Capítulo 10

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Mis pensamientos se vieron interrumpidos por un toque tímido en mi puerta, invité a que pasaran y me sorprendí al ver quién era.

- Gabriel, no te esperaba. - Hacía bastante tiempo que no convivíamos fuera de las mazmorras, sobre todo después de la declaración de Alex. –

- Hola niña. Sí, yo tampoco esperaba pasar por aquí. –

- ¿Qué te trae a mí no tan humilde habitación? - Dije sonriendo. –

- Quería hablar, me imagino que sabes sobre los nuevos cambios. –

- Si, sé que mis nuevas torturadoras son las chicas con las que combatí. - Gabriel se acercó a mí y detalló el labio lastimado, pasó su pulgar con delicadeza y suspiró. –

- Agatha se pasó de la raya con ese golpe. - Comentó en tono molesto. –

- No voy a aprender si siguen viéndome como su amiga y no cómo su aprendiz. Me dolió más en el orgullo, pero, eso me demuestra que es muy buena en lo que hace. –

- Sí, he trabajado con ella y es bastante buena, sin temor a equivocarme, puedo decir que es la mejor de las tres. - Sentí una punzada en el estómago, pero no pude definir la razón. -
- ¿Se conocen hace mucho tiempo? - Pregunté. –

- Si, un poco antes de conocerte a ti tuve que trabajar con ella por primera vez, Omar me la presentó y formamos un buen equipo de caza. - Gabriel estaba recostado del marco de la ventana observándome. - Admito que has mejorado muchísimo, te felicito, en serio. –

- No viniste únicamente a felicitarme, ¿O sí? - Gabriel se quedó callado y luego suspiró, cómo si se debatiera en decirme a qué había venido. –

- No, no sólo te vine a visitar. - Se sentó en el piso cómo lo hacía en el instituto cuándo me ayudaba con mis deberes, rodé la silla que estaba frente a la ventana y me senté junto a él. –

- ¿Qué sucede? - Algo me decía que era por la caza. –

- Elena, cazar no es fácil, arriesgas tu vida, tu alma. - ¡Sabía que era eso! - No sé qué imaginas aceptando tan pronto una caza. – ¿Pronto? Creo que se le olvidó desde cuándo estaba aquí encerrada. -

- ¿Crees que no lo sé? Además ¿Cómo dices tan pronto? Gabriel, tengo casi un año entrenando, me he esforzado para tener agilidad y resistencia y todo lo que se requiere, en dos meses ya había aprendido a dominar las armas, a disparar, aprendí cómo hacer armas con lo que tenía a la mano, seguí cada cosa que me decían, soporté cada locura que se le ocurriese a Omar ¿Y me dices que es poco tiempo? ¿Qué no sé cuáles son las consecuencias? Asesinaron a Victoria frente a mí ¡Claro que sé las consecuencias! -

- ¡Exacto! Victoria fue una cazadora excepcional, con experiencia. –

- ¿Y cómo voy a tener experiencia si te opones a darme la oportunidad? ¡Dame el beneficio de la duda! - Ya estaba exasperada, pero también asustada. - ¿Crees que no estoy preparada? –

- ¡No! Es decir, si estás preparada, pero debes tomar conciencia de que una caza es peligrosa, y te cambia rotundamente, más si es una iniciación. –

- ¿Iniciación? –

- ¿Crees que la primera caza es sólo eso? No Elena, debes asesinar para que pases la etapa de la iniciación. - Mi ánimo se desplomó. –

- ¿Cómo? - Mi voz salió casi en un susurro. –

- Si Elena, debes ser capaz de asesinar, de arrebatarle la vida a otro ser para culminar la iniciación, y no es que no te crea capaz de superar el noviciado, pero, provocar la muerte de otra persona sin interesarte alguna otra cosa, no deja mucha diferencia entre nosotros y esos seres. - Genial, justo lo que me estaba reprochando. - Niña, eres una persona más allá de sensible y con un carisma enorme, no quiero que te ensucies. –

Inmortales / (Edit)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora