La enemistad entre Harry y Amara no era fácil, no cuando todo había comenzado por un pequeño mal entendido y menos cuando el mejor amigo de ambos era Mitch Rowland.
Y si a Harry no le agradaba mucho Amara, ¿Entonces por qué escribió tantas cancione...
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Domingo 14 de marzo (2021) Los Ángeles, California.
Harry Styles
Acababa de ganar un Grammy y aún no lo podía creer.
Todo el esfuerzo, los insomnios, frustraciones y malos ratos habían válido realmente la pena.
Cuando la ceremonia terminó me dirigí directamente a mi hogar, en donde la mayoría de mis amigos más cercanos esperaban por mi y por la banda.
—¡Pero si ha llegado el gran rey ganador de un Grammy!— es lo primero que grita Kid Harpoon cuando me ve bajar de la camioneta negra.
—Cállate y ven aquí que estoy no hubiese sido posible sin ti— le digo a mi buen amigo y él camina hacia mí para abrazarme.
Veo al resto de los chicos bajar también del auto. Sarah venía feliz, a su lado Mitch, Ny, Elin, Adam y Charlotte reían y gritaban con euforia.
Todo el ambiente era de celebración por nuestro máximo logro.
La banda se acomoda y yo también me dispongo a ello, por lo que subo hacia mi habitación para poder cambiar mi atuendo a uno más cómodo y dejar mi premio en mi mesa de noche. Ya habría tiempo para después dejarlo en un lugar correcto.
—¡Styles! ¡Trae tu lindo trasero aquí!— grita Ny cuando me ve bajar.
Ella me ofrece una cerveza a lo que yo gustosamente la acepto.
Posteriormente cada uno dice alguna que otras palabras a modo de discurso emotivo por el premio que todos habíamos obtenido, seguido vengo yo, así que agradezco a todos porque si bien el premio estaba a mi nombre era consciente de que no lo había podido lograr sin aquellas personas que estaban en mi casa.
Las horas pasaron y la música cada vez se hizo más fuerte en la casa. Las risas inundaban todo el lugar y las botellas de alcohol se iban vaciando más y más.
Vasos iban y venían de la cocina al bar y del bar hacia el patio trasero.
Dispuesto a seguir con mi cuarta ronda de vodka, me dirijo a la cocina después de haber pasado entremedio de todo el gentío en mi hogar.
Y cuando llego por fin a mi destino, frunzo el ceño al ver una familiar cabellera negra.
Ella me estaba dando la espalda y conversaba algo con Mitch, quien la miraba con atención y con una expresión de decepción en su rostro. Las cejas de mi amigo estaban fruncidas, todo indicaba que su enojo se iba aumentando.
—Te he dicho miles de veces que él realmente no vale la pena— mi amigo dice arrastrando las palabras, pero soltando un suspiro con notoria frustración.
—Esta vez es distinto, estoy segura— responde Amara— Ahora es diferente, hemos conversado y...
—Lo mismo dijiste la vez pasada, Willson, y él parece ser la misma mierda de hace un año.
