Capítulo 4

3 0 0
                                    


Al despertar, me encontré sobre el sofá de un cuarto en penumbra, abrí y cerré los ojos hasta que se acostumbraran a la escasa luz, me senté desorientada y algo mareada, pero me sobrepuse ante eso para poder caminar. Al levantarme, me di cuenta que estaba descalza, no me importó, así que caminé hasta la puerta, me detuve unos segundos para que pasaran las náuseas, mi cabeza daba vueltas, tenía imágenes revueltas con sentimientos y gritos de desesperación. Volví a retomar el paso, mi cuerpo aún estaba adormecido, caminé por un corredor algo alumbrado intentando que mis torpes pasos no cortaran el silencio, al fondo del pasillo habían unas escaleras, por un momento dudé si debía bajar, pero pensé en Victoria, lo cuál me dio fuerzas, bajé los escalones tan apresuradamente que por un momento creí que tropezaría y rodaría, pero afortunadamente llegue al otro piso sana y salva. Tomé un suspiro y reconocí el lugar, dónde se arruinó por completo mi velada aparentemente perfecta, inmediatamente mi cuerpo se despertó, todos mis sentidos se activaron, busqué a mi alrededor por indicios de Victoria, caminé hacia el gran salón, todo estaba completamente en orden, como si nada hubiese pasado, pero yo sabía que todo lo que ocurrió no eran alucinaciones mías, caminé rápidamente hacia la puerta principal me cercioré que no hubiese nadie y cuando iba a tocar la manilla, del otro lado la giraron, corrí a esconderme y esperé que pasaran dos hombres altos y de atuendo oscuro, corrí a abrir la puerta y al salir de la casa, vi una gran montaña de fuego, de la impresión me tapé la boca para ahogar un grito, miles de preguntas ocuparon mi mente, todas sin respuestas, al detallar la fiera amarilla, reconocí algunas prendas de ropa y las conclusiones me aterrorizaban, traté de no hacerle caso a mi razón, así que intenté acercarme y observar mejor, pero fue peor. En realidad eran cuerpos calcinándose allí ante mis ojos, el terror y la ira recorrió cada parte de mi ser, todo me pareció totalmente abominable, sin sentido ¿Cómo podían quemar toda esa gente inocente? Mi razón no lo explicaba, las lágrimas comenzaron a caer, yo negaba fuertemente con la cabeza, nuevamente los gritos de asombro, desespero y angustia volvieron a hacerse notar en mi cabeza, me tapé los oídos con las manos, cerrando los ojos con fuerza, un dolor indescriptible se instaló en mi pecho abriendo una herida profunda, me doblé de dolor, y un grito de desconsuelo salió desgarrando todo a su paso, no podía entender cómo ocurrían cosas así, y menos cómo aquel depredador hecho hombre podía conocer a los Ferres.

De pronto oí que corrían hacia mí, abrí los ojos y distinguí a Omar y a Alex, volví a cerrar los ojos con más fuerza, aunque en ese momento eran los que podían responder a mis preguntas, pero ante nosotros yacían cuerpos de personas inocentes quemándose, entre ellas Victoria, no quería oír ninguna excusa sobre esa inhumanidad.

- No es lo que crees. – Dijo Alex acercándose lo suficiente como para despertar mucho desespero y terror en mí, abrí los ojos, me limpié las lágrimas y lo empujé. –

- No te me acerques, déjame en paz. - Retrocedí, las manos me temblaban. - Olvídate de mí, no me busques - Cerré de nuevo los ojos para no llorar, mi voz era agresiva y fuerte, pero impregnada de un dolor profundo. –

- Elena entiende, no es lo que crees, déjame explicarte. - Lo miré con desprecio, él retrocedió y su mirada se endureció. –

- ¿Qué quieres qué entienda? ¿Qué están matando gente inocente? - Me acerqué con furia, sentía mi cuerpo tenso, mis brazos inmóviles de cada lado, mis manos empuñadas, y la cara fruncida. - Eres un sin alma, que está matando a mi amiga. – Omar, que había mantenido la distancia hasta ese momento, se acercó a nosotros, se rio irónicamente y alejó a su hermano de forma que él quedo en medio. –

- Eres una pobre niña asustada y estúpida que no sabe nada en lo más mínimo de lo que pasó. Nosotros no somos los sin alma, ni los que matamos a todos esos inocentes. - Su actitud era defensiva, su voz gruesa, fuerte y firme. –

Inmortales / (Edit)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora