiene penando por ella desde qué la ví a lo lejos y ahora, después de tanto tiempo contemplándola de lejos, al fin es mía.

Muerdo mis labios con fuerza mientras abro cantarinamente mis ojos, encontrándome con un techo sobre mi cabeza qué hasta ayer conocía, pero qué de ahora en adelante podría retratar de memoria por la cantidad de veces qué me perdí viéndolo, para no correrme larga y roncamente por la vista de Addison en toda su gloria post orgásmica entre mis piernas y mamando toda la humedad de mí necesitado centro, qué únicamente podía seguirse humedeciendo más y más por las firmes y certeras atenciones de su sedosa lengua en medio de mis sensibles pliegues.

Aprieto mis piernas con fuerzas ante el delicioso recuerdo, y gruño por el roce de la sábana entre mi hinchada y saciada entrepierna; con mi mente yendo y viniendo desde qué me empotró con tanta fuerza y pasión contra la puerta del primer baño qué nos topamos en ese elegante restaurante al qué me llevó, antes de nuestra bendita primera cita, qué definitivamente sirvió para liberar algo de toda la tensión qué he estado sintiendo desde qué la conocí.

Mi corazón no cabía en mi pecho de la emoción por al fin tener la oportunidad de demostrarle cuán a sus pies estoy, pero mi alegría, sólo pudo crecer mucho más con cada segundo qué iba pasando de la noche porque por supuesto, Addison sería mucho más de lo qué pude divisar en la distancia, y sus besos, sus palabras y todas sus caricias aún picando y excitando cada centímetro de mi piel, nos llevaron indistinguiblemente a su casa y a mí a su cómoda cama, dónde la hice tan mía; cómo había deseado con todo lo qué soy y por lo qué había trabajado tanto, siendo recompensada deliciosamente con los cálidos fluidos de Addison bendiciendo mi boca con su dulce sabor; antes de qué ella me dijera lo qué más quería escuchar en toda mi vida.

Confieso qué nunca quise ser la novia de nadie, pero no pude decir nada más qué sí, porque ella no es cualquiera, es Addison Montgomery, la mujer qué me tiene completamente loca, y también es mi novia y futura señora Grey; sí es qué la suerte decide seguirme acompañando cómo hasta ahora.

- ¿Addie?- la llamo en tono alto, tocando las frías sábanas a mi lado, dónde debería estar su curvilíneo cuerpo, pero lo único que encuentran mis manos, es la nada y mi vista bajando hasta ellas, sólo confirman con pesar lo que supuse, qué yo estoy sola. - ¿Amor?- grité con fuerza, sin poder creer qué ella me hubiera dejado. Addie, no podría hacerme eso, ¿Verdad? Apenas llevamos la madrugada de novias y ella definitivamente no debería haberme dejado sola, en su cama, mucho menos después de quitar cada maldito gramo de fuerza de mí cuerpo con cada orgasmo consecutivo qué me dió después de aceptar con fervor qué sería su novia.

Mi mirada decae un momento, sintiendo algo de pesar por perder la oportunidad de decirle los buenos días a Addie y desearle mucha suerte en su día, porque definitivamente yo ya lo había empezado mal sin ella a mi lado, y sin mencionar qué sin siquiera ver la hora, sé qué es demasiado tarde para mí hora de entrada a mi residencia en el Hospital.

SUCKER FOR YOUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora