Capítulo 16

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 Ya era rutinario el no dormir bien gracias a mis pensamientos, pero justamente esa noche debía descansar, e horas estaría asesinando a un desconocído.

Agudicé el oído a ver si podía husmear lo que decían los chicos en el cuarto continuo, pero sólo conversaban cosas banales en la pequeña sala de estar de la cabaña, me asombró que estuviesen comentando de la relación de Duvan con Anny, él no emitió ningún comentario, simplemente se quedó callado, porque dudo que él estuviese dormido. Me molestaba su actitud, no sé por qué pero no me agrada, pero es el chico que le gusta a mi amiga y debo respetarlo.

Decepcionada me acerqué a una de las ventanas del cuarto, aquí no había privacidad ni espacio, todo se escucha, Anny y Agatha dormían, y únicamente habían dos habitaciones en la cabaña, y con los chicos despiertos, no me quedaba más que mirar por aquella ventana bañada con la luz de la luna.

Mil preguntas pasaban por mi cabeza, y ninguna con respuesta. ¿Podría asesinar a alguien? Sé que son criaturas terribles y ellos asesinan sin razón aparente, netamente son instintivos, pero aún seguían siendo humanos, tenían familia, o al menos eso quería pensar, la voz de Agatha resonaba en mi mente "¿Y tú crees que un maldito licántropo la golpeará con amor y dulzura? Pues te tengo noticias ¡No lo hará! En cualquier oportunidad simplemente le arrancará el corazón."

Tienes que ser fuerte Elena. - Me dije a mí misma. - No pienses más en eso. - Era un mantra que me he repetido miles de veces y no logro que se haga realidad. Le di un último vistazo a la ciudad que se veía a lo lejos; desde este punto, todo parecía estar sereno, era una vista un tanto nostálgica, me recordaba a mi pueblo natal, mis padres, mis hermanas, todo lo que abandoné para estar en la ciudad, y ahora todo a lo que me he tenido que enfrentar, sólo para mantenerme con vida, y aún así tengo que vivir un día a la vez, todo esto me sobrepasa, pero también me gustaba, esta vida enamora erróneamente, la adrenalina que estar en mi situación me proporciona es más bien adictiva, te sientes única, estúpidamente invencible y eso es adictivo, pero por otro lado te consume, pienso en lo ansiosa que me pone la situación, y aunque no lo parezca, sé que todos estamos iguales, no por ellos, es por mí.

Sigilosamente me acerqué a la investigación de Omar y Gabriel, todo estaba perfectamente planeado y ordenado, nombres de las víctimas, lugares de caza, autos abandonados, nombres de los testigos que vieron por última vez a los desdichados, y una foto bastante borrosa de un sujeto con una chaqueta de cuero y unas botas de construcción saliendo del bar minutos después de una de las victimas. Ese era mí objetivo.

Al fin pude descansar un poco esa noche, el día no fue menos estresante, todos me veían con una especie de compasión y un atisbo de fe, pero era abrumante, cada hora que pasaba nos acercaba al momento de la verdad, y el peso que caía sobre mis hombros era cada vez más fuerte.

Ya todo estaba listo, desde nuestra posición cualquier detonación de arma o pelea pasaría desapercibida, para los habitantes, así que no habrían testigos. teníamos una muy buena vista panorámica, se podía ver el final del estacionamiento, el bar y gran parte de la carretera donde se había previsto que Gabriel y Omar caminarían, acordamos que jugarían póker, tomarían whisky, simularían estar ebrios, comenzarían una rencilla y harían que los echaran del local, eran los únicos suficientemente aptos para hacer esa pantomima ya que aguantaban el alcohol como nadie, y en las cartas eran sumamente audaces.

Alex y Duvan estában a lo lejos, debían ser meramente testigos, no serían partícipes de la caza, Annelí se habría quedado en la cabaña, con todo preparado para atender cualquier imprevisto y emergencia. Agatha y yo nos encontrábamos a una distancia prudencial, con el viento en contra para ocultar el olor. Gabriel y Omar ya debían estar por iniciar la rencilla y ser echados del local.

Inmortales / (Edit)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora