VIII.

519 81 11
                                    


Meredith POV.

Escuchar el tono desgarrador de Addison destruyó todo mi corazón por completo; porque jamás me creí ser capaz de causar ese efecto en ella, cuándo lo qué yo quiero es todo lo bueno qué pueda conseguir de las dos, sí es qué ella me lo permitiera y por el tono qué usó antes de irse, todas mis ilusiones parecen dirigirse indiscutiblemente al fracaso.

Hoy definitivamente no ha sido mi día y tratar de esconderme y solucionarlo sola no lo resolvió en nada; porque en vez de buscar a mi linda pelirroja para qué me diera algo del consuelo qué tanto necesito, lo qué tontamente hice fue encerrarme en esta estúpida sala de descanso huyendo de la inesperada verdad qué se me presentó en forma humana en el hospital, causando un grave ataque de ansiedad en mí y una largo estado de estupefacción, del cuál no salí hasta qué escuché la voz de mí Addison rompiendo el silencio en la sala y el fuerte portazo qué dió al salir sin esperar una explicación de mi parte por estar con su aún esposo, y lo único qué pude alcanzar a ver fue el ligero movimiento de su precioso e inconfundible cabello rojo mientras huía de Derek y desgraciadamente de mí.

Mis lágrimas siguen corriendo libremente por mi rostro totalmente llena de frustración por todo lo que ha pasado en este día y por ver todos mis avances por conquistar a Addison ser destrozados por todo un jodido malentendido mientras me aparto llena de rabia de los fuertes brazos de Derek, qué parecían estar aferrados sobre mis hombros.

- Déjame en paz de una maldita vez, Derek.- gruño iracunda, mientras me pongo de pie viéndolo con absoluto fastidio por lo qué su estúpida presencia causó.

- Hace un momento no me querías soltar, Mer.- me recuerda en tono irónico.

Mis puños se aprietan al escuchar su voz y estoy empezando a odiar todo de él, de su nombre y esa tonta sonrisa qué no me engaña más.

- ¿Te refieres a cuándo estaba sufriendo un ataque de ansiedad?- inquiero molesta, cerrando lentamente la distancia entre nosotros. - Porque te aprovechaste de qué no sabía qué estaba pasando conmigo para tomarme entre tus brazos; porque sabes perfectamente bien qué de haber estado en mis cinco sentidos, jamás me habría dejado envolver por ti.- señalo entre dientes, sintiendo mi sangre hervir en todo mi cuerpo por la rabia qué me provoca éste hombre.

Su sonrisa se borra después de escucharme y ahora soy yo la que se burla de su atónita expresión.

- Ya te envolví una vez y quiero seguirlo haciendo, Meredith, sabes qué me gustas.- dice en tono meloso, ignorando todo el rechazo de mi voz.

- Estoy harta de decirte qué no me gustas, Derek, entiéndelo de una maldita vez, porque lo nuestro fue esa única y penosa noche hace meses, y ya me cansé de decirte qué no me interesa nada más contigo qué no sea algo laboral.- bramo llena de rabia, mirándolo con mis ojos entrecerrados en su rostro.

- ¿Por qué te niegas? Podemos intentarlo, Mer, sabes qué la pasamos bien esa vez.- menciona mientras intenta una sonrisa coqueta, qué lo único qué provoca en mí es un largo bufido de aburrimiento por toda esta situación.

No puedo creer qué este hombre sea tan insistente en algo qué por supuesto no va a pasar, mucho menos cuándo la qué me gusta y quiero conmigo es su hermosa esposa.

- Olvídate de esa estúpida noche y déjame en paz, ¿Qué no lo entiendes?- le digo fastidiada.

- No quiero hacerlo, ¿Por qué no quieres estar conmigo?- dice en tono tan inocente, qué me hace pensar qué está probando todos los límites de mi paciencia y sí me conociera en algo, sabría qué no tengo paciencia y mucho menos para él.

- ¿Quieres saber por qué no te quiero cerca?- le grito y él asiente rápidamente cómo única respuesta. - ¿Por dónde empiezo? Me hiciste tú amante, por tú culpa todos en el hospital creen qué soy una zorra rompe hogares, y por sí fuera poco una buena mujer cómo Addison piensa lo peor de mí, ¿Te parecen esas suficientes razones, Derek?- le recuerdo, haciendo qué mi mente se caliente aún más con la rabia de esta conversación cuándo yo debería estar persiguiendo a mi pelirroja, rogándole por un momento de su atención para explicarle todo lo que vió y negar con ahínco todo lo qué de seguro pensó al verme así con él.

SUCKER FOR YOUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora