Capítulo 22

1 0 0
                                    

Esa mañana me desperté con una inusual ansiedad, extrañamente la resaca no me había pegado como en otros momentos, ésta vez moría de hambre, bajé a la cocina para comer y me percaté que la casa estaba vacía. - Creo que ya me estoy volviendo tolerante al alcohol.- Pensé juguetonamente mientras repasaba la cocina con la vista, Agatha había dejado una nota en la encimera:

"Saldré con Xavier no me esperes"

Por lo visto todos habían salido, y yo sentía que habían pasado meses después de todo lo que ha sucedido, lo que he descubierto sobre las personas que pensaba que verdaderamente eran mis amigas, por lo que me siento un tanto traicionada, y engañada, mi mente era una cascada de dudas sin fin.

- Buenos días. - Gabriel había entrado a la cocina. De inmediato salté y sentí como la sangre huía de mí, me sentí mareada y me senté en el comedor. –

- Buenos días – Un nudo en mi garganta apareció. -

- ¿Podemos hablar? – Preguntó de manera casual. –

- Si, pero ahorita no. - Dije atropelladamente. - Vamos a comer y luego hablamos. –

- Sí, vamos a comer. - Respondió. –

Él comenzó a servir el desayuno, todo fluyo de manera normal, por un momento sentí que no había pasado el tiempo al verlo actuar de esa forma tan familiar, así que sonreí al verle comer con entusiasmo. Luego del desayuno y una charla sobre la universidad, quizás para ponernos al día y también para dar largas a las preguntas que ambos sabíamos que haríamos en algún momento.

Caminamos hacia los jardines de la casa, allí nos sentamos en la grama y por un largo rato nos miramos en silencio, sus ojos a la luz del sol eran más claros, sus labios carnosos se curvaban en una sonrisa amplia, alzó su mano y metió un mechón de cabello detrás de mí oreja, se quedó demasiado tiempo con los nudillos acariciando mis mejillas; su toque era demasiado dulce y cálido, mi corazón se comenzó a precipitar y mis nervios hicieron sonar sus alarmas, pero no les di importancia, necesitaba recuperar a mi amigo, me había hecho muchísima falta.

-¿Por qué te alejaste? De la noche a la mañana simplemente dejaste de hablarme. Sé que lo he preguntado muchas veces pero aún no puedo entenderlo, no puedo superarlo. – Dije así sin más. – Pensé que volveríamos a ser amigos como antes, ahora más sabiendo y estando en tu mundo, pero también volviste a alejarte. – Las palabras brotaron de mi boca en un tono exigente, siempre se lo reprochaba. - Ya no quiero más mentiras, necesito que alguien me hable con la verdad Gabriel. -

- Lo lamento. -

- ¿Lo lamentas? ¿Eso es lo que tienes para decir? ¿Que lo lamentas? - Me alejé y me puse de pie, caminaba de un lado a otro buscando la manera de controlar todo lo que sentía. - Pasé años pensando que no era suficiente para ti, para tu círculo de amistades. Pasé horas preguntándome ¿Por qué? Luego, pensé que era por tu relación con Victoria. - Su cara reflejó extrañeza y duda, luego negó con la cabeza y pasó su mano por el cabello mientras seguía escuchando mis acusaciones. - Es que no diste explicaciones, cada vez que me acercaba a ti, simplemente me ignorabas. ¿Sabes lo frustrante que era? ¿Por un momento pensaste siquiera que me estabas haciendo daño? -

- Elena. - Gabriel intentó hablar, pero no lo dejé. -

- Y después de todos éstos años lo que obtengo es un "Lo lamento" después de saber que tuviste una relación con Victoria después de un compromiso fallido, que además también perteneces a una vida de cazadores engreídos y acartonados. Y ahora que estoy en tu mundo, aún así pasas de mí. - Para ese momento, ambos estábamos de pie, frente a frente. - Por eso solías desaparecer eventualmente, y por eso tu cercanía con Victoria, y ahora no sé qué se traen tú y Alex que siempre están en competencia. - Me llevé las manos a la cara y apreté mi frente. - ¡Qué estúpida fui! Quise creer que eran mis amigos, que no habían secretos o que al menos los conocía ¡Que tonta! -

Inmortales / (Edit)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora