02 | Trabajar con H.S

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Amara Willson

El dolor de cabeza era insoportable. Más si tenía la grave y fuerte voz de mi novio reclamando el por qué no le había contestado la noche anterior.

—Ya te lo dije, no escuché el celular— me excuso con una mentira blanca, porque la verdad es que había rechazado rotundamente su llamada.

—¿Estabas muy ocupada con tus amigos famosos, cierto?— él reclama— Resulta que pudo haber sido cualquier emergencia pero al parecer siempre vas a poner a tus amigos primero.

—¿Fue una emergencia?

—No, Amara, agradece que no fue una emergencia— hace rodar sus ojos, notoriamente cansado de la discusión. En todo caso no era el único. 

Suspiro por cuarta vez consecutiva y vuelvo a tomar un sorbo de mi preciado café amargo en un intento de pasar la resaca en mi cuerpo y a la vez calmar el ataque de ira que me estaba dando la situación.

Luke llevaba aproximadamente diez minutos reclamando mi rechazo a su llamada la noche anterior. Le dije con toda la sinceridad del mundo que en ese momento no estaba en condiciones de ni siquiera escuchar lo que sea que me haya tenido que decir debido al ruido pero aún así él seguía insistiendo y reclamando por mi falta de atención cuando se trataba de este tipo de cosas.

—Lo siento— digo poniéndome de pie y dejando la taza a un lado para después acercarme a él. Envuelvo mis brazos a su alrededor pero mi novio parece oponerse a mi acción— Es sólo que estaba distraída.

—Siempre es lo mismo contigo de todas formas— Luke se deshace de mi abrazo de manera un poco brusca— Y la verdad es que estoy bastante cabreado con este asunto.

—Han sido sólo dos veces Luke, no entiendo porqué estás...

Sin embargo me quedo con la palabra en la boca, porque él no hace más que caminar hasta su habitación y dar un portazo detrás de él, dejándome sola en medio de la sala.

Si la resaca no me mataba, probablemente lo haga la actitud de mi novio.

Media hora más tarde y luego de no haber intercambiado más palabras con él, tomé mis cosas y salí del complejo de apartamentos que era en donde él vivía para luego montarme en mi viejo daihatsu charmant del 77 para manejar en dirección a la casa de Mitchi.

Una canción de Fleetwood Mac sonaba a un volumen bajo a través de la radio mientras yo intentaba ignorar la punzada en mi cabeza y el malestar en mi conciencia por haber tenido una estúpida y pequeña discusión con Luke.

Lo que más me molestaba de la situación, era que ni siquiera podía descargar mi frustración sobre mi relación con Mitch Rowland, porque pese a que era mi mejor amigo y confidente, desde el principio había demostrado su falta de aceptación por la persona que yo había elegido como pareja.

Ambivalencia |H.S|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora