Capítulo 33

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Pasé la mayor parte del tiempo escuchando reproches de Annelí, intervine lo necesario y ella volvía a reprocharme como una madre a su hija rebelde, no me explico cómo puede estar molesta por el hecho de no haberla llevado con nosotros al viaje si ella no va a cazar de ninguna forma, y se quedó con Duvan, por otra parte mencionó que Omar le había explicado lo sucedido con Alex y agradezco que no tenga que explicarlo yo, ella no quiso tocar el tema de la relación entre Victoria y Alex pero siempre que la mencionaba maldecía, algo extraño en ella, pero sabía que le daba rabia la situación. A pesar de eso, quise mantener las miles de preguntas y reproches sobre todo, no tenía cabeza para afrontar todo al mismo momento, pero ambas sabíamos que nos debíamos una conversación incómoda.

Yo sólo tenía en la mente buscar a Agatha, pero no me sentía preparada aún para ver a Xavier, o a Alex, quería evitar enfrentamientos o algún tipo de comentario de su parte, y respecto a Xavier, no quería otra disculpa absurda o preguntas incómodas.

Gabriel nos interrumpió ya pasado el mediodía para almorzar, bajamos de nuevo al comedor y sutilmente le agradecí a Gabriel su gesto, me dio un beso y apartó la silla para que me sentara, Omar sirvió la comida y su sonrisa no cabía en su rostro, miraba a Gabriel y luego a mí y sonreía más aún, solamente estábamos nosotros cuatro en la mesa, me limité a seguir escuchando a mi amiga pero algo captó mi atención, Omar y Anny no habían discutido en todo el rato, Omar no se comportaba como el idiota que normalmente es con ella, eso me alegró bastante y comencé a sonreír sinceramente. Al cabo de un rato, Omar se disculpó y se retiró, por mi parte me disculpé con Annelí y me retire a mi cuarto, la cabeza me dolía y necesitaba descansar de su parloteo, me recosté en la cama y cerré los ojos, la conversación con Danilo me rondaba en la mente y decidí buscar los conjuros que me había escrito.

Era latín antiguo y tenían varios símbolos con pentagramas y escritos extraños que parecían más un garabato, suspiré y volví a repetir las líneas una y otra vez. No sé por cuánto tiempo las estuve repitiendo monótonamente hasta que el ruido de la puerta me sacó de mi letargo, una pálida y desaliñada cara conocida se asomaba por la puerta.

- ¿Puedo pasar? - Agatha estaba de pie en la puerta, con una sonrisa inusual, me puse de pie y corrí a abrazarla.-

- Claro que puedes pasar tonta, te estuve esperando. - Cerramos la puerta y nos sentamos en la cama, nos miramos por un momento y luego ella rompió el silencio.

- Estoy feliz por ti, sé que Gabriel y tu están oficialmente juntos. -

- Sí, aunque tenga esa sensación en el pecho que todo es extraño, y todo está mal, pero siento que seré feliz, temo es que todo acabe mal, alguien lastimado. - Su mirada se volvió más seria y su entrecejo se frunció, Agatha tiene esa manera tan peculiar de parecer muy severa e intransigente pero en realidad lo que hace es preocuparse por mí, ella es dulce romántica y soñadora, pero aparenta ser lo opuesto. -

- Si es por el idiota de Alex Ferres... - La interrumpí ya que no quería hablar en ese momento de ese tema, me interesaba más contarle lo de Danilo. -

- No, esto es más delicado que una equivocación amorosa, se trata de Danilo. -

- ¿Danilo? ¿Quién demonios es ese? No me digas que es otro ex al que hay que temer. - Se rio un poco pero sé que estaba nerviosa. -

- Por Dios Agatha ¿Me crees tan popular? - Ambas reímos nerviosamente, por algún motivo yo sabía lo que ella sentía en ese momento, lo llamaría intuición pero es más una certeza. Ella siente que algo grande se acerca, algo que nos pondrá contra la espada y la pared, pero así como yo, también sabemos que éste cambio no es para mal, aunque es vertiginoso y caótico, es algo oscuro pero de una forma muy retorcida es algo bueno. -

- Vamos dime que pasa, que ninguna nos creemos esa falsa careta de risitas contenidas. -

- Danilo es un vampiro, es quién mordió a Victoria. - Los ojos de Agatha se abrieron mucho, y su boca se abrió y cerró varias veces, seguido de un silencio el cuál decidí interrumpir. - Nos vimos en la casa donde vimos a Victoria y hablamos, digamos que me ofreció fortuitamente un trato al cuál no me podía negar, eso nos coloca como mercenarios a su disposición, a cambio, tendremos el beneficio de matar bestias de todo tipo, él nos dará las armas y formas de hacerlo, además, me dará la cabeza de Victoria. - Suspiré y detallé su mirada, estaba perdida, pero sopesaba cada palabra y analizaba el pro y los contras. - Si no aceptaba el trato, deseo creer que mi muerte seria rápida, pero sé que con Danilo no se juega. Me siguió hasta ésta ciudad, y ya me dio el primer objetivo. - Busqué la atención de Agatha para que nos viéramos fijamente y ella pueda ver la necesidad y la sinceridad que quería transmitirle. - Agatha tengo que pedirte ayuda, sé que no es leal pedirle a una amiga...- Agatha levanto una mano para callarme y me vio directamente a los ojos, con una seriedad intimidante. -

- ¿Debo resumir que quieres que me una a su locura y tenga de jefe a un vampiro temperamental? -

- Si lo dices así, suena horrible. -

- ¿Qué hay que hacer? - Por un momento pensé que había escuchado mal, pero luego siguió hablando y no, realmente estaba aceptando trabajar con nosotros. - Elena; no me agrada Danilo, no lo conozco y no me inspira confianza, pero eres mi amiga y ya eso es bastante que decir, y debo admitir que si hay que matar, cazar y hacer el oficio de limpieza de monstruos, cuentas conmigo ¿Qué hay que hacer? - Sonreí abiertamente por que aunque sabía que de alguna forma aceptaría, era una loca propuesta que pensé que sopesaría más. -

- En tres días un clan de vampiros iniciará a los novatos y estará nuestro objetivo junto a todo el clan. -

- Es decir que debemos matar a todo el clan. -

- Sí, pero el objetivo principal es el chico de ojos azules y cabello claro, se llama Eduardo. - La contemplé seriamente y detallé su cara, ella me miró con ojos llenos de expectativa. - Sé que será difícil, lo sé pero necesito tu ayuda. - Me miró detenidamente y luego se mordió los labios. -

- Sé que en algún momento me arrepentiré de no tener sentido de supervivencia, pero te acompañaré, no me perdería la oportunidad de asesinar a unos cuantos vampiros, y si de alguna forma confías en ese tal Danilo, yo confiare en ti. - Sonreímos por un momento y ella apretó tiernamente mi mano. - Ahora cuéntame más del alocado plan. -

- Bueno, ciertamente es alocado, estoy basando el plan en nuestros instintos y en unos hechizos y símbolos que Danilo me dejó escritos, así que en realidad confío en que mejores mis planes. - Busqué el pequeño papel que Danilo me entregó y se lo di, ella se limitó a asentir lentamente leyendo distraídamente, luego juntó las manos a nivel de su pecho y apoyó su quijada en ellas, luego de unos minutos se puso de pie y caminó de un lado a otro de la habitación, hasta que se detuvo y sonrió abiertamente. -

-Tengo una idea de lo que podemos hacer, espero que el tiempo nos alcance, conservaré los hechizos, iré a la ciudad en un rato vuelvo, sé que podemos hacer, pero déjame confirmar primero mi teoría antes de darte esperanzas, créeme volveré con una solución. -

- Bien, confío en ti Agatha. -

Ella salió de la habitación con una sonrisa esperanzada, y yo me quede sentada pensando en la locura que estábamos próximos a hacer, en lo egoísta que podía ser al arriesgar la vida de Agatha y de Gabriel, sólo por un estúpido presentimiento, temo por que todo esto salga mal de formas irreversibles.

No podía evitar tener miedo, pero si debía prepararme para tener más oportunidades a favor. Me dirigí a las mazmorras a entrenar,  porque aunque milagrosamente haya matado a aquel lobo, no quería decir que ya era experta, además que no podía contar conmigo misma ya que lo admito, soy muy dramática, todo lo complico y es mejor que me dedique a practicar, tenemos que estar preparados para lo que sea.


Inmortales / (Edit)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora