La enemistad entre Harry y Amara no era fácil, no cuando todo había comenzado por un pequeño mal entendido y menos cuando el mejor amigo de ambos era Mitch Rowland.
Y si a Harry no le agradaba mucho Amara, ¿Entonces por qué escribió tantas cancione...
Una idiota por permitir que Harry Styles me vea llorar como una pequeña niña que no sabía controlarse.
Pero la verdad era que las emociones eran muchas, no aguantaba la sensibilidad que emanaba de mi cuerpo por cada mínima cosa que me afectaba y no aguanté al escuchar las palabras de mi nuevo jefe.
Si bien era cierto que mi cara no fue de las mejores durante el día, tenía mis razones para ello.
La noche anterior Luke había llegado a mi departamento en estado de ebriedad. Tenía sus ojos rojos, aliento a whisky puro y movimientos torpes.
Intenté calmarlo y darle un poco de café pero eso sólo empeoró las cosas. Mi novio no hacía más que gritar insolencias en mi dirección y palabras denigrantes en cuanto a la situación económica en la que me encontraba después de que mi familia había cortado contacto conmigo.
No me gustaba que bebiera alcohol, le había pedido muchas veces que no lo hiciera pero lo hizo de todas formas.
Me sentí ahogada cuando entré en la habitación del yate, ahogando un sollozo que saldría en cualquier momento desde lo más profundo de mi garganta.
No fue hasta que apoyé mi cabeza en la puerta con los ojos cerrados que sentí un par de manos tomar mis hombros y guiarme hasta su pecho en forma de abrazo. Me sobresalté ante el acto pero todo mi sistema reaccionó con calma cuando supe de quién se trataba.
—Ya pasó...— susurra contra mi cabeza y besa la coronilla de ésta— Ya pasará.
Me permito soltar un sollozo sobre la tela del suéter de mi mejor amigo, con el fallido intento de liberar toda la pena y rabia que tenía acumulada.
—Esta situación me está superando, Mitch— le digo de forma ahogada cuando me reincorporo nuevamente.
Mitch tenía su ceño fruncido y me miraba con preocupación. En su cabeza llevaba puesto su típico gorro negro de algodón y sus mejillas estaban rojas, dando a entender que las copas de vino le estaban haciendo efecto.
En sus manos sostenía una manta blanca, seguramente la que Sarah le había pedido que buscara minutos atrás.
—No quiero seguir molestándote con mis cosas, lo siento mucho— me sincero— Sé que viniste aquí con la intención de pasar un buen rato y poder trabajar en las canciones y yo no he hecho más que abrumarte todo el día, Mitch... no sabes cuánto lo siento.
—Amara, no debes pedir perdón por nada— dice él acariciando mis nudillos para luego besarlos— Eres una mujer demasiado importante para mi, te quiero mucho y lo sabes, haría lo que fuera para evitar que te sientas de esta forma.
Lo abrazo nuevamente más que agradecida con sus palabras y cuando estuve más calmada, recibí la botella de agua que me estaba ofreciendo.
No le conté nada sobre las palabras de Harry, lo que menos quería era evitar otro conflicto. Además, el cantante suficiente tenía con mi presencia como para poner a su guitarrista en su contra.
—Sé de algo que te puede animar— dice y se sienta en la cama de al frente.
La habitación contaba con tres camas lo suficientemente amplias para poder acomodarnos por una noche. Y estaba decidido que yo compartiría cama con Mitch, Elin y Ny en otra y Sarah estaría sola en un catre porque mi buena amiga necesitaba más espacio y comodidad.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.