12| Yaba

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Harry Styles

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Harry Styles

Amara volvió el jueves a su hogar, no sin antes haberme dicho que ya estaba mejor y más tranquila luego de los sucesos ocurridos el pasado domingo por la tarde.

Me agradeció muchas veces por la ayuda a lo que simplemente le respondía que no era nada y que podía contar conmigo por cualquier cosa que necesitara. Amara como respuesta me dio una sonrisa opaca y un asentimiento de cabeza.

Ella se marchó junto con Mitch, quien la ayudó a llevar todas sus cosas y prometió también tratar de mover su auto el cual aún seguía estacionado en el patio de mi casa.

En los últimos días todo había sido muy confuso, ajetreado y agotador en todos los sentidos. Sentía que estaba cansado por tanto trabajo cuando la verdad era que ni siquiera había comenzado aún; las letras no estaban listas y las grabaciones para la nueva película se harían recién dentro de un par de días.

Me sentía sin ánimo alguno, y la verdad es que toda la situación con Amara me había agotado gran parte de mi energía sin saber porqué.

—Sólo tienes que darte un espacio para ti, Harry, sé que tienes muchas cosas por hacer ahora pero lo mejor es darse un respiro— fueron las palabras de mi madre cuando le conté vía telefónica lo agotado que estaba.

—No hay tiempo para eso, mamá— le dije en un suspiro— Tengo muchas cosas que hacer.

Hablé con ella un par de minutos más antes de cortar y volver a lo mío, lo cual consistía en leer el guion que se me había entregado meses atrás para estudiarlo.

Estaba nervioso, ansioso y aterrorizado por este nuevo rol en el que tanto quería participar. Estaba agradecido, claro está, sólo que me preguntaba constantemente si me darían las energías o las ganas de terminarlo.

Dejo la cerveza que me estaba tomando en la mesa más próxima y exhausto, me dirijo a mi habitación para encerrarme en ella, como si alguien tuviera la intención de molestarme cuando en realidad, en la casa estaba solo yo.

(...)

El domingo a mediodía, mis maletas estaban listas para ser trasladadas hacia el aeropuerto. Tenía todo lo necesario para viajar hacia Europa en donde me quedaría un par de semanas por trabajo.

Tenía todo bajo control, excepto mi mente.

—Estás inquieto sin razón alguna— me dice Mitch a través del celular, hago una mueca al ver a través de la videollamada la forma rápida en que comía sus cereales y en como botaba alguna que otra miga a su regazo.

—No sé exactamente por qué— murmuro.

—Yo creo que te falta un buen polvo— comenta con toda la naturalidad del mundo a lo que yo hago rodar los ojos— No me pongas esa cara Styles, sabes que tengo razón.

Ambivalencia |H.S|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora